Los ajustes laborales por la pandemia dispararon las malas prácticas al interior de las empresas y con ello detonaron delitos como robo, fraude, soborno, mal uso de información y suplantación de identidad.
“Es un hecho que en el ámbito laboral se presentan estas situaciones, lo cual es un tema muy grave para las Pymes porque este tipo de comportamientos inadecuados puede representar hasta un 10 por ciento de los ingresos anuales de una empresa, lo cual para una Pyme puede significar, incluso, el quiebre”, señala Fernando Calderón, director general de Midot México.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) en 2021, 24.6 por ciento de las empresas sufrió algún delito: 46.9 por ciento fueron empresas medianas, 38.2 por ciento, pequeñas, y 23.7 por ciento micro, sin embargo, nueve de cada 10 delitos no fueron reportados por miedo a la extorsión, por pérdida de tiempo, trámites largos y difíciles, desconfianza o mala experiencia con la autoridad.
“Es por eso que ahora se hace muy importante conocer a las personas que se van a incorporar laboralmente en las Pymes, porque hoy todo es cuestión de confianza, y ahora más que nunca debemos conocer el nivel de honestidad e integridad que tiene una persona para dejarla entrar a tu casa, como le decimos al negocio o a la empresa”.
Fernando Calderón considera que derivado de la pandemia se pasó de una crisis sanitaria a una económica y como consecuencia se incrementaron 25 por ciento los delitos laborales, “lo cual se debe a que muchas personas fueron desvinculadas, se les disminuyó el sueldo, las comisiones o los bonos”.
Asimismo, describe que desde 2019 se disparó el número de empresas que ahora están preocupadas por los temas de confianza e integridad y asegura que ahora, incluso, más allá de evaluar el currículum o los conocimientos las empresas prestan más atención en saber si una persona es confiable.
“Los procesos remotos o las plataformas de colaboración hacen que sea muy importante conocer a la persona que está del otro lado, porque maneja información sensible incluso tiene más accesos (que cuando trabajaba de forma presencial)”.
Asegura que las empresas, particularmente las Pymes, deben apostar por esquemas de prevención al momento de integrar a nuevas personas a sus equipos de trabajo.
“Hoy más que nunca utilizar herramientas, como evaluaciones profesionales, es como comprar un seguro, es una inversión para evaluar a los candidatos o a los mismos colaboradores porque esto es muy importante, muchas veces se tiene a familiares, conocidos o amigos lo cual no es garantía de nada”.
Y señala que el porcentaje de efectividad al momento de evaluar el nivel de integridad de una persona es de 85 por ciento, lo cual reduce significativamente el riesgo de ser víctima de algún delito al interior de la empresa.
“Lo siguiente más alto en cuanto a confianza es el polígrafo. Este tipo de evaluaciones hace que las empresas de cualquier tipo inviertan unos cuantos pesos para evitar problemas de miles.
“La aplicación de este tipo de filtros garantiza que 85 por ciento del personal de la empresa no va a incurrir en prácticas desleales, como robo hormiga o uso inadecuado de las instalaciones, por el contrario, tendrás a personas confiables que te ayudarán a hacer crecer tu negocio e incluso resolver problemáticas que comprometan la viabilidad de la empresa”.
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