La defensa legal de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón, solicitó este miércoles una condena de 20 años de prisión para su cliente, en contraste con la cadena perpetua que ha solicitado la Fiscalía de Estados Unidos. La petición se presenta a pocos días de la sentencia programada para el 9 de octubre.
Durante todo el proceso legal, los abogados de García Luna han sostenido la inocencia del exfuncionario. Sin embargo, al acercarse el veredicto final, han centrado su estrategia en buscar la pena más baja posible.
En una carta dirigida a la Corte de Brooklyn, la defensa argumentó que García Luna y su familia han enfrentado constantes ataques públicos durante los últimos cinco años, lo que le ha costado al exfuncionario “todo por lo que trabajó”, incluyendo su reputación, activos y las instituciones que defendió.
García Luna fue declarado culpable el 21 de febrero de 2023 por un jurado en Nueva York, de cargos como lavado de dinero y conspiración a favor del Cártel de Sinaloa, la misma organización que debía combatir durante su tiempo como titular de la Seguridad Pública en el gobierno de Calderón.
Por su parte, la Fiscalía de Estados Unidos insiste en que una condena a cadena perpetua es necesaria para enviar un mensaje contundente de que la corrupción y la complicidad con los cárteles tienen consecuencias graves. Según la fiscalía, esta sentencia servirá para proteger a las comunidades y demostrará que no se tolerará la impunidad en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
García Luna y el Cártel de Sinaloa
La fiscalía ha destacado que García Luna, mientras ocupaba su cargo, aceptó millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa, la misma organización que juró combatir, lo que contribuyó a la muerte de miles de ciudadanos estadounidenses y mexicanos.
Se menciona que, durante su gestión, aproximadamente 62 mil estadounidenses murieron por sobredosis y alrededor de 60 mil mexicanos también perdieron la vida. La fiscalía recalca que el hecho de que García Luna no manejara directamente las drogas ni disparara no es un atenuante, sino un agravante, ya que se aseguraba de mantener sus manos “limpias” mientras servía a los intereses del cártel.
Además, se le reprocha que no mostró remordimiento por sus acciones criminales y que intentó obstruir la justicia al organizar sobornos a otros internos durante su encarcelamiento, buscando crear pruebas falsas.