Depredan inmobiliarias al valle de Guadalupe en BC
La cancelación del concierto de Christian Nodal en la principal región vitivinícola del país puso en evidencia el descontrol territorial impulsado por una industria inmobiliaria rampante. Desmontes sin permisos, ausencia de controles gubernamentales y falta de visión a largo plazo ponen en riesgo la sustentabilidad del lugar
Víctor R. RodríguezEl Valle de Guadalupe, en Baja California, principal región vitivinícola de México con 72 casas productoras y fuente del 90 por ciento del vino producido en el país, se encuentra bajo asedio por una industria inmobiliaria rampante.
Desmontes sin permisos ambientales, opacidad en los trámites de construcción y uso de suelo irregular alteran la calma de una región que deja una derrama de 800 millones de dólares anuales por turismo y que abarca los poblados de Francisco Zarco, San Antonio de Las Minas y El Porvenir, en el municipio de Ensenada.
La cancelación del concierto de Christian Nodal en octubre de 2021 puso luz sobre una realidad que poco a poco emerge sobre el Valle de Guadalupe: un descontrol territorial impulsado por millonarias inversiones del ramo inmobiliario.
El desmonte ilegal de 25 hectáreas de chaparrales y matorrales costeros, en lo que pretendía ser el nuevo foro de espectáculos con una capacidad de aforo de 10 mil personas, generó la respuesta inmediata de una comunidad que lucha por defender la vocación agrícola del valle.
Aún cuando el Programa Sectorial de Desarrollo Urbano-Turístico de los Valles Vitivinícolas de la Zona Norte de Ensenada, actualizado en 2018, informa sobre los requisitos y limitantes para construcciones en la zona, el proyecto de la empresa APM Producciones, responsable del concierto de Christian Nodal, estaba plagado de irregularidades desde el inicio.
Falta de permisos ambientales municipales, remoción de sellos de clausura de autoridades ambientales estatales y la ausencia de permisos para la realización del desmonte de flora nativa dieron pie a la clausura por parte de representantes de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Para muchas voces críticas, la cancelación del foro de espectáculos es apenas la punta del iceberg del problema de irregularidades inmobiliarias diseminadas por todo el valle ensenadense.
“Acaban de anunciar un megaproyecto hotelero en el valle. Muestra de que solo piensan en cómo depredar para construir. No importa que sea un hotel diseñado por un despacho de arquitectos de renombre u otro viñedo de lujo. Lo que sucederá es que si no protegemos la vocación agrícola del valle, vamos a lograr la total destrucción del destino”, comenta el joven arquitecto.
Ordenamiento territorial del Valle de Guadalupe
La conservación del Valle de Guadalupe, no sólo de su vocación agrícola sino también de los ecosistemas que anteceden al cultivo de la vid, han sido una preocupación constante de expertos y residentes.
Chaparrales, matorrales costeros, bosques de álamo y encinos forman parte de un catálogo natural propio de un ecosistema subrayado como hotspot de la Provincia florística de California. Estas motivaciones quedaron estipuladas en el Programa Sectorial de Desarrollo Urbano-Turístico de los Valles Vitivinícolas de la Zona Norte de Ensenada.
Ileana Espejel, académica de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) ha sido partícipe intermitente en la investigación y diseño del programa de ordenamiento y conservación del Valle de Guadalupe.
“Hace 30 años, cuando llegó el enólogo Hugo D´Acosta, ya había problemas con desarrollos inmobiliarios irregulares en San Antonio de las Minas; desde entonces reconocimos la necesidad de tener un orden territorial”.
Gracias a su experiencia y a la de otros actores, lograron concretar el Programa Sectorial de Ordenamiento Territorial del Valle de Guadalupe en 2010 donde quedaron delimitados los tres poblados (Francisco Zarco, El Porvenir y San Antonio de las Minas) dentro del valle; se dio prioridad al uso de suelo agrícola; marcaron las actividades permitidas en suelo condicionado al desarrollo y se estableció una capa de ordenamiento ecológico que protege laderas y arroyos bajo el concepto de área de conservación.
Este primer documento de ordenamiento territorial dio paso al diseño de un reglamento que incluyó las responsabilidades para la liberación de permisos de construcción y restricciones bajo custodia de los diferentes departamentos del municipio de Ensenada.
Violan reglamento
No obstante la existencia de los reglamentos territoriales, persisten varias construcciones que no cumplen con los reglamentos establecidos para llevar a cabo actividades en suelos clasificados como agrícolas o de conservación.
El último documento de Por un Valle de Verdad reúne evidencia fotográfica de desarrollos inmobiliarios que estarían operando ilegalmente dentro del Valle de Guadalupe.
La construcción de dos fraccionamientos, cabañas irregulares, dos bares-restaurantes y el foro de espectáculos comparten el mismo modus operandi: comienzan con el desmonte y los movimientos de tierra sin contar con los permisos necesarios para trabajar en zonas de conservación o cambio de uso de suelo.
El reglamento territorial, en su Artículo 13 sobre zonas de conservación, establece las limitantes para realizar construcciones dedicadas al arrendamiento y el requisito de contar con una evaluación de impacto ambiental en casos de apertura de caminos o brechas para el manejo de flora nativa.
En cuanto a la protección del paisaje, en su artículo 24 estipula medidas para evitar alteraciones o transformaciones de montañas, cerros o lomas buscando conservar el entorno natural y físico del lugar.
En todos los casos documentados por el grupo local, existe evidencia de violaciones sancionables.
Este descontrol tiene de nervios a los pequeños empresarios del Valle de Guadalupe. El chef Jair Téllez comparte una mirada afilada sobre la realidad que impera en el Valle de Guadalupe.
“Esto que ha sucedido en los últimos 18 meses es parte de un proceso que se venía venir. Lo de Nodal simplemente lo aceleró. Poco a poco ha ido mudando las vestiduras, de ser un valle tradicional agrícola a uno ofrecido a la noche, uno lúdico, separándose con ello de los orígenes agrícolas del Valle de Guadalupe”, comenta el chef de Verde y Crema en Tijuana y Merotoro en la Ciudad de México.
Todo este caos territorial ha salpicado las discusiones en torno al conflicto, confrontando a empresarios y activistas con el ayuntamiento presidido por Armando Ayala Robles. Para dar solución a la problemática, las partes acordaron la creación de la Comisión para el Desarrollo Integral de los Valle Vitivinícolas Zona Norte, con la que se espera encontrar nuevos rumbos de solución.