Denuncias por violencia familiar contra mujeres encabezan reportes en CDMX

El el último año se registraron al menos 37 mil carpetas de investigación por violencia familiar en la Ciudad de México; no obstante, la mayoría de estos ilícitos no se denuncian por la cercanía de los agresores con las víctimas
José Luis Ramos José Luis Ramos Publicado el
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Las mujeres en la Ciudad de México (CDMX) padecen de todo tipo de violencia; sin embargo, la que se da en el seno familiar es la que encabeza las denuncias y llamadas de emergencia en la capital, donde cada año se abren más de 37 mil carpetas de investigación por estos casos y, cerca de 65 mil han permanecido en el anonimato en los últimos años por falta de denuncia.

El Artículo 200 del Código Penal para el Distrito Federal señala que la violencia familiar es una acción u omisión ejercida a través de cualquier tipo de violencia física, psicoemocional, sexual, económica, patrimonial o contra los derechos reproductivos del o la cónyuge, excónyuge; la concubina o exconcubina; el concubinario o exconcubinario; o parientes consanguíneos que se castiga con entre uno y seis años de prisión.

De acuerdo con los resultados del programa estadístico de los Centros de Justicia para las Mujeres (CJM) 2023, alrededor del 77 por ciento de las capitalinas entre 15 y 24 años han sufrido hechos de violencia alguna vez en su vida; no obstante, el porcentaje aumenta con el rango de edad y, en las habitantes de la CDMX de entre 35 y 44 años, la cifra supera el 81 por ciento.

La capital cuenta con cuatro CJM ubicados en las alcaldías Iztapalapa, Magdalena Contreras, Tlalpan y Azcapotzalco, donde más del 75 por ciento de las denuncias que reciben al año son por algún tipo de violencia familiar.

Falta denuncia

Aunque la pandemia de Covid-19 disparó las denuncias por casos de violencia familiar en la CDMX, como en el resto del mundo, la mayoría de las víctimas de este ilícito suelen no denunciar a sus agresores, pues en la mayoría de los casos son sus cónyuges, familiares o parejas sentimentales.

“La violencia familiar es uno de los fenómenos más subregistrados en Norteamérica y en la parte latinoamericana de toda esta región. Como lo advertimos con la pandemia en el año 2020 y 2021, se multiplicaron por 10 el número de reportes que tuvimos relacionados con violencia familiar y de género”, explicó a Reporte índigo, Salvador Guerrero Chiprés, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia (CCSJ) de la Ciudad de México.

El aumento en los registros de este tipo de violencia ha ido más allá del incremento en denuncias que detonó la pandemia. En la capital las carpetas de investigación abiertas por violencia familiar se incrementaron 35 por ciento en los últimos tres años, al pasar de 27 mil 765 en 2020 a 37 mil 578 en 2023  según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Solo entre enero y abril de 2024 se han abierto 12 mil 322 investigaciones en la CDMX por este ilícito, siendo marzo el mes con más registros con 3 mil 427.

“Lo que se llama comúnmente la cifra negra es enorme en todas las agencias del Ministerio Público, ahí puedes encontrar personas que te van a decir que muchos de los casos de violencia familiar no se reportan; es decir, no se conoce por la autoridad, y esto lo saben los propios agentes del Ministerio Público porque han visto como declinan las personas que son víctimas al denunciar”, detalló Guerrero Chiprés.

El CCSJ atiende diariamente 25 reportes por violencia familiar, de los cuales nueve de cada 10 víctimas son mujeres. En el 33 por ciento de los casos que reciben el agresor es el concubino; en 21.7 por ciento es un cónyuge;  en 18 por ciento es la expareja; en 8.3 por ciento es un familiar; y en 5.9 por ciento es un novio.

“Por definición la violencia familiar tiene al principal depredador dentro del hogar y esto es, en buena parte, pues un resultado y una causa. Es causa o está asociado al hecho de que muchas personas no quieren reportar a su pareja, expareja o cónyuge”, agregó Chiprés.

‘No van a cambiar’

Ester tiene 35 años y vive en la alcaldía Álvaro Obregón, hasta hace un par de años era víctima de violencia familiar por parte de su esposo, quien además de celarla y prohibirle ejercer su profesión, la agredía físicamente y su punto de inflexión llegó una noche que, alcoholizado, intentó asfixiarla. A partir de entonces emprendió un viaje que la liberó de un matrimonio violento, pero no de otro tipo de violencias como la económica.

“Primero todo era emocional y económico, después él comenzó a beber mucho y comenzaron los abusos físicos. Él era muy violento, combinaba el clonazepam con el alcohol, lanzaba puños al aire”, relató Ester.

Luego de varios meses en los que era despertada abruptamente para iniciar una pelea, fue agredida físicamente. “Eran empujones, sacudidas, posteriormente comenzaron ya las violencias más duras, y a él lo terminé dejando porque intentó asfixiarme, y quiso llevarse en ese momento a los niños”, indicó.

Tras esta experiencia, la obreguense se separó y enfrentó la revictimización en el Ministerio Público, donde minimizaron su intento de feminicidio, alegando que solo se trataba de “un conflicto matrimonial”, y le aseguraron que la violencia de la que era víctima “era lo normal para las mexicanas”.

Sin embargo, pese a esto y a que ahora enfrenta la manutención de sus dos hijos con un padre deudor alimentario, se dice satisfecha de su decisión, y encontró una red de apoyo en el colectivo Ley Sabina, donde conoció a otras mujeres que también pasaron por problemas similares.

“Los hombres violentos no van a cambiar. Dar ese paso da mucho miedo, yo entiendo a las mujeres que no denuncian, pero les juro que una vez que se deciden todo cambia, y es para bien”, aseveró la otrora víctima de violencia familiar y hoy activista.

‘No están solas’

El presidente del CCSJ de la CDMX detalló que acercarse a pedir ayuda a instancias como el propio Consejo, la Secretaría de la Mujer y la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México puede reducir el riesgo de que la violencia familiar escale a un feminicidio, pues existe el tamizaje de riesgos.

“Si hay una mujer que nos dice que fue amenazada de muerte, que la patearon en el suelo, que también la amenazaron con un arma de fuego y quien lo hace, es además una persona que tiene problemas de consumo problemático de sustancias adictivas, o que inclusive estuvo vinculado a sucesos delictivos, es considerado riesgo feminicidio”, explicó Chiprés.

El titular del CCSJ de la CDMX recalcó que las mujeres víctimas de violencia familiar “no están solas”, y todas tienen derecho de pedir que su agresor salga de casa, aunque este sea el dueño de la casa. “Esta es la única entidad en que eso ocurre, y el 95 por ciento de las personas todavía no conoce eso”, subrayó.

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