El desafío de Romero Deschamps
Aún cuando integrantes del Sindicato de Trabajadores Petroleros opositores a Carlos Romero Deschamps han exigido un proceso democrático en la elección de sus nuevos dirigentes, al interior se emitieron las convocatorias para la renovación de sus líderes insistiendo en un voto no secreto
Carlos SalazarA pesar de los llamados de los trabajadores petroleros para democratizar su gremio y de su descontento con los actuales liderazgos, Carlos Romero Deschamps y sus allegados pretenden dar un nuevo golpe al interior del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) ignorando las peticiones desde el Senado para modificar los estatutos referentes a la votación de sus dirigentes.
La mañana de ayer, las 36 secciones del STPRM comenzaron a emitir sus convocatorias para la renovación de sus dirigencias en el periodo 2019-2021. Un proceso que según las misivas publicadas por cada sección se llevará a cabo a través del escrutinio o de mano alzada, no a través del voto universal libre y secreto que diversas corrientes han venido exigiendo.
Este desafío detrás del cual estaría el Secretario General Nacional del STPRM Carlos Romero Deschamps reta también al presidente electo Andrés Manuel López Obrador, quien apenas el pasado fin de semana reiteró su compromiso con los trabajadores para que exista la democracia sindical, en especial a los trabajadores petroleros.
“Se termina el voto a mano alzada que tienen que enseñar la ficha. Eso ya no. Es voto secreto, en urna, trabajador por trabajador. Para que sean los trabajadores los que decidan quién sea su representante sindical. Se acaba el charrismo sindical”, prometió López Obrador a trabajadores en Tabasco.
Según los documentos que comenzaron a circular en las primeras horas de esta semana entre los trabajadores sindicalizados, el registro de las planillas para elegir a sus nuevos dirigentes comenzó en algunas secciones el día de ayer, aunque en su mayoría el único día de registro será el día de hoy. Las votaciones se realizarán el próximo miércoles y jueves, dependiendo de la sección.
Estos métodos de elección han sido denunciados tanto por los trabajadores como por diversos actores políticos, ya que es un mecanismo que ha permitido a los caciques sindicales mantenerse en el poder por décadas, tomando represalias en contra de quien se oponga o vote en su contra, por lo que muchos han decidido seguir la corriente.
Sin embargo, después de la elección del 1 de julio, la disidencia al interior del STPRM ha alzado la voz y está enarbolando un movimiento de resistencia en contra de Romero Deschamps y los 36 dirigentes seccionales que operan a su favor.
Su principal exigencia es acabar con la votación a mano alzada o por escrutinio, ya que argumentan que únicamente a través del voto libre y secreto es como terminarán con el reinado de Romero Deschamps y sus operadores en todo el país.
“Ellos se están imponiendo, es obvio que no quieren soltar el sindicato. Van a llevar las elecciones en la forma en que contempla actualmente el estatuto. Esto significa que no va a haber democracia.
“Hay mucho enojo por parte de los trabajadores petroleros, además de que existe miedo. Nosotros decimos que Carlos Romero Deschamps va a salir, en cuanto existan las condiciones necesarias, adecuadas para que se realicen las elecciones, nosotros sabemos que ellos caen, existe hartazgo dentro de los trabajadores petroleros activos”, señala María de Lourdes Díaz Cruz, dirigente del Movimiento Nacional de Transformación Petrolera.
Reporte Indigo informó la semana pasada que la disidencia al interior del STPRM busca que Carlos R. Deschamps ya no se reelija como secretario general.
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Se niegan a claudicar
El movimiento de los líderes seccionales, el cual consideran que es un desafío en toda regla y un último intento de aferrarse al poder no sorprendió a los petroleros disidentes, quienes tenían contemplado que Carlos Romero Deschamps y los dirigentes locales vendieran cara su salida.
“Es un desafío que no nos extraña, porque ellos durante casi tres décadas han obrado con autoritarismo, con corrupción y con fraude.
“Lo extraño es que él piense que el país no ha cambiado, ya que él piensa que poniendo unas urnas y haciendo el maquillaje de democracia, nosotros vamos a caer en el entendido de ir a impugnar a los tribunales y que él con todo el poder económico y corruptor que ha acumulado se la va a llevar en los amparos”, detalla Oscar Solórzano, Vocero del Movimiento de Regeneración Nacional Obrero Sindical, otra facción disidente del STPRM.
Las convocatorias que fueron emitidas esta semana responden a una solicitud que envió la Secretaría General Nacional el pasado 11 de octubre a los Secretarios Generales de las 36 secciones del Sindicato, un escrito que, denuncian los trabajadores, debió hacerse público, y cuya secrecía demuestra la intención de dar un golpe certero a la democracia interna.
Uno de los efectos que ha tenido esta ofensiva por parte del grupo que controla el sindicato —con Romero Deschamps a la cabeza— ha sido el de dividir a los diferentes grupos disidentes.
“Todo eso no lo vamos a validar. Nosotros vamos a crear una ruta jurídica, apoyado por el Senado que garantice la democracia de la vida sindical. Nosotros decimos que el que avale inscribiéndose en esa convocatoria, entonces no es disidente real, entonces está con ellos, y eso nos va a permitir transitar en una ruta auténtica hacia la democracia”, advierte Oscar Solórzano.
Además de la lluvia de impugnaciones que se espera por la elección en las 36 secciones, la disidencia del sindicato espera que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) les niegue la toma de nota a quienes resulten ‘ganadores’ en los comicios.
La razón: El pasado 26 de septiembre, el Senado de la República aprobó un exhorto a la STPS para que exija al sindicato a que modifique sus estatutos y garantice la votación universal, libre y secreta en sus procesos internos, o de lo contrario se le niegue la toma de nota a los dirigentes.
Aunque la dependencia no está obligada a cumplir el exhorto del Senado, la presión tanto del gobierno electo como de los trabajadores petroleros es enorme, por lo que deberá tener mucho tacto para tomar una decisión, o bien podría heredar el conflicto a la administración entrante.
El conflicto en el STPRM está servido.