México necesita inversiones y Davos es la puerta para acceder a ellas. La secretaria de Economía Graciela Márquez llegó a la 50 edición del Foro Económico Mundial con una idea clara: mostrarle a banqueros, empresarios y líderes de todo el mundo un rostro diferente del país.
La oportunidad es única, ya que en el evento con sede en Davos, Suiza, se reúnen casi 3 mil participantes de 117 países, incluyendo a 53 jefes de Estado.
Sin embargo, la incertidumbre y desaceleración son las dos barreras más grandes a las que se enfrenta el gobierno mexicano y el reto de atraer capital no es sencillo, sobre todo en un entorno global tan desafiante y en el que los pronósticos de expansión van a la baja.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó 0.3 décimas la expectativa de crecimiento para México este año y para el siguiente prevé que la mala racha continuará ocasionada por una debilidad en la inversión.
Al cierre del 2020, se espera que el PIB registre un magro avance de 1 por ciento, en contraste con la expectativa de 1.3 por ciento anunciada en octubre pasado.
En este momento México se enfrenta a un dilema, ya que el año pasado recibió 35 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED), cifra que representa un incremento de 3 por ciento en contraste con 2018, de acuerdo con un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Aunque a la par perdió atractivo para los inversionistas globales provocando que saliera del Top 10 a nivel mundial. En la encuesta número 23 que elabora la consultoría de negocios PwC entre los CEO, el país fue sustituido en la novena posición por Brasil.
Mireya Cruz, economista, considera que si la actual administración quiere que la maquinaria se mueva, primero debe recuperar la confianza de aquellos que engrasan el motor y para lograrlo es necesario que implemente medidas urgentes.
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Cambio de pensamiento
Cada año, los principales líderes mundiales de la política, los negocios, la sociedad civil, el mundo académico y las artes acuden a la aldea montañosa en Suiza. El tema central de la reunión que se realiza del 21 al 24 de enero son los stakeholders para un mundo cohesionado y sostenible.
“Las empresas tienen que abrazar plenamente el stakeholder capitalism, lo que significa no sólo maximizar los beneficios, sino utilizar sus capacidades y recursos en cooperación con los gobiernos y la sociedad civil para abordar las cuestiones clave de esta década”, dijo el fundador y Presidente Ejecutivo del Foro, Klaus Schwab.
No obstante, muchos países, incluido México, han dejado de lado la agenda verde y el combate a la crisis climática. Poner atención a este tema no solo permitiría que el territorio azteca se posicionara como un referente internacional, también le ayudaría a captar más recursos.
Tan solo en el sector energético se estima que en los próximos 30 años se invertirán alrededor de 27 billones de dólares para la generación de fuentes limpias.
Al respecto, Stephanie Henaro, integrante del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), opina que si el gobierno mexicano sigue desatendiendo estos temas puede perderse de una gran oportunidad.
“El cambio climático no ha sido un tema prioritario ni para la presente ni para las pasadas administraciones y México puede sacar muchos beneficios si se pone al corriente de los nuevos ciclos económicos”.
Las cartas fuertes en Davos
La encargada de los temas económicos de México tiene varias cartas para presumir en Suiza a pesar del complejo panorama.
Su primer as bajo la manga es que el país goza de finanzas públicas sanas y fuertes. De enero a noviembre de 2019 el déficit reportado fue de 167 mil millones de pesos, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Cifra que se ubicó por debajo del balance programado por 394 mil 200 millones de pesos para los once meses del año pasado.
Mientras que el monto del superávit fue de 303 mil 200 millones de pesos, cifra superior al superávit primario estimado en 153 mil millones.
En el último informe de finanzas públicas también destaca que los ingresos tributarios del Gobierno federal crecieron 0.9 por ciento en términos reales en contraste con el mismo periodo de un año previo.
Otra de las cartas fuertes de la titular de Economía en Davos es el aumento del 20 por ciento al salario mínimo, cuyo monto fijo se estableció en 123.22 pesos diarios.
La secretaria Graciela Márquez ha asegurado que esta política salarial permitirá reducir las brechas de desigualdad y ayudará a que los mexicanos accedan a una mejor calidad de vida.
Durante su primera participación en el Foro Económico Mundial de Davos, la funcionaria aseguró que el gobierno siempre respetará las reglas globales y también estará dispuesto a aumentar su participación.
La tercera carta de la secretaria es que en el país no existe un descontento social tan grave como en otras naciones de América Latina, aun cuando hay una oposición que cuestiona y difiere con las decisiones del primer mandatario.
José Manuel Urquijo, estratega en comunicación política y gobernanza, comparte que el gobierno puede aprovechar los indicadores económicos a su favor, pero de nada sirve si no se adapta a las necesidades de los empresarios.
“Más allá del trabajo que está haciendo la secretaria Márquez en Davos, también debe averiguar cuáles son las preocupaciones de los grandes inversionistas y en función de eso tomar decisiones desde el poder público”, detalla el experto.
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T-MEC, pilar del comercio
La tarjeta de presentación más poderosa que tiene el gobierno mexicano en este momento es la ratificación del T-MEC y su próxima entrada en vigor.
Márquez sostuvo un encuentro en Suiza con Robert Lighthizer, representante Comercial de Estados Unidos, en el que aprovecharon para conversar sobre los trabajos de implementación del acuerdo que sustituirá al TLCAN aproximadamente en el segundo semestre de este año.
Los tres países miembros confían en que el nuevo tratado permitirá consolidar a América del Norte como la región económica más importante del mundo con más de 22.2 billones de dólares de Producto Interno Bruto (PIB).
La economista Mireya Cruz manifiesta que el T-MEC da certidumbre, pero se requieren de otras medidas para que regresen al país las inversiones de manera masiva.
“El nuevo tratado es un gran paso y manda una señal muy clara de que México está abierto al libre comercio, sin embargo, es necesario que mantenga una distancia moderada con Estados Unidos porque la gran dependencia con su socio puede cerrarle la puerta con otros países”.
La mujer a cargo de México en Davos
La participación en eventos de talla internacional como Davos es crucial para posicionar a México en el mapa y fortalecer sus vínculos con otras naciones.
Sin embargo, desde que comenzó su administración, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) los ha evitado y en su lugar ha decidido enviar a uno o dos representantes.
Por tradición, quien suele dar la cara es el canciller Marcelo Ebrard, pero en esta ocasión por cuestiones de agenda y el tipo de evento la elegida para encabezar la delegación mexicana fue la secretaria Graciela Márquez.
La titular de Economía no ha perdido oportunidad de entablar reuniones con funcionarios de alto nivel, así como con empresarios de diversas industrias.
La funcionaria busca dar a conocer los planes que se tienen para México y hacer la invitación a que se invierta en el país en los próximos meses.
En la edición del año pasado, Márquez canceló su participación en el Foro Económico Mundial, decisión que fue cuestionada, ya que era la primera vez que la Cuarta Transformación tendría un espacio. La encargada de presentar al nuevo gobierno en ese entonces fue Luz María de la Mora, subsecretaria de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía (SE).
Para la internacionalista Stephanie Henaro la titular de la SE tiene una agenda sólida y el rol que está teniendo es interesante, a pesar de las limitaciones a las que se puede enfrentar.
“Su labor es muy importante y la secretaria está haciendo lo más que puede por su cargo porque hay reuniones en Davos que son exclusivas para los jefes de Estado. De igual forma hay que destacar la labor de la subsecretaria Luz María de la Mora en el evento”, detalla la integrante del Comexi.
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Asegurar para ganar
Entre los personajes con quienes se ha reunido la secretaria Márquez hasta ahora destacan Klaus Schwab, fundador y presidente del WEF; Phil Hogan, comisario de Comercio de la Unión Europea; Paula Santilli, CEO de PepsiCo para América Latina; Laurent Freixe, CEO de Nestlé para las Américas, y David Loew, vicepresidente ejecutivo de Sanofi.
La reunión con Phil Hogan cobra relevancia, ya que en este momento está en marcha la modernización del Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea (TLCUEM), que será clave para que el comercio azteca hacia la región pueda incrementarse.
En la actualidad, la UE es el tercer socio comercial y el segundo inversionista, por lo que la adecuación que se negocia abrirá oportunidades para exportar miel, jugo de naranja, plátano, y carne de cerdo, así como de res, entre otros beneficios.
PepsiCo es una de las empresas que el gobierno mexicano quiere mantener cerca, gracias a que el año pasado anunció una inversión de 4 mil millones de dólares para ejecutarse en dos años y con los que se han creado 3 mil nuevos empleos.
Sanofi tampoco se queda atrás: la farmacéutica francesa anunció a finales del año pasado una inversión por el orden de los 1,500 millones de pesos en territorio nacional para el periodo 2019-2023 con los que ampliará su investigación clínica.
Una de las reuniones más representativas fue la que se tuvo con Jean-François van Boxmeer, CEO de Heineken, con quien, según Márquez, se conversó sobre los avances de las inversiones realizadas en años anteriores en México, así como sus planes de crecimiento y de exportación.
“En este momento ella tiene un gran poder entre sus manos que si sabe encaminarlo es muy probable que los inversionistas miren de nuevo hacia México. A las personas les gusta negociar con personas inteligentes y ella sin duda lo es, pero aún tiene que mostrar una mayor solidez”, comenta José Manuel Urquijo, estratega en comunicación política.