Las crecientes desigualdades económicas como amenaza para el desarrollo sostenible, es la asimetría que, al interior de los países, afecta de forma más grave y profunda a las personas más pobres, a las más vulnerables, especialmente a niñas, niños, jóvenes y mujeres, advirtió la senadora Olga Sánchez Cordero desde la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Al participar en la Audiencia Anual de la Unión Interparlamentaria (UIP), la presidenta del Senado de la República dejó en claro que revertir la desigualdad social debe ser un propósito mundial y una prioridad para los parlamentos.
En el encuentro que se lleva a cabo en Nueva York, Sánchez Cordero compartió a los líderes y representantes de los parlamentos del mundo la propuesta que impulsa el Senado mexicano para establecer un Sistema Nacional de Cuidados, que pueda compensar económicamente a las mujeres que se dedican a cuidar de las personas adultas mayores, enfermos, personas con discapacidad y a menores.
Explicó que se trata de revertir los efectos negativos que esta actividad de cuidadoras tiene para las mujeres, niñas y jóvenes, como la sobrecarga en la atención, la deserción escolar, la pérdida de empleo, la pobreza y la inequidad en el ingreso.
Las mujeres solemos cuidar de todos, lo que se hizo más patente en la pandemia de Covid-19, con una sobre carga de trabajo para nosotras. La propuesta es un sistema nacional de cuidados que pueda compensarles económicamente por ello. pic.twitter.com/U1gH3cR5uF
— Olga Sánchez Cordero (@M_OlgaSCordero) February 17, 2022
Con esta iniciativa, los derechos y las oportunidades de las mujeres se ven acrecentados, ya que son ellas las que dedican gran parte de su vida y su tiempo a este tipo de cuidados, en sus entornos familiares y sus comunidades.
La legisladora por Morena recordó que desde hace mucho tiempo “enfrentamos el reto de corregir y revertir los desequilibrios sociales, laborales y económicos que han perdurado al paso de los años, y que la pandemia originada por la COVID-19 ha hecho aún más visibles”.
En compañía del presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, el senador Héctor Vasconcelos, la senadora fue invitada a las Naciones Unidas para participar en torno al tema “Las crecientes desigualdades económicas como amenaza para el desarrollo sostenible: posibles causas y soluciones”, con especial énfasis en el caso de las mujeres.
Asentó que se requiere encontrar formas nuevas de articular, reconocer, reducir y redistribuir las cargas de trabajo y de cuidados, con la creación de becas, ayudas e incentivos económicos, para que puedan dedicarse a estas funciones sin perder sus empleos o sus estudios.
Debemos tener claro que el fin de las políticas públicas y de toda la acción del Estado debe tener como eje una mayor justicia social, que genere condiciones de trabajo justo, equitativo y bien remunerado para todas y todos. pic.twitter.com/5GCujLxKAh
— Olga Sánchez Cordero (@M_OlgaSCordero) February 17, 2022
Dijo que la propuesta es crear un sistema de cuidados como una opción profesional para las personas, una forma de empoderamiento, no sólo en cuanto a ingreso, sino en capacitación para el cuidado de adultos mayores, para la estimulación temprana de niños y niñas, para la educación de la primera infancia, y para favorecer la autonomía de personas con discapacidad y el tratamiento de los enfermos.
“Imaginemos un círculo virtuoso que, con estas acciones, revierta realidades tan crudas, ya que, quienes enfrentan estas responsabilidades, son principalmente, niñas y mujeres jóvenes”.
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Olga Sánchez Cordero expresó ante la UIP que sí es posible erradicar las causas que han alimentado la desigualdad, la exclusión social y laboral, que impiden el desarrollo y progreso de nuestras poblaciones.
“Lo es si pensamos en soluciones que empoderen, que otorguen herramientas para la vida de las personas, y les provean de capacidades”; además, destacó que los impactos negativos de las asimetrías sociales pueden ser intergeneracionales y afectar, aún más, a los grupos más vulnerables.
Por ello, las y los legisladores de México han buscado transformar la vida de las mujeres y las niñas mexicanas, garantizar la progresividad de sus derechos, como el derecho a una vida libre de violencia, el reconocimiento de pueblos y comunidades afrodescendientes, la protección y seguridad social de las personas trabajadoras del hogar y una mayor protección de las niñas y mujeres víctimas de violencia.