Las organizaciones pro migrantes alzaron la voz. En la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quisieron hacerse escuchar.
La Red Mexicana de Líderes y Organizaciones Migrantes dirigió una carta abierta al mandatario estadounidense para que no sea sólo la opinión de Enrique Peña Nieto la que escuche en su paso por el país.
Entre las principales peticiones está que, en Estados Unidos, se paren todas las deportaciones y las autoridades muestren una clara disposición a respetar a los centroamericanos que buscan una oportunidad de vida al cruzar la frontera.
“Urgimos al presidente Obama que suspenda las deportaciones hasta que se logre la tan esperada reforma migratoria y al presidente Enrique Peña Nieto que tome liderazgo y asegura que se le otorgue a los extranjeros que residen y que transitan por México, los mismos derechos por los cuales México aboga para sus connacionales.
“Es imperativo asegurar que los derechos humanos de los extranjeros que transitan por México, especialmente nuestros hermanos y hermanas centroamericanos, sean plenamente respetados”, dice el documento.
Los líderes de estas agrupaciones exigen que el tema migratorio no sea tratado como si fuera un caso aislado, como problemas separados de cada uno de las dos naciones.
Además de que, en la carta, establecen el número de deportados y las consecuencias que han vivido sus familias como resultado de una política migratoria que no es acorde a la realidad de ambos países.
“La política migratoria no es un tema doméstico que sólo incumbe a Estados Unidos. La migración es un tema multinacional que compete a ambos países. Cientos de miles de familias mexicanas han pagado duramente los costos de la obsoleta política migratoria de Estados Unidos.
“En los últimos cuatro años 1.5 millones de migrantes han sido deportados. Según el Departamento de Seguridad Nacional, el 71 por ciento de los 392 mil deportados en el 2010 son de origen mexicano. Más de la mitad de las personas deportadas sólo contaban con delitos menores”.
Las más de 30 organizaciones firmantes de la misiva coinciden en que lo que realmente se tiene que solucionar son las causas por las que miles de migrantes buscan como oportunidad económica dejar su país e ir a Estados Unidos.
“La política migratoria, debe abordar las causas primordiales que impulsan la migración a los Estados Unidos, incluyendo las enormes desigualdades en distribución de la riqueza, la dislocación económica en las principales comunidades de origen, y el impacto de los acuerdos de libre comercio como TLCAN y CAFTA cuyos efectos han resultado en el desplazamiento de miles de personas de sus comunidades de origen y en particular la pérdida de empleos en el campo. Pensamos que no existe una política de inmigración racional que pueda ignorar estas realidades”.
Además, las organizaciones aseguran que en Estados Unidos tiene que distinguirse la política de seguridad nacional de la política de inmigración.
Y es según los analistas, además del tema migratorio, uno de los principales asuntos que se tienen que ir pactando entre ambos países es el de seguridad.
Sin embargo, tiene que haber planes claros y distinguibles, sostienen en el documento, para cada uno de estos proyectos de ley entre las dos naciones, cuidando sobre todo el respeto a los derechos humanos.
“Es importante poner fin a las operaciones de estilo militar en la frontera las cuales han impactado negativamente los derechos humanos y civiles de las comunidades de las zonas fronterizas.
“La seguridad fronteriza y las políticas de manejo fronterizo deben ser elaboradas con la participación directa de organizaciones de la sociedad civil y gobiernos locales en las comunidades de zonas fronterizas”.