Bosque de Tlalpan en disputa
Carlos Ponce Vargas, exsocio de la Asociación Corredores del Bosque de Tlalpan (CBT), denuncia que este grupo de particulares explota el Bosque de Tlalpan con la organización de la Carrera del Padre para obtener fondos sin resarcir nada a este pulmón capitalino.
Ponce Vargas entregó un extenso documento a la Dirección General de Gestión Forestal y de Suelos de la Semarnat, el cual fue reenviado a la Comisión de Recursos Naturales (Corena), responsable del Bosque de Tlalpan.
Icela Lagunas
Carlos Ponce Vargas, exsocio de la Asociación Corredores del Bosque de Tlalpan (CBT), denuncia que este grupo de particulares explota el Bosque de Tlalpan con la organización de la Carrera del Padre para obtener fondos sin resarcir nada a este pulmón capitalino.
Ponce Vargas entregó un extenso documento a la Dirección General de Gestión Forestal y de Suelos de la Semarnat, el cual fue reenviado a la Comisión de Recursos Naturales (Corena), responsable del Bosque de Tlalpan.
“La carrera se usa para vanagloriarse de que hacen una carrera pedestre muy grande, y con todo mi tristeza usan los fondos que con trabajos se formaron, 6 millones de pesos, que dicen se invirtieron en la carrera, pero el pobre Bosque ya no recibe nada”, acusa el exdirector de dicha asociación.
José Manuel Ávila Cetina, exdirector de Corena, detalló que esto es reflejo del caos que impera en el Bosque de Tlalpan, que ante el vacío de autoridad, grupos de particulares asumen derechos sobre él.
Ponce Vargas, quien hasta hace unos días formaba parte de la Secretaría del Medio Ambiente capitalina (Sedema), explicó que a su llegada al cargo, en el 2014, encontraron una comunidad en la que dos organizaciones tenían enorme injerencia sobre el Bosque: la Fundación para la Protección del Bosque de Tlalpan y la Asociación de Corredores del Bosque de Tlalpan.
Para tratar de recuperar el control se les informó que ciertas actividades que estos grupos asumían como propias serían desarrolladas por la Corena; las organizaciones sintieron que se atentaba contra su poder para decidir sobre esta área natural.
La gota que derramó el vaso
Ese fue el inicio de una serie de desencuentros entre el entonces director de la Corena, José Manuel Ávila Cetina con la Fundación para la Protección del Bosque de Tlalpan y la Asociación de Corredores del Bosque de Tlalpan.
Eso, refiere Ávila Cetina, derivó en las acusaciones en su contra por tala de árboles y actos de presunta corrupción que niega rotundamente.
El enojo de estos grupos detonó cuando en junio de 2016, Ávila Cetina les informó de manera oficial que para realizar la XXXVI edición de la Carrera del Día del Padre, la Asociación de Corredores del Bosque y Grupo Martí tendrían que pagar 4 millones de pesos por concepto de “uso de espacios al aire libre para la realización de eventos privados”, de acuerdo con las Reglas para la Autorización, Control y Manejo de Ingresos publicadas en la Gaceta Oficial.
Además de obligarlos a regresar el espacio libre de residuos sólidos.
En oficio dirigido a Humberto del Valle Alquicira, director general de Emoción Deportiva, el extitular de Corena precisó las condiciones, días, horarios y pago por el uso de las instalaciones.
“Los espacios públicos no pueden caer en manos de estas organizaciones particulares, la ciudad de México no puede ser rehén de nadie”, detalló en entrevista.
La tala, necesaria
Respecto a la acusación de tala masiva de árboles que él habría ordenado, documenta que desde 2014 la Sedema -en coordinación con la asociación Corredores del Bosque de Tlalpan- realizó un proyecto denominado “Diagnóstico General de Biota (Flora y Fauna) y el impacto antrópico en el Área Natural Protegida Bosque de Tlalpan” a partir del cual se identificaron algunas problemáticas ambientales.
Luego, en 2015, la misma dependencia local en colaboración con la Comisión Nacional Forestal (Conafor) desarrolló el proyecto “Inventario-Diagnóstico y Saneamiento Integral del Arbolado del Área Natural Protegida del Bosque de Tlalpan en el Distrito Federal, México”, enfocado al saneamiento y conservación de ese pulmón de la capital.
El objetivo, explicó, fue realizar un inventario del arbolado y proceder a su restauración.
Con dicho objetivo el Gobierno federal, a través de la Conafor, aportó 8 millones de pesos a través de un convenio y se ejecutaría por la Universidad de Chapingo.
El inventario arrojó la existencia de 60 mil árboles en el Bosque de Chapultepec, de los cuales se sugería el retiro de mil, por encontrarse enfermos o con plagas.
Ávila Cetina sostiene que se llevó a cabo el procedimiento supervisado por la Dirección General de Regulación Ambiental (DGRA), presentando una Declaratoria de Cumplimiento Ambiental.
En agosto de 2016, la DGRA autorizó el derribo de 317 árboles, primero, y 683 árboles adicionales en el Bosque de Tlalpan, todos en riesgo, obligando a Corena a documentar su restitución a través de un reporte fotográfico.
Sin vínculos con Yelizyotl
Ávila Cetina rechazó ser el director de la consultoría Yelizyotl Estudios de Impacto Ambiental y Proyectos de Desarrollo Sustentable, como lo acusaron integrantes del Fundación para la Protección del Bosque de Chapultepec, que refieren fue juez y parte en el proceso para avalar la poda.
Aseguró que firma la documentación en calidad de director de Corena y nunca como director de dicha consultoría, cuya opinión sí existe en el expediente de la Sedema.
Aclaró que la renuncia que presentó al cargo de director de Corena se debe a que ya no coincidían sus intereses con los de sus superiores y nunca, por el trabajo de colaboración que efectuó con la actual delegada morenista en Tlalpan, Claudia Sheinbaum Pardo, a quien conoce desde el 2001 cuando laboraron juntos en la administración del entonces perredista Andrés Manuel López Obrador.