Democracia costosa, financiamiento a partidos políticos
Una alternativa para la reforma Electoral de AMLO sería revisar el financiamiento que reciben los partidos políticos, que en 2021 superó los 7 mil millones de pesos, y el presupuesto del INE, que en 2020, cuando sólo hubo dos elecciones locales, fue de más de 11 mil millones
Carlos MontesinosEn su primera conferencia mañanera del año, el presidente López Obrador se pronunció en favor de revisar los presupuestos tanto del INE como de todos los organismos autónomos, como el INAI y el IFETEL, además de los partidos políticos.
El mandatario pidió ver con buenos ojos la posible reducción en el número de legisladores de representación proporcional o plurinominales. En ambos casos, sustentó su postura diciendo que se debe consolidar la “austeridad republicana” para destinar la mayor cantidad de recursos posibles a desarrollo, bienestar, educación y salud.
El especialista Eduardo Huchim considera que es precisamente en la cantidad de recursos que se le destinan tanto al INE como a los partidos políticos en donde se debe poner el foco de la discusión de la eventual reforma que impulsará López Obrador. Esto bajo el argumento de que, en años donde no se celebran procesos federales, el INE no justifica un gasto tan grande.
Como argumento, Huchim pone como ejemplo no este 2021, en donde se celebraron procesos electorales en todos los niveles y entidades de la República, sino en 2020, cuando apenas hubo elecciones para elegir al Congreso de Coahuila y a las presidencias municipales de Hidalgo. En dicho año, el presupuesto del INE superó los 11 mil millones de pesos, casi mil millones mensuales, y su plantilla laboral rondó los 18 mil trabajadores.
Además del financiamiento del INE, López Obrador también ha puesto la mira en repetidas ocasiones sobre los recursos públicos que obtienen los partidos políticos. Tan sólo durante los meses más críticos de la emergencia sanitaria por el coronavirus, utilizó más de una conferencia mañanera para criticar que los partidos no regresaran sus presupuestos para la compra de equipo médico y, eventualmente, de las vacunas.
El financiamiento a los partidos políticos también está contemplado en la Constitución. Es el artículo 41 el que mandata una partida presupuestal equivalente al número de ciudadanos inscritos en el padrón electoral multiplicado por el 65 por ciento del valor diario de la Unidad de Medida y Actualización. Para 2021, esta partida superó los 7 mil 226 millones de pesos que se repartieron entre los 10 partidos políticos con registro nacional.
A consideración de Huchim, “el financiamiento público a los partidos, desde luego, es excesivo. Estamos hablando de que consumen siete mil millones, es demasiado. Además, para la calidad de partidos que tenemos, no se justifica ese gasto. Entonces sí hay que mirar no sólo al órgano electoral, sino también al financiamiento público de los partidos, buscando llevarlo a la baja y terminar con ese exceso”.
Más aún si se considera que los tres partidos de nuevo registro, Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas y Fuerza Por México, se perfilan a perder el registro tras los cómputos distritales del INE, por lo que sólo habrán tenido acceso a la partida presupuestal, que para ellos rondó los 114 millones de pesos, antes de desaparecer.
Como una opción para reducir el número de partidos, distintas figuras han barajado la posibilidad de volver a incrementar el porcentaje mínimo de votación requerido para mantener el registro, pasando del tres al cuatro por ciento. Si esta modificación, también constitucional, se llegara a hacer, y los partidos del Trabajo y de la Revolución Democrática obtuvieran resultados similares en 2024, ambos perderían el registro.
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Pluris y financiamiento a partidos políticos, en la mira
Cuatro días después de la jornada electoral, el jueves 10 de junio, el primer mandatario se reunió con los integrantes del Consejo Mexicano de Negocios (CMN), a quienes, de acuerdo con versiones periodísticas, les habría pedido confianza puesto que sólo le falta por impulsar tres grandes reformas constitucionales en su mandato. La primera sería el fortalecimiento de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la segunda el traspaso definitivo de la Guardia Nacional a la Sedena.
La última de estas reformas se perfila para ser la electoral. Si bien la idea de extinguir al INE parece haber quedado en las campañas, López Obrador ha retomado su postura de reducir o incluso eliminar la figura de los legisladores plurinominales, algo que ya respaldó públicamente desde 2019, cuando el senador Martí Batres presentó una iniciativa en dicho sentido que, hasta el momento, ha permanecido en la “congeladora” legislativa.
Sobre este planteamiento hecho por el Presidente a los principales empresarios del país, el exconsejero del INE y académico del Tec de Monterrey, Arturo Sánchez Gutiérrez, dice que se debe esperar a la iniciativa final que López Obrador presente al Congreso de la Unión.
Señala que los legisladores plurinominales están contemplados en la Constitución como parte del sistema de representación proporcional.
“La propuesta que se comentó en el sentido de modificar el esquema de plurinominales, también requiere de un cambio constitucional. Ahí es en donde habrá que estar atentos para ver qué es lo que propondrá el Presidente y de qué manera considera que pudiera hacerse algún cambio. Mucho se ha dicho de reducir el número de representación proporcional, pero también se había dicho bastante de reducir el financiamiento público a los partidos”, asegura.
Por su parte, Eduardo Huchim, exconsejero del IEDF durante el paso de López Obrador por la Jefatura de Gobierno, defiende la labor que cumplen los legisladores plurinominales. Señala que, si bien se trata de una figura altamente cuestionada por la ciudadanía, también brinda equidad y representatividad al sistema de “el ganador se lo lleva todo” que hay con la mayoría relativa.
“En el sistema en el que todo es para el ganador, si el ganador tuvo 50 votos más que el oponente, eso significa que los votantes del oponente se quedan sin representación y los únicos representados son los que dieron la mayoría, pero hay ocasiones en que esa mayoría es muy baja. Suficiente para ganar, pero deja sin representación a la otra parte del electorado”, considera.
Incluso plantea la posibilidad de transitar a un modelo enteramente de representación proporcional en donde todos los integrantes de la Cámara de Diputados salgan de listas de partidos, bien nacionales o regionales.