Dámaso López Núñez, “El Lic”, capturado el día de hoy en la Ciudad de México, es compadre de Joaquín Guzmán Loera. Su amistad se estrechó cuando “El Chapo” Guzmán era interno de la cárcel federal de Puente Grande y Dámaso López era el subdirector de seguridad penitenciaria de esa cárcel.
“El Lic” fue el que facilitó a “El Chapo” el control de la cárcel federal, al poner a su disposición un grupo de seguridad personal, conformada por custodios federales y algunos internos, a los que pronto se les reconoció como “Los Sinaloa”, una fuerza armada al interior de la cárcel que superaba los 50 elementos.
A Dámaso López también se le señala como el autor intelectual de la fuga del Chapo de la cárcel de Puente Grande, hecho que fue agradecido por el jefe del Cartel de Sinaloa, quien lo asignó como representante del cartel en el estado de Nayarit y en el sur de Jalisco, donde comenzó a controlar el trasiego de drogas a favor de “El Chapo” Guzmán.
La amistad entre los dos se estrechó cuando, ya en libertad “El Chapo”, apadrinó la primera comunión del hijo de Dámaso López Núñez, Dámaso López Serrano, a quien el mismo Guzmán Loera lo bautizó con el apodo de “El Mini Lic”, quien más tarde se sumaría también al Cártel de Sinaloa, como parte del grupo de Los Ántrax.
Tras la detención y posterior extradición a Estado Unidos, de Joaquín Guzmán Loera, Dámaso López, a propuesta de Rafael Caro Quintero, buscó una alianza con el jefe del Cartel Jalisco Nueva Generación, Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, así como con Alfredo Beltrán Guzmán, “El Mochomito”, del Cartel de los Beltrán Leyva.
La alianza pactada fue con la intención de tomar el control del cartel de Sinaloa, que por décadas había dirigido “El Chapo”, y que tras su extradición quedó en manos de Aureliano Guzmán Loera, “El Guano”, sus sobrinos Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, los que habrían sido secuestrados por órdenes del propio Dámaso López.
Como parte de la guerra que inició para sumir el control del cartel de Sinaloa, Dámaso López Núñez, se asentó con las llamadas Fuerzas Especiales de Dámaso (FED), en la parte sur de Sinaloa, tomando también el control del estado de Baja California Sur, en donde la violencia ha repuntado en los últimos tres meses.
“El Lic” había estado fuera del radar de las autoridades federales hasta que el pasado 6 de marzo fue detenido “El Lucifer”, uno de sus sicarios asignados al control del estado de Baja California Sur, quien fue capturado en la región de los Cabos, y que mantenía el control criminal de la zona a través del comando conocido como “Los Javieres”, el que integró Guadalupe Acosta López, quien fue asesinado en el Sinaloa en julio del 2016.