Desairan a Iztapalapa

La demarcación más poblada de la capital del país tuvo un aumento casi nulo para este año 2014, en comparación con lo que recibió en el ejercicio fiscal anterior.

Los diputados locales que tienen presencia territorial en Iztapalapa prefirieron etiquetar recursos a cualquier otra dependencia de gobierno, o demarcación política, que a la jurisdicción encabezada por Jesús Valencia.

Al parecer, los grupos de poder dentro del Partido de la Revolución Democrática (PRD) conformaron un bloque en contra del titular de la delegación.

Podría tratarse de un castigo político y financiero al único delegado afín al ex jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard. 

Y es que desde que comenzó la presente administración, el delegado ha tenido que enfrentar diversos conflictos con los demás grupos que tienen presencia en esa demarcación.

Incluso, aun antes de su llegada, Iztapalapa se fracturó y fue sede de grandes batalles entre los hermanos René Arce y Víctor Hugo Círigo con los otrora jefes de Gobierno, Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador.

El año pasado la delegación obtuvo un presupuesto total de 3 mil 390 millones 443 mil 568 pesos para sus más de 2 millones de habitantes; mientras que en el 2014 se le asignaron 3 mil 417 millones 381 mil 654 de pesos. 

Eso significa que sólo obtuvo 27 millones de pesos más, cuando hay delegaciones como Gustavo A. Madero que recibieron casi 100 millones por encima de lo que se les dio el año pasado.

La ruta del dinero

A pesar de que hay delegaciones que crecieron menos, como Magdalena Contreras, reciben otro tipo de compensaciones gracias a la labor de los diputados que tienen presencia en ese territorio.

Año tras año, los diputados locales se reparten una bolsa denominada “etiquetados”, a través de la cual deciden qué proyectos se van a realizar en su demarcación o lo entregan a sus jefes delegacionales para las acciones que consideren pertinente.

Este año, el dinero que se repartieron los asambleístas fue de 25 millones de pesos, que de alguna manera terminarán por llegar a las jefaturas delegacionales, a excepción de Iztapalapa.

Y es que en esta ocasión la mayoría de los legisladores de esa zona territorial prefirió etiquetar sus recursos a otras delegaciones o alguna dependencia de gobierno antes que darse a Jesús Valencia.

El argumento es simple: “Los etiquetados del año pasado no los ocupó (Valencia) en lo que había acordado; son proyectos que nunca se realizaron y afectaron la credibilidad de los legisladores”, coincide la mayoría.

De acuerdo con el desglose de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, la diputada Ernestina Godoy solo etiquetó 10 de los 25 millones que tenía a la delegación Iztapalapa.

El diputado Efraín Morales redujo su cuota a solo 7 millones de pesos y para proyectos perfectamente delineados: imposibles de ocupar en otro rubro. Mientras que Daniel Ordóñez nada más etiquetó 5 millones a esa demarcación.

En el caso de Dione Anguiano, no hubo un solo peso que se destinara a la delegación. Todo lo envió al gobierno central y a la Procuraduría Social. 

De igual forma, del legislador Arturo Santana, con quien Valencia tiene un frente abierto, tampoco hubo un peso que se destinara a la delegación. En entrevista, dijo que “de nada sirve si el delegado no los aplica en lo que debe”.

Por esa razón, los recursos de la delegación Iztapalapa estarán limitados, pues hay rubros que no podrá tocar, como el presupuesto participativo que para este año será de 102.5 millones de pesos.

El conflicto político 

Este es, sin duda, el mayor problema de Jesús Valencia, pues es señalado por la mayoría de los diputados de no respetar los acuerdos que se fijaron cuando le dieron su apoyo para convertirse en el jefe delegacional.

Los legisladores afirman que algunos compromisos no se cumplieron y otros fueron rotos a lo largo del 2013. Uno de ellos es el del director territorial en Santa Catarina, afín a Arturo Santana y por el cual hay un plantón permanente.

En su edición del 2 de julio del año pasado, Reporte Indigo dio a conocer que ya había un pleito entre Jesús Valencia y Arturo Santana por los espacios de control dentro de la demarcación, afectando fuentes de empleo y los servicios que debe brindar la delegación.

Los conflictos crecieron cuando intentó arrebatarle espacios a la perredista Dione Anguiano y después cuando tuvo diferencias con el secretario de Gobierno Héctor Serrano.

A eso hay que sumarle el hecho de que Jesús Valencia representa el último poderío de Marcelo Ebrard, con quien el GDF ha protagonizado una serie de luchas de poder rumbo a la elección presidencial del 2018. Y es que prácticamente todos los que se decían marcelistas ahora son manceritas.

Por ello, las puertas se han cerrado en el gobierno capitalino para el jefe delegacional de Iztapalapa. Eso significa que poco o nada de apoyo tendrá para los proyectos que pretende implementar en este año.

Iztapalapa está en pugna desde la administración pasada, cuando Ebrard y Andrés Manuel López Obrador lograron arrebatarle ese bastión a los hermanos Arce-Círigo para imponer a Rafael Acosta “Juanito” y después a Clara Brugada.  

La postura de Valencia

En entrevistas ha negado que tenga un maltrato o distanciamiento con el gobierno capitalino, pero en reuniones privadas es su principal reclamo. Ahí asegura que él no ha roto los acuerdos, que los demás sí y que siempre quieren más. 

Ayer dio nuevas entrevistas y asegura que todo está bien, pero hace énfasis en los proyectos que pretende implementar a lo largo este año, como medida de presión para que el gobierno lo apoye.

Entre estos destaca concluir la remodelación de la Plaza Central, la de Año de Juárez antes de que concluya febrero. Y anunció que en este año pretende remodelar el deportivo Francisco I. Madero, el Mercado Barrio San Miguel y la construcción de una Clínica del Adulto Mayor, así como rescatar 36 parques de bolsillo.