Como parte de las actividades del Día del Patrimonio de Nuevo León, que organiza el Consejo para la Cultura y las Artes, en el Barrio Antiguo se llevó a cabo la presentación de los danzantes conocidos como ‘Viejos Chicaleros’, originarios del municipio de Galeana y que forman parte de sus tradiciones culturales.
Los danzantes del ejido San Francisco de los Blancos hicieron una excepción este año para venir a Monterrey, ya que es en temporada de Semana Santa cuando ellos ofrecen su espectáculo a turistas y locales que acuden a La Laguna de Labradores con motivo de estas fechas.
La tradición viva de los ‘Chicaleros’ se realiza desde hace más de dos siglos, donde los danzantes se colocan máscaras y en su mano derecha cargan un chicote, se cubren el cuerpo con costales de ixtle y bailan para pedir buenas cosechas.
Su expresión artística pudo ser apreciada por los visitantes al Barrio Antiguo, como parte de la edición número 11 del Día del Patrimonio de Nuevo León en el Museo Estatal de Culturas Populares de Nuevo León.
Al son del huapango, los bailadores armaron una fiesta que también hizo detener el paso de los transeúntes para admirar a detalle su espectáculo; previo a la danza, se impartió el taller de cartonería a cargo de la Fundación Kawoq 13:20 A.C., en el que los asistentes elaboraron su propia máscara ‘chicalera’.
Origen de los ‘Chicaleros’
Emilio Lara Martínez, originario del ejido San Francisco de los Blancos, danza cada Semana Santa desde hace 50 años, una tradición que heredó de su padre Guadalupe Lara Rodríguez y su madre Marciana Martínez Almaguer.
El ‘chicalero’ señala que desde los 13 años empezó a danzar y ahora con orgullo sigue la tradición que le dejó su padre quien ya falleció.
“Él me fue enseñando esta tradición y me gustó bastante. No queremos que se pierda. Mi padre murió a los 85 años y yo seguí lo que él llevaba en su corazón y sus venas”, relató.
El danzante señala que cada Sábado de Gloria realizan un círculo y comienzan a pedir agua a Dios, para evitar sequías.
“Cada año los antepasados le rezaban al de arriba y mandaba la bendición; nosotros hacemos allá un círculo en el Sábado de Gloria, nos iniciamos y le pedimos al de arriba agua. El año pasado estaba muy seco, hicimos el ritual y quiero que sepa que Dios nos mandó la bendición (lluvia) casi toda la semana; cada año se hace con mucha fe, de corazón, si no hay fe, no hay nada”, indicó.
El término “Chicalero” deriva del vocablo “chical”, que hace referencia al platillo norestense propio de la Cuaresma elaborado con elote y chile colorado, de ahí surgió su nombre que ahora es toda una tradición, no solo en el municipio de Galeana sino en Nuevo León.