Depuración lenta y dolorosa

Jalisco encabeza la lista de entidades con mayor retraso en su proceso de depuración policiaca.
Fue lo que informó el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Óscar Vega Marín, esta semana al tratar los avances de la estrategia de control de confianza.

El proceso de depuración policiaca de Jalisco va apenas en un 23 por ciento.

Y solo por debajo se encuentran estados como Chihuahua y Quintana Roo con un 21 y 5 por ciento de avance.

Ángel Plascencia Ángel Plascencia Publicado el
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policías por cada mil habitantes recomienda la ONU.
Como el tercer estado  más atrasado –solo después de Chihuahua y Quintana Roo- Jalisco tiene un gran número de retos en materia de depuración policiaca

Jalisco encabeza la lista de entidades con mayor retraso en su proceso de depuración policiaca.
Fue lo que informó el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Óscar Vega Marín, esta semana al tratar los avances de la estrategia de control de confianza.

El proceso de depuración policiaca de Jalisco va apenas en un 23 por ciento.

Y solo por debajo se encuentran estados como Chihuahua y Quintana Roo con un 21 y 5 por ciento de avance.

Como el tercer estado  más atrasado, Jalisco tiene un gran número de retos en materia de depuración policiaca. Los policías no confían en quienes aplican  las pruebas de control.

Se están renovando muchos de los permisos colectivos de portación de armas de corporaciones municipales, por lo que existe una saturación de trabajo en el Centro Estatal de Evaluación y

Control de Confianza.

La prueba del polígrafo, que es una de las últimas, es una de las más temidas por agentes de todas las corporaciones.

Por otro lado, el propio secretario ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP), Ricardo Homero Salas Torres, señaló que se han encontrado con varios elementos que trabajan en dos y hasta tres corporaciones.

Estos agentes favorecidos, que muchas veces aparecen en las escandalosas listas de incapacitados, aunque reprueban las pruebas no son despedidos.

Es un problema que denuncian policías en activo que no tienen estas influencias, pues se quejan de que ganan poco, trabajan mucho y encima no tienen seguridad laboral pues ellos sí pueden ser despedidos en cuanto reprueben uno de los cinco exámenes.

Vega Marín indica que el 80 por ciento de los elementos reprobados en México se mantienen en su cargo.

De hecho, información al interior del Ayuntamiento de Guadalajara apunta a que en los escoltas del propio secretario de Seguridad Ciudadana, hay elementos que no pasaron las pruebas de control de confianza.

Y que incluso muchos ex funcionarios de áreas de seguridad suspendidos en la administración pasada están siendo reintegrados en esta.

Son varios los directores de policía que refieren su desconfianza al centro evaluador.

Señalan que obedece a intereses políticos y que sufre presiones de todo tipo para que algunos elementos no reprueben.

Y es que al depender de la Secretaría General de Gobierno, y al no estar ésta obligada a rendir cuentas sobre los resultados de las depuraciones, poco se puede saber sobre el manejo de la información generada.

Por eso quizá la única forma de no politizar este ejercicio es creando un consejo ciudadano autónomo que evalúe a los policías.

De hecho, uno de los problemas que refieren los agentes es que ellos no tienen acceso a ninguno de los resultados de sus pruebas.

Con lo anterior piensan que muchos despidos se pueden dar a discrecionalidad.

Hay elementos con más de 20 años de trayectoria intachable de servicio que no pasan una de las pruebas y tienen que dejar la corporación en la que trabajan.

Por eso funcionarios de las áreas de seguridad critican que no exista a la par de estos exámenes, otros que tomen en cuenta la trayectoria y el servicio que ya han prestado los

elementos en activo.

¿Quién querría arriesgar su vida con un sueldo de 12 mil pesos al mes y constantes amenazas anuales de que podría ser despedido?

Muchos elementos están renunciando antes de presentar las pruebas.

La situación de incertidumbre para los agentes de policía en el estado de Jalisco al interior de las corporaciones policiacas es pan de cada día, pues la psicosis de un despido masivo está presente.

Y es que aunque la estrategia de control de confianza busca entregar corporaciones policiacas confiables, de rebote está dejando sin policías al estado y está volviendo la carrera policiaca un trabajo aún más indeseable.

Corporaciones incapacitadas

Apesar del clima de inseguridad, la cantidad de policías en activo en las calles de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) está mermada en algunos municipios hasta en más del 60 por ciento.

En San Pedro Tlaquepaque la necesidad – según fuentes del Ayuntamiento – es de cerca de mil 200 policías, es decir, la cantidad óptima para garantizar la seguridad de los habitantes sería de 2 mil y apenas cuentan con 873.

Pero no todos los policías de esa corporación están en las calles.

Y es que en este municipio hay apenas 330 elementos para proteger alrededor de 300 colonias. Los 543 restantes operan en oficinas administrativas y otro porcentaje se encuentra incapacitado.

La cantidad de incapacidades permanentes afecta también la presencia policial en las calles de la ZMG.

Pero no todas se tratan de incapacidades reales, el Centro Estatal de Evaluación y Control de Confianza ha señalado casos de agentes que laboran en dos corporaciones distintas.

Mientras se incapacitan en una periódicamente, en la otra permanecen operativos.

Esta situación es más común de lo aparente.

Incluso los Ayuntamientos y cuerpos policiacos no han querido indemnizar a los incapacitados permanentes y los mantienen en sus filas percibiendo un sueldo a pesar de que no patrullan las calles.

“Los elementos que son incapacitados permanentes, pues qué pena, pero ellos están ganando como nosotros, como un operativo que se arma, que va a la calle. Es lo que han querido hacer desde la otra administración, ha sido indemnizarlos. No lo han hecho no sé por qué”, dijo un elemento.

Temor de uniformados

En entrevista para Reporte Indigo, un elemento de la Policía de Guadalajara que pidió el anonimato relata los pormenores de la aplicación de los Exámenes de Control de Confianza

Por Esteban Contreras

Los policías con más de dos décadas de servicio tienen miedo de ser despedidos, pues antes de cada una de las cinco pruebas de evaluación los obligan a firmar un compromiso para su despido en caso de no aprobarlas.

Eso mencionó en entrevista con Reporte Indigo un elemento de la Policía Municipal de Guadalajara.

“El médico es un examen exhaustivo de tu persona, pero antes tienes que firmar un papel donde das el permiso para que te puedan checar.

“El papel que te ponen ahí donde dice que es un examen clínico, abajo te dice que si tú no haces ese examen y si haces algo para que no se haga ese examen por consecuencia se te quitará tu trabajo. Todos los exámenes los tienes que hacer”.

A esta presión que se vive en las corporaciones se suma la premura por cumplir con la evaluación del total de personal de seguridad, que hasta finales de octubre se había cumplido en 40 por ciento de los 26 mil 600 policías con que cuenta Jalisco.

Al día de hoy la cuenta regresiva para completar con las pruebas de control de confianza es de menos de ocho semanas y los procesos de evaluación son tardíos, de por lo menos cinco semanas, según menciona el policía de Guadalajara.

“El doping fue una semana, a la otra semana el médico de la sangre y a la otra semana el de control de confianza, pero ahí te dan 15 días para que adquieras todos los papeles que te piden.

“El otro examen va a ser el polígrafo, pero ese examen no lo han hecho todos los elementos. Y no me han llamado a mí para hacer ese examen”.

Agrega también que el polígrafo es la última prueba, pero que muchos elementos tienen miedo de hacerla porque en ella son hostigados y presionados. Afirma que solo el 20 por ciento de los policías municipales de Guadalajara han hecho este examen.

“Ese examen (el polígrafo) dicen que son muy agresivos. Yo lo hice hace dos años”.

Las pruebas aplicadas son psicológicas, toxicológicas, físicas, médicas, socioeconómicas y de polígrafo. Y es en la socioeconómica donde existe un cuello de botella, pues cada policía evaluado tiene que reunir todos los documentos acerca de sus propiedades y las de sus familiares directos, ya sean bienes muebles o inmuebles.

“El examen socioeconómico, que es todo lo que es tu entorno familiar, laboral, tu pasado. Ahí te piden los nombres de tus familiares muertos. Lo que quieren ellos determinar es si tienes algún bien mueble o inmueble y cómo lo adquiriste con un sueldo de policía.

“Te piden acta de nacimiento, de tus hijos. Te piden los datos de tus padres, tus hermanos; escrituras de casa si es propia, si es rentada también hay que decir quién la renta, si es prestada quién te la presta, con nombres y teléfonos”.

Aplicar los cinco estudios en el Centro Estatal de Evaluación y Control de Confianza no garantiza certeza para los policías en activo, pues en ningún momento son notificados de sus resultados:

“A ti no te dicen que pasaste el examen. Nada más ahí llega un papel donde dice que te están desarmando y no te dan ninguna explicación. Por eso es la psicosis, por eso es el miedo de los compañeros, porque no te están diciendo que si pasaste el examen o por qué te están desarmando”.

La falta de comunicación ha generado un clima de estrés laboral, menciona.

“Hay una psicosis y una preocupación muy grande de que van a hacer el examen y nos van a correr. Todos piensan que nos van a correr si vamos a hacer el examen de confianza”.

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