¿Qué nos dejó el debate? Muchas propuestas, ningún cómo y poco dinero para lograrlas

Ante la ausencia de una explicación concisa sobre la ruta que tomarían las candidaturas para dar viabilidad financiera a sus propuestas de llegar a la presidencia, lo único que quedó claro es que los recursos públicos se verán seriamente comprometidos durante el próximo sexenio
Gabriel Nava Gabriel Nava Publicado el
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Las propuestas que dieron a conocer las candidaturas que compiten por la presidencia de México  durante su primer debate tienen por común denominador una presión significativa para las finanzas públicas del país y la ausencia de una estrategia clara sobre cómo se van a conseguir los recursos necesarios para cumplir dichas promesas.

Llegó el momento en que Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez se vieron las caras para poder discutir sobre el rumbo que quieren darle al país durante los próximos seis años; y aunque los temas a tratar planteaban una discusión sobre la salud, la educación, la transparencía y la discriminación, la realidad llevó el debate al terreno económico, ya que la viabilidad de sus iniciativas generó dentro de la opinión pública el cuestionamiento sobre la fortaleza con la que cuentan las arcas públicas para cumplir con tales propuestas.

Desde tarjetas para el acceso a servicios de salud, ampliación de los programas sociales y hasta la creación de un sistema nacional de cuidados figuraron como las grandes estrategias que las personas que contienden por la presidencia del país expusieron a millones de mexicanos para garantizar su voto el próximo dos de junio; un conjunto de ideas que, en opinión de diversos especialistas en materia de finanzas públicas consultados por Reporte Índigo, carecen del sustento necesario para resultar económicamente viables.

Por ejemplo, Diego Merla, coordinador de Justicia Fiscal en Oxfam México, explicó a este medio que las ideas de las representantes de Morena, PRI, PAN y PRD parten del principio de que existen recursos públicos suficientes para poder llevar a cabo sus estrategias en materia de educación y salud, por ejemplo, ignorando que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) prevé en este año alcanzar un endeudamiento del sector público de hasta 50 puntos porcentuales como proporción del Producto Interno Bruto (PIB).

Además, Adriana García, coordinadora de análisis económico en México, ¿cómo vamos? consideró que, incluso la propuesta del candidato por Movimiento Ciudadano para aumentar la recaudación a partir de cobrar más impuestos a la industria tabacalera, por mencionar, resultaría insuficiente para dar cobertura a los más de 50 millones de personas que actualmente no cuentan con acceso a los servicios de salud, de acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social  (CONEVAL).

“Dada la situación de las finanzas públicas del país en este año, la verdad es que en los siguientes se ve muy complicado aumentar el gasto y cumplir con las promesas sin endeudar al país, porque no están poniendo sobre la mesa el implementar una reforma fiscal para fortalecer los ingresos; entonces nos queda la duda, sobre todo porque cuando en el debate le preguntaron a los candidatos si había dinero, ellos solo contestaban sí hay, sí hay, sí hay, porque están convencidos de que cuentan con recurso”, expuso Alejandra Macías, directora ejecutiva del  Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), al respecto.

¿Austeridad es suficiente?

Claudia Sheinbaum, candidata a la presidencia de México por la coalición Sigamos Haciendo Historia, manifestó que el punto clave para poder financiar sus propuestas es continuar con la estrategia de administración de los recursos públicos conocida como “austeridad republicana”; un método que, según la exdirigente de la capital nacional ha dado ahorros hasta por 2.4 billones de pesos.

Sin embargo, la directora ejecutiva del CIEP alertó que el incremento en los programas sociales propuesto por Sheinbaum no puede implementarse de manera progresiva aunque se busque reducir y optimizar el presupuesto con el que actualmente funciona el sector público, lo que deja como recurso alterno la puesta en marcha de una reforma fiscal, estrategia a la que la también puntera en las encuestas ha expresado rechazo.

Una alianza que no ha dado resultados

Xóchitl Gálvez, representante de la alianza Fuerza y Corazón por México, dio a conocer que parte de su plan implica buscar apoyo dentro del sector privado para poder cumplir con los compromisos que el gobierno federal ha adquirido, implementando de nuevo iniciativas como el seguro popular,  o la entrega de tabletas al alumnado de educación básica, por mencionar.

“El sector privado no va a invertir en nada que no le vea una ganancia de por medio, no se va a inmiscuir en tapar baches, por ejemplo, o todo el trabajo que tiene que hacer el Estado y que no le representa una utilidad al empresariado; puede tener un rol en la política industrial en su conjunto, pero las asociaciones público privadas no van a resolver todos los retos que tenemos como sociedad”, sentenció Merla.

Necesario, pero no suficiente

Por su parte, Jorge Álvarez Máynez, que compite por Movimiento Ciudadano para convertirse en presidente del país, no ha tenido impedimento para señalar que de ganar las elecciones el próximo dos de junio, buscará implementar una reforma fiscal y un sistema nacional de cuidados, dos de los grandes pendientes que la sociedad civil ha señalado como urgentes por atender.

No obstante, la falta de claridad en el entendimiento de una propuesta de alcance nacional, como la que expuso Máynez durante el debate, impide poder cuantificar su costo o su accionar, además de que no ha resultado benéfico para la campaña del exlegislador zacatecano hacer público que él sí buscaría impulsar un aumento en el cobro de impuestos, concluyó la coordinadora de análisis económico en México, ¿cómo vamos?

Del dicho al hecho

La época de campañas electorales, los debates, spots publicitarios y mítines se caracterizan por una lluvia de promesas sin sustancia, sin decir los cómos ni los cuándos ya que prometer no cuesta y el objetivo es convencer.

Esto no es nuevo en el actual proceso electoral ni exclusivo de México ya que los políticos tienen maestría para ser ambiguos y engañar.

“Los políticos son muy cuidadosos con su lenguaje y juegan mucho con lo ambiguo y después comienzan a decir que ellos no se comprometieron a eso o de repente comienzan con algún piloto de algún programa social y dicen que sí cumplieron a lo que se comprometieron. Todos los políticos asumen esa estrategia porque los realistas no ganan las elecciones.

“Solo personas como Nayib Bukele o Daniel Ortega pueden ser duros en la campaña y después ser más realistas porque no compiten contra nadie y saben que ya la tienen ganada”, explica Juan Carlos Montero Bagatella, Profesor de Transformación Pública del Tec de Monterrey.

De entre todas las propuestas dadas a conocer en lo que va de la contienda presidencial, el especialista opina que las más inviables son algunas de Xóchitl Gálvez.

“Las propuestas más inviables son las que está proponiendo Xóchitl Gálvez, en particular la de recibir consultas por parte del sector privado. Es inviable porque implicaría un costo gigantesco. Lo mismo pasa con los medicamentos porque mientras el IMSS y el ISSSTE compran en un gran mayoreo, que es lo que está intentado el Gobierno federal, contra ir a una farmacia, la diferencia del costo va a ser abismal.

“La estrategia que tiene el Gobierno de México en términos contables es buena porque se ahorra mucho dinero, pero en términos humanos no porque ese ahorro implica buscar, esperar, concentrar y distribuir y eso no le sirve a una persona que necesita sus medicamentos ya”, dice.

La otra propuesta que no ve factible Montero es la de las becas universales para estudiantes, por la misma razón: no hay dinero para llevarlas a cabo.

“Tanto Claudia como Xóchitl están proponiendo becas universales para los niños que están de primaria a secundaria y hasta prepa. Me parece preocupante que las dos estén haciendo esas propuestas porque las finanzas públicas no van a aguantar. Lo veo poco viable, más bien indeseable, por salud financiera, porque las finanzas públicas no van a aguantar”, insiste.

Para el próximo año y con el objetivo de reducir el déficit público del 5.0 por ciento al 2.5 por ciento del PIB, la Secretaría de Hacienda plantea un recorte del gasto neto pagado en este último año de 8.8 por ciento en términos reales: pasaría de 9.14 billones de pesos en 2024 a 8.66 billones de pesos en 2025, es decir, habría menos recursos para los primeros meses de Gobierno del nuevo jefe del Ejecutivo federal.

Ante este escenario la duda es ¿de dónde saldrá ese dinero? A lo que el especialista responde que en caso de ser Claudia Sheinbaum la próxima presidenta seguirá con el mismo camino que la actual administración.

El Gobierno federal ha sido inteligente para cuidar las finanzas públicas. El dinero va a venir del  recorte en distintos sectores. No nos damos cuenta de los recortes hasta que explota algo como un desastre natural o cuando tengamos algún rezago educativo.

El Gobierno federal ha sido muy estratégico para ver donde hay dinero en donde la gente no está poniendo atención, quitarlo de ahí y ponerlo en otros lados. Seguirán esa estrategia de recortar de un lado para pasarlo a otro, cortar de un lado para pegar en otro”, concluye.

Propuestas sin claridad

Los proyectos de nación que han dado a conocer quienes desean liderar el país padecen de la misma falta de consistencia, en cuanto a viabilidad financiera se refiere, que las propuestas dadas a conocer en el primer debate presidencial.

A poco menos de dos meses para que se lleven a cabo los comicios electorales que definirán al nuevo titular del ejecutivo para el periodo que comprende del 2024 al 2030, existen más dudas que respuestas sobre las estrategias que cada facción política implementará para poder dotar de recursos económicos al sector público, de llegar a la presidencia.

Y es que, a pesar de que “Los 100 pasos para la transformación” de Claudia Sheinbaum, o las plataformas digitales de Xóchitl Gálvez o Jorge Álvarez Máynez contienen una gran cantidad de propuestas sobre diversos aspectos de la vida pública de México, en ninguno de ellos se encuentra una ruta clara sobre cómo mejorar el aspecto fiscal del país, coincidieron expertos en entrevista para este medio.

Incluso los planes generales de gobierno expuestos por los aspirantes a la presidencia del país adolecen por la falta de una exposición clara sobre la viabilidad económica de sus propuestas. Foto: Especial

“Me queda claro que los aspirantes a la presidencia no han visto los números, porque es más que evidente que no hay dinero; viendo los pre criterios económicos que acaba de publicar Hacienda hace poco, llama mucho la atención que hay un recorte del gasto público de casi tres puntos porcentuales del Producto Interno Bruto y no hay un incremento en los ingresos públicos, ni los tributarios, ni los no tributarios, entonces queda claro que quien llegue a la presidencia, desde su primer año no va a contar con recursos”, alertó Diego Merla, coordinador de Justicia Fiscal en Oxfam México.

Lo descrito por Merla concuerda con el hecho de que se prevé que los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), que representan los recursos económicos necesarios para afrontar los compromisos adquiridos por el gobierno federal, alcancen en este año un -5.4 por ciento como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) del país, tal como lo ha expuesto la Secretaría de Hacienda y Crédito Público(SHCP).

Incluso, tanto  Adriana García, coordinadora de análisis económico en México, ¿cómo vamos?, como Alejandra Macías, directora ejecutiva del  Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) han diagnosticado que México enfrentará un reto fiscal sin precedentes de cara al próximo sexenio al tener que decidir si el país aumenta su endeudamiento, recorta el gasto público en algún sector o implementa una reforma fiscal para poder ampliar los recursos económicos con el fin de poder cumplir con los compromisos que hasta ahora se han adquirido.

No obstante, las propuestas dadas a conocer por las personalidades que aspiran a dirigir el país no plantean una disminución del gasto público, ni tampoco se espera una reducción adicional del aparato público mexicano, por lo que todo queda en manos de que los planes de Sheinbaum, Gálvez o Máynez puedan tener el suficiente éxito, antes de que México vea comprometido su funcionamiento, y hasta su reputación crediticia.

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