Desafío jurídico al T-MEC, nuevo nivel para la estrategia de AMLO
AMLO ya dio muestras de implementar su estrategia política de siempre para resolver las controversias jurídicas del T-MEC pese al conflicto que esto pudiera con Estados Unidos, el socio comercial más importante de México
Carlos MontesinosSi bien López Obrador ha creado la costumbre de encontrar salidas políticas para las cuestiones jurídicas que se le presentan, ahora pondrá a prueba esta estrategia con los procesos iniciados en el marco del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) de libre comercio, siendo que ya suman controversias en los ámbitos energético y laboral.
Encomendado a Chico Ché y amparándose en el artículo 8.1 del T-MEC que establece la “propiedad inalienable” de México sobre sus hidrocarburos, el Gobierno de López Obrador hace frente a las consultas solicitadas por las administraciones de Joe Biden y Justin Trudeau al considerar que la política energética mexicana viola varios puntos del acuerdo.
#Nacional | La mañana del pasado miércoles Palacio Nacional ‘bailó’ al ritmo de Chico Ché; #AMLO usó uno de sus temas para mofarse de la oposición https://t.co/SsTXnX1J6m
— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) July 21, 2022
La doctora Arlene Ramírez, académica del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey y fundadora de la consultoría Brandketing, comenta a Reporte Índigo que estas condiciones podrían generar graves consecuencias para México si no se tratan con la seriedad que ameritan y se priorizan distracciones políticas.
“El hecho de que haya una controversia a este nivel y que se le sume a la controversia laboral que tiene Estados Unidos contra la operación de los sindicatos y demás en México le está agregando un clima bastante adverso al Tratado. Al T-MEC todavía le falta mucho para estar al 100 por ciento”.
Para Ramírez, que el Tratado comience a acumular esta clase de controversias cuando aún se deben afinar tanto los compromisos pactados como los mecanismos regulatorios, representa un riesgo de detonar una “espiral de incumplimientos” que, en un largo plazo, llevaría a la desaparición del T-MEC, puesto que no tendría beneficios.
Lo anterior al tomar en consideración que la transición del Tratado de Libre Comercio de América del Norte al T-MEC planteó el tema energético, mecanismos de resolución de controversias patronales mucho más eficientemente y la participación competitiva de micros, pequeñas y medianas empresas, rubros en donde no se está teniendo incidencia positiva.
Finalmente, también recalca que esta situación llega en un momento de máxima complejidad dado el conflicto en Ucrania, la crisis energética en Europa, la baja popularidad de Joe Biden de cara a las elecciones de medio mandato en Estados Unidos y la amenaza de recesión económica global tras la pandemia de COVID-19.
“Este tema lo debemos ver con mucha seriedad, más que a la luz de las distracciones políticas y mediáticas. Tenemos que verlo con la seriedad que implica la pérdida de empleos, la pérdida de inversión en la antesala de una recesión global que es inminente”, advierte la doctora en Relaciones Internacionales.