Hubo de todo como en botica. La celebración del Día del Trabajo tuvo marchas, discursos y desmanes. Por la mañana, en el Zócalo de la Ciudad de México el Congreso del Trabajo hizo su clásico mitin con un llamado a la unidad.
A ese encuentro llegaron los sempiternos líderes sindicales como Joaquín Gamboa Pascoe, de la Confederación de Trabajadores Mexicanos; Isaías González, de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos y Víctor Flores, el líder de los ferrocarrileros.
Los tres estuvieron en el templete pero no pronunciaron discursos. Al término del evento que duró aproximadamente una hora llegaron a la explanada miles de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Fue un contingente nutrido. Rubén Núñez, uno de sus principales líderes, dijo que entregaron en la Secretaría de Gobernación un pliego petitorio en el que principalmente piden la abrogación de las reformas en materia educativa.
Por la tarde hicieron su aparición los grupos de jóvenes autodenominados anarquistas. A su paso hicieron una serie de actos violentos destruyendo vidrios de tiendas y bancos.
El Gobierno del Distrito Federal informó que 70 mil personas se manifestaron, y que hubo saldo blanco.
