Hace medio siglo, pocas cosas eran tan glamorosas como ir a Acapulco. La reina de las playas mexicanas vivía engalanada con las visitas del jet set internacional.
En “Come fly with me” Frank Sinatra describió al puerto como el destino ideal para una luna de miel. John Kennedy y Jackie Onassis lo comprobaron.
Cientos de artistas, millonarios y sociliatés visitaban las playas de la Perla del Pacífico.
Hoy, de acuerdo al Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales 2013, Acapulco tiene más homicidios que la suma de cada una de las entidades federativas de manera individual.
El paraíso se volvió un infierno.
Apenas el año pasado, el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal señaló a Acapulco como la segunda ciudad más violenta del mundo con un promedio de 142.88 asesinatos por cada 100 mil habitantes.
Guerrero es el estado que más municipios tiene en el listado de los lugares más violentos en México. Le sigue Colima, Nayarit, Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz.
En febrero de este año, la agencia norteamericana de seguridad Stratfor, advirtió a los Springbreakers sobre los riesgos de viajar a México, particularmente al puerto guerrerense.
“Acapulco se ha convertido en una de las ciudades más violentas de México, con 143 homicidios por cada 100 mil habitantes, en 2012, además de que ocupó el tercer lugar en el mundo por homicidios por habitante, en 2013, con 113 por 100 mil”, destacó la agencia.