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El crecimiento desmedido de las zonas urbanas ha sido una parte fundamental del proceso de violencia que se vive en las mismas. Este es uno de los factores que reveló un reciente estudio regional.
Dichos factores generan ambientes y conductas violentas en diversas zonas metropolitanas de México, como la de Guadalajara, así lo destacó un estudio de febrero de 2016 creado por la sede subregional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en México.
La de Guadalajara es la segunda de mayor tamaño, con una población de 4 millones 434 mil 878 habitantes, después de la Zona Metropolitana del Valle de México y por encima de las de Monterrey y Puebla-Tlaxcala, según datos del censo de 2010 del INEGI.
Durante el primer semestre de este año el 46 por ciento de los homicidios dolosos en la metrópoli se han concentrado en cuatro de los nueve municipios de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).
De los 546 casos que se registraron en el área urbana en los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá se concentraron 252 averiguaciones previas iniciadas.
Mientras que en el mismo periodo fueron 220 investigaciones iniciadas ante la Fiscalía General del Estado de Jalisco.
El estudio de la CEPAL plantea la necesidad de un Estado que modere, ordene y regule la expansión en las ciudades, ante la necesidad urgente de prevenir el aumento de la violencia en el país.
El caso del desarrollo urbano destaca como factor ya que la generación de zonas habitacionales lejanas tiene como consecuencia traslados que generan cansancio, estrés, enojo y reducen el tiempo disponible para la vida familiar, el esparcimiento y el descanso.
Esto provoca que las casas queden deshabitadas por largos periodos durante el día, los vecinos no llegan a conocerse ni a convivir, estancando una posible articulación de tejido social, como destaca el estudio sobre el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, al surponiente de la ZMG.
“El caso del Municipio de Tlajomulco en la Zona Metropolitana de Guadalajara es un ejemplo emblemático de abandono y mal uso de viviendas nuevas”, describe el estudio en la página 18.
Se desprende también que uno de los problemas que provoca inseguridad en los espacios habitacionales corresponden a las empresas inmobiliarias, ya que éstas propician ambientes de inseguridad y violencia al construir viviendas en áreas de riesgo o no aptas.
Familias hacinadas
De modo semejante el crecimiento extensivo –vertical– ha generado viviendas deshabitadas por la necesidad de trasladarse a la centralidad. A lo que se suma la construcción de viviendas en terrenos ajustados.
“Si el reducido espacio de las viviendas contribuye al hacinamiento y a la violencia intrafamiliar, el atestamiento de viviendas da origen a múltiples conflictos en el vecindario, que con frecuencia terminan en agresiones verbales y físicas”, destaca el documento.
En este sentido “el negocio de hacer ciudad” ahonda en la contradicción de las sociedades del libre mercado, al sobreofertar viviendas y generar familias sin vivienda.
Ya que los terrenos ajustados impiden que el crecimiento familiar pueda aplicar ampliaciones en las viviendas, lo que “lesiona moralmente a estas familias y genera frustración”.
Por otro lado uno de los factores importantes para el surgimiento de ambientes inseguros lo representan los espacios, como la CEPAL expresa para el municipio de Zapopan, al poniente de la ZMG y con un alto número de zonas habitacionales de alto poder adquisitivo.
“En el caso de las colonias establecidas de manera irregular en las ciudades mexicanas, éstas se caracterizan por no contar con espacios comunitarios. Lo anterior se presenta, por ejemplo, en el municipio de Zapopan”, apunta el organismo internacional.
Ante esto puede citarse el caso de las investigaciones de violencia intrafamiliar que han posicionado a Jalisco en el quinto lugar a nivel nacional, al haber registrado 7 mil 382 averiguaciones previas, según datos de la Fiscalía General.
Cifra sólo por debajo del Estado de México, Querétaro, Michoacán y Guerrero.
‘De la Calzada para allá’
El estudio hace una importante crítica a la forma en la que discursivamente ha sido dividida la Zona Metropolitana de Guadalajara a través de la Calzada Independencia, importante avenida del centro de Guadalajara.
La CEPAL apunta que la segregación étnica permanece en este tipo de urbes y combina con la segregación económica de las mismas, formando estereotipos, discriminación y exclusión según las colonias o barrios de residencia.
“A través de los años, esta segregación espacial se ha acompañado de inversiones diferenciadas, al privilegiar una zona sobre la otra, como se presentan en la zona metropolitana de Guadalajara, en donde la Calzada Independencia dividió a ‘la Guadalajara de mayores ingresos (poniente) de la de menor desarrollo económico (oriente)’.
“La zona poniente aglutinó las inversiones para el establecimiento de plazas, avenidas e infraestructura. Con el crecimiento de la ciudad, esta segmentación histórica permanece y continúa la concentración de espacios educativos, recreativos y de oportunidades en un solo lado de la ciudad con efectos marcadamente negativos entre la población de las zonas no favorecidas, generando sentimiento de exclusión, enojo y resentimiento”, subraya el estudio.
Al respecto la CEPAL también hace un llamado a los sistemas municipales del país y a los legisladores, pues destaca la poca duración de las administraciones municipales, al durar sólo tres años.
En este caso contribuye la ausencia de personal capacitado para el buen ordenamiento, impidiendo que los planes de ordenamiento territorial puedan ser continuados por las administraciones sucesoras.
“Como en la Zona Metropolitana de Guadalajara. En cada administración municipal los planes de desarrollo derivan en cambios al uso de suelo de las áreas que aún se encuentran deshabitadas y que, con frecuencia, no son aptas para la construcción de viviendas”.
De esta forma, el organismo internacional hace un llamado a la forma de desarrollo urbano que ha venido erigiéndose en el país, destacándose en este caso el de la ZMG, con problemas urbanos en espacios como Tlajomulco y Zapopan, además de los problemas correspondientes a los planes de ordenamiento.