De académico a gobernador

Aún la semana pasada el doctor Salvador Jara Guerrero era cuestionado por la oposición al interior de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) por su inoperante plan de trabajo académico. El fin de semana –en fast track– fue designado por unanimidad al interior del Congreso Local como el gobernador sustituto de Fausto Vallejo Figueroa.

J. Jesús Lemus J. Jesús Lemus Publicado el
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Aún la semana pasada el doctor Salvador Jara Guerrero era cuestionado por la oposición al interior de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) por su inoperante plan de trabajo académico. El fin de semana –en fast track– fue designado por unanimidad al interior del Congreso Local como el gobernador sustituto de Fausto Vallejo Figueroa.

La elección del gobernador número 54 en la historia de Michoacán se consensó en la Ciudad de México. Los diputados locales aceptaron la propuesta del titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y del comisionado federal Alfredo Castillo Cervantes, para designar a un académico al frente del gobierno estatal.

La sesión en el Congreso local fue meramente de trámite. En 45 minutos los representantes populares decidieron que Jara Guerrero es la mejor opción para continuar el plan de trabajo entre federación y estado en el programa de apoyo que busca erradicar la violencia y la criminalidad, a fin de restituir el estado de derecho en la entidad.

La designación de Jara Guerrero como gobernador fue empujada por la senadora del PAN Luis María Calderón Hinojosa y por el líder nacional del PRD, Jesús Zambrano, con quienes mantiene lazos afectivos el hoy designado gobernador sustituto de Michoacán. Los diputados del PRI fueron convencidos de la opción por el propio secretario de Gobernación. Finalmente, la decisión fue aceptada con desconcierto entre diversos sectores de Michoacán.

Hippie y revoltoso

En el sector académico Salvador Jara Guerrero tiene un amplio abanico de detractores. Los menos lo acusan de “hippie revoltoso” venido a político por la amistad con la familia Calderón Hinojosa. Los radicales lo culpan de haber ordenado el desalojo –con la policía federal preventiva– de las casas del estudiante en el año 2012, con saldo de cuatro estudiantes muertos. 

“Jarita”, como lo recuerdan algunos de los que compartieron aulas y facultad con el hoy gobernador sustituto, durante la década de los 70 fue de los más combativos estudiantes de la Universidad Michoacana: fue de los organizadores del movimiento estudiantil que en el año de 1976 culminó con la renuncia del rector Luis Pita Cornejo. Salvador Jara allanó el camino a la rectoría a su amigo Genovevo Figueroa Zamudio.

Las movilizaciones que encabezó Salvador Jara Guerrero en sus años de juventud fueron de las más violentas de la historia en Michoacán. Aseguran quienes lo conocieron, que en la década de los 70, Jarita era un hippie que llevaba al extremo su convicción revolucionaria. “Era comunista en la escuela, pero muy mocho en su familia”, dice el catedrático Humberto Puente.

El padre del hoy gobernador Salvador Jara Guerrero fue el médico personal de la familia Calderón Hinojosa. Jarita –dice Humberto Puente– creció jugando con Felipe y Cocoa. La amistad con el que llegó a ser presidente de la República le sirvió para que fuera designado rector de la Universidad Michoacana el 9 de enero del 2011. El mandato llegó desde el Palacio Nacional y lo tuvo que acatar a regañadientes el entonces gobernador Leonel Godoy Rangel. 

Cuestionado papel como rector

Nadie discute el nivel académico de Salvador Jara Guerrero. Entre la comunidad académica de Michoacana se le reconoce como uno de los talentos más importantes a nivel nacional en materia de filosofía. Lo cuestionable del hoy gobernador de Michoacán –aseguran los que lo conocen bien– es su cerrazón al diálogo y su impulso para tomar decisiones sin consenso. Es a veces testarudo, coinciden varios de sus contemporáneos. “Cuando a Jara  Guerrero se le mete una idea, es un caballo loco que nadie detiene”, asegura uno de los integrantes del Consejo Universitario que prefirió la omisión de su nombre.

En el Consejo Universitario de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, conocen plenamente la forma de pensar del hoy gobernador sustituto: es un hombre con mucho talento, pero muy visceral. No escucha. Decide en base a sus emociones. Deja que su contraparte se agote al ser ignorada. Le gusta compartir el poder con un círculo cercano de amigos, pero no escucha consejos.

Como rector de la Universidad Michoacana, Salvador Jara Guerrero afrontó tres huelgas generales. Las tres de disolvieron por cansancio ante el desdeño del rector. Nunca hubo diálogo ni intento por resolver los conflictos. Entre los grupos estudiantiles se le recrimina la decisión de desalojar las casas de estudiantes con el apoyo de la Policía Federal Preventiva, con un saldo de cuatro estudiantes muertos, en hechos que ocurrieron el 28 de abril del 2012.

Durante su gestión al frente de la UMSNH reconoció la quiebra de las finanzas de la máxima casa de estudios, que alberga a más de 55 mil estudiantes, 4 mil 200 maestros y cerca de 3 mil trabajadores administrativos y de apoyo.

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