Durango vive entre la espada y la pared. La cuarta entidad con mayor extensión territorial de todo el país se enfrenta a la falta de empleo, de desarrollo social y económico, situaciones que afectan los bolsillos de su ciudadanía.
A estas dificultades se suma la sequía que azota la región desde hace meses y que impacta en los sectores de la agricultura y ganadería, situación que hoy tiene en la incertidumbre a miles de familias que a eso se dedican.
En su tercer informe de gobierno, José Rosas Aispuro, gobernador panista de Durango, destacó logros en materia laboral, asegurando que se crearon 14 mil 353 nuevos empleos en el último año y que hubo registro de casi 246 mil trabajadores en el Instituto Mexicano del Seguro Social, calificándolo como un récord histórico.
Aun con esos logros señalados por el gobierno estatal, cifras del Inegi revelan que Durango se encuentra entre las 10 entidades con mayor índice de desocupación laboral en el país, ya que el 4.2 por ciento de su población económicamente activa dijo no tener empleo durante el segundo trimestre de 2019.
A finales de septiembre, Ramón Tomás Dávila, titular de la Secretaría de Desarrollo Económico de Durango (Sedeco), anunció la pérdida de alrededor de tres mil empleos en el tercer trimestre de este año.
Los puestos de trabajo perdidos, de acuerdo con el funcionario estatal, corresponden a los sectores de la minería, la construcción y los servicios.
Además la expectativa no es positiva para el siguiente año debido a que el gobierno estatal no figura entre las prioridades de la Federación en materia presupuestal.
Huir de la violencia y la falta de empleo en Durango
Marco Antonio Laguer Rosales, originario de la comunidad de Chinacates en el municipio de Santiago Papasquiaro, dejó a su familia hace 13 años para buscar mejores oportunidades de vida.
Con 19 años de edad huyó a Chicago para emplearse en el sector de la construcción y dejar atrás la violencia generada por la delincuencia organizada y por la falta de oportunidades en su lugar de origen.
Después de siete años de laborar en la ”Ciudad de los Vientos”, Laguer Rosales decidió cambiar de residencia a Nuevo México por la hostilidad de las autoridades migratorias estadounidenses y por el temor a ser deportado.
“El tema migratorio estaba muy pesado (en Chicago), había muchas deportaciones, entonces decidimos irnos para Nuevo México donde había más oportunidades para los migrantes como yo”, cuenta.
En diciembre de 2018, ya con 32 años, Marco decidió volver a la tierra donde nació para hacerle compañía a su madre, sin embargo a su regreso tardó tres meses en encontrar el empleo que hoy lo sostienen a él y a su familia.
Al igual que Marco, Miguel Ángel Lechuga Herrera, de 34 años, partió de Chinacates a Chicago.
En el país del norte encontró trabajo realizando labores de jardinería, carpintería o como electricista.
Por la enfermedad de su abuela, Miguel Ángel tuvo que regresar a su natal Durango; pero en cuestión de empleo, ha tenido que conformarse con trabajos temporales con los que intenta sacar adelante a sus cuatro hijos y uno más que viene en camino.
“Regresé en el 2011 porque las cosas no estaban muy bien allá y tuve que venir por cuestiones familiares. Hasta ahora trabajo en lo que sale, ahora las cosas en México están muy difíciles”, expresa.
Lechuga Herrera asegura que si no fuera por los malos tratos que ejerce el gobierno de Donald Trump hacia los migrantes mexicanos, ya hubiese intentado cruzar la frontera para buscar trabajo nuevamente.
“Si se pudiera sí (me regresaría a Estados Unidos), pero ahorita como están las cosas con el gobierno americano no se puede (…) Es mejor estar aquí para ver si prospera México y se genera empleo para todos los migrantes que venimos de allá”, añade.
Al municipio de Santiago Papasquiaro también se le conoce como “el segundo Illinois”, pues gran parte de la gente que de ahí migra hacia Estados Unidos lo hace a ese estado, principalmente a la ciudad de Chicago.
De acuerdo con un informe sobre remesas realizado por la Secretaría de Gobernación y el Consejo Nacional de Población, 22 mil 167 duranguenses radicaban en Estados Unidos en 2016, de acuerdo con los registros consulares.
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Sequía, alerta extrema en Durango
La ganadería y la agricultura son dos de los principales sectores que aportan al Producto Interno Bruto del estado de Durango.
En el 2017 estas actividades primarias contribuyeron con el 10 por ciento del PIB, de acuerdo con el Inegi.
Sin embargo, este 2019 la falta de lluvia se roba poco a poco las esperanzas de prosperidad para pequeños y grandes productores.
“Si hay lluvia el productor mantiene el ganado para que suba de peso y eso se traduce en más dinero para su bolsa. Al no haber lluvia no hay comida, entonces el productor en vez de pensar en tener una ganancia cambia totalmente la mentalidad del negocio: no quiere ganar, mas bien busca perder lo menos posible”, explica Jaime Herrera, director general de Ganadera Audentis, empresa dedicada a la compra, venta y exportación de ganado hacia Estados Unidos.
En días recientes, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (SADER) aseguró que en Durango alrededor de 30 mil cabezas de ganado murieron por los efectos de la sequía. A finales de septiembre, inició un periodo de lluvia de mediana intensidad que no resolverá el problema en los meses venideros.
Rogelio Soto Ochoa, presidente de la Unión Ganadera Regional de Durango (UGRD), asegura que los estragos se extenderán debido a que para principios del 2020 los pastos no serán suficientes para mantener bien alimentado al ganado.
“Nuestro problema más grave lo vamos a tener a partir de marzo del siguiente año, el poco zacate que va a crecer en nuestros agostaderos no nos va a alcanzar para alimentar a los animales más que para enero y febrero”, comenta Soto.
El presidente de la UGRD agrega que la desgracia provocada por la sequía no llegó sola, pues a este fenómeno ambiental se sumó una caída en el precio de venta del ganado.
Aunque en el último año la exportación de animales de Durango hacia Estados Unidos registró un récord alcanzando la venta de 186 mil 906 cabezas entre septiembre de 2018 y agosto de 2019, la realidad de ahora es muy distinta.
“La buena exportación en este año nos ha ayudado un poco a contener los problemas de la sequía, pero en junio nos empezó a bajar el precio de ganado en la frontera significativamente.
Los importadores argumentan que nos bajaron el precio por la poca superficie que se sembró de maíz para alimentar a los animales, lo cual augura que habrá poco maíz y, por lógica, será más caro”, menciona Soto.
Además de la falta de alimento en Estados Unidos para las cabezas de ganado que se importa de México, el incendio de una empacadora de carne en Holcomb, Kansas, también influyó en la disminución del precio del ganado. Rogelio Soto afirma que tras este accidente se sacrificaron cerca de 60 mil animales, muchos de ellos comprados a México.
Soto Ochoa añade que pese a que integrantes de la UGRD mantuvieron reuniones con funcionarios federales de la SADER, estos no han atendido peticiones como que se les brinden recursos para la compra de avena y suplementos alimenticios para su ganado.
Por su parte, Jaime Herrera considera que la falta de lluvias impacta en los bolsillos de miles de familias duranguenses que viven de esta actividad.
Como director de Ganadera Audentis, Herrera compra a pequeños productores las cabezas de ganado y exporta más de un 90 por ciento a Estados Unidos, y afirma que de su negocio dependen 40 empleos directos y unos mil indirectos, tomando en cuenta su lista de contactos con los que de manera recurrente adquiere a los animales.
“Ya son varios los años que la cantidad que recibimos de agua está por debajo de lo que sería normal para al menos sostener el crecimiento de lo que tenemos aquí en Durango”, expresa Herrera.
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Finanzas en aprietos
Además de los factores que afectan el bolsillo de los duranguenses como la falta de empleo y la sequía, el gobierno del estado deberá enfrentar dificultades en cuestiones financieras para la segunda mitad de la administración de Rosas Aispuro.
Lo anterior derivado del recorte de dinero a ramos, aportaciones y participaciones federales, además de la política de austeridad impulsada por el Gobierno federal.
El Paquete Económico 2020 que se discute en el Congreso de la Unión, proyecta disminuir en un 6.56 por ciento las participaciones y aportaciones federales para Durango. Es decir, que mientras en este 2019 se proyectó la entrega de 27.9 mil millones de pesos de estos dos ramos, para el 2020 se estiman 26.1 mil millones.
Ante esta situación, José Rosas Aispuro se pronunció en contra del proyecto de asignación presupuestal para el siguiente año y aseguró a inicios de septiembre, que es el cuarto estado con mayor disminución de dinero federal.
Para Carlos Maturino, coordinador de los diputados del PAN en el Congreso de Durango, la discusión en el Congreso de la Unión sobre el presupuesto para el siguiente año deberá sumar fuerzas en la entidad para conseguir más ingresos.
“En la propuesta que hace el Ejecutivo federal para el presupuesto 2020 Durango resultó afectado en el tema de infraestructura, campo, salud y de las participaciones. Tenemos que sumarnos todos con el gobernador y con los ayuntamientos para ir a tocar la puerta en el Congreso de la Unión”, sostiene el diputado local.
Jesús Elier Flores Salas, presidente de la delegación en Durango de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), en entrevista con Reporte Índigo señala que el sector empresarial ve el recorte de dinero federal como un “castigo” inmerecido.
Con respecto al tema de falta de infraestructura y el hecho de que la entidad duranguense no está entre las prioritarias para impulsar megaproyectos, el representante de la Coparmex añade que el sector empresarial ve la contratación de deuda como una alternativa para la inversión en obra pública.
“Nos hemos unido con el gobernador en varios temas, uno de ellos endeudar al estado. No solo es necesario, sino que es urgente porque llevamos tres años sin obra, sin hacerle sentir un respaldo importante y constante a los empresarios que en conjunto somos la sociedad, y creemos que no hay más alternativa para salir adelante”, afirma.
Por otra parte, en cuestión de crecimiento económico, Durango promedió para el primer trimestre de este año una cifra de 1.8 por ciento; la cual, aun cuando es superior a la media nacional, no ha llegado a su meta que es de 4.5 por ciento anual, de acuerdo con la organización México ¿Cómo vamos?.
“Lo comentamos en el informe del gobernador, creemos que Durango se encuentra aislado en la situación económica, falta todavía buscar los mecanismos y crear las condiciones para que vengan más inversionistas al estado”, asegura Pablo César Aguilar Palacios, coordinador del grupo parlamentario de Morena en el Congreso local.
Promesa sin cumplir
Durango se caracteriza por ser una de las entidades del norte del país con mayor índice de pobreza.
El contexto económico por el que pasa actualmente no es muy alentador para su ciudadanía en la actualidad y a futuro.
Una de las principales promesas de José Rosas Aispuro a su llegada a la gubernatura de esta entidad en 2016 fue abatir la pobreza.
En contraste con este compromiso, datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) revelan que en Durango el porcentaje de población en situación de pobreza aumentó entre 2016 y 2018.
En 2016, año en que Rosas Aispuro rindió protesta a su cargo como Ejecutivo estatal, el Coneval evaluó que el 36 por ciento de los duranguense vivía en situación de pobreza. Para el 2018 el porcentaje fue de 37.3 por ciento.
Es decir, que mientras en el 2016 hubo 643 mil 300 habitantes de Druango en situación de pobreza, para el 2018 la cifra fue de 680 mil personas.
Con respecto a la población en pobreza extrema, la cifra se ha revertido. En 2016, el 2.8 por ciento de los duranguenses se encontraba en esa situación; para el 2018 fueron 2.2 por ciento.
Esto significa que en la evaluación del Coneval del 2016 hubo 49 mil 600 personas en pobreza extrema en la entidad; cifra que para 2018 se redujo a 40 mil 400.