Cuestionan a aspirantes al INAI

Ayer comparecieron ante el Senado 16 aspirantes a comisionados del INAI, algunos fueron cuestionados por sus posibles conflictos de interés y vínculos políticos
Imelda García Imelda García Publicado el
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En el proceso para elegir a los dos nuevos comisionados del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), los senadores cuestionaron a los aspirantes no solo sobre sus ideas y proyectos, sino sobre sus posibles conflictos de interés y vínculos políticos.

Estas dos aristas cobraron relevancia luego del escándalo por la inclusión de Ximena Puente de la Mora como diputada federal plurinominal del PRI cuando todavía era comisionada en funciones del Instituto.

Por ello, ahora el nombramiento de quién ocupará las dos vacantes que hay en el Pleno del INAI está en el ojo público —por los lugares que dejaron Puente de la Mora y Areli Cano, quien terminó su cargo como comisionada el 31 de marzo.

La polémica por el caso de la excomisionada y hoy candidata plurinominal llevó a los senadores incluso a pedir a los candidatos que voluntariamente entreguen una carta donde se comprometan a no ocupar un cargo público una vez que terminen su periodo como comisionados.

Sin embargo, no se les pidió que entregaran una declaración de conflicto de interés para conocer sus lazos con otras personas o instituciones y evaluar cómo estos pueden interferir en sus decisiones.

Aunque son dos comisiones del Senado las que realizan la evaluación de los candidatos, la decisión final sobre quiénes serán propuestos como nuevos comisionados estará en manos de la Junta de Coordinación Política.

Los senadores tratan de aprobar estos nombramientos antes del 30 de abril, último día de sesiones del periodo ordinario.

En el ojo público

El proceso de selección de quienes ocuparán los dos lugares vacantes en el INAI está en el ojo público.

La polémica por la candidatura plurinominal de Ximena Puente cuando aun era comisionada en funciones prendió las alertas no solo en la sociedad civil, sino en el propio Instituto, que tuvo que salir a defender la imparcialidad de su labor.

Los senadores lo saben y por eso han cuestionado a los candidatos sobre sus vínculos políticos y decisiones tomadas en su carrera profesional.

Marcela Torres, senadora por el PAN, fue una de las legisladoras que más énfasis puso en la necesidad de que los comisionados sean imparciales.

“Para nadie es ajeno qué ha pasado con algunos de los comisionados y comisionadas del actual Instituto en cuanto a su autonomía, y hay cuestionamientos serios de la opinión pública en este rubro (…).

“Mi cuestionamiento es sobre la independencia que se debe demostrar en este tipo de órganos autónomos que están sujetos a presiones fuertes y que tenemos ejemplos que han lastimado a la propia institución”, inquirió Torres a varios aspirantes.

En un intento de evitar que la promesa de un cargo público “nuble” el criterio de los nuevos comisionados del INAI, los senadores impusieron entregar una carta “a voluntad” en la que se comprometan a no ocupar un cargo de elección popular una vez que dejen su cargo.

Para Manuel Cárdenas, senador sin partido, este es un requisito inconstitucional pues impide a las personas continuar con su carrera profesional.

Y aun más allá: para él, no solo los conflictos de interés lastiman a las instituciones, sino la forma en que se elige a sus miembros.

“En los organismos constitucionalmente autónomos, en muchos de ellos se ha advertido que esta autonomía se ve irrumpida por los mecanismos de designación de los funcionarios o de los titulares”, expuso Cárdenas.

En el caso de los comisionados del INAI, aunque las comisiones de Anticorrupción y Participación Ciudadana, presidida por el priista Héctor Yunes; y de Justicia, presidida por el panista Héctor David Flores, harán la evaluación de los 34 candidatos, al final la decisión estará en manos de los coordinadores parlamentarios.

El problema de los nombramientos hechos en el Congreso de la Unión es que en los últimos años se han hecho mediante cuotas de partido, en los que las bancadas se reparten los cargos.

Esto ha sido criticado por las organizaciones de la sociedad civil, quienes han pedido que se hagan públicas no solo las comparecencias de los candidatos, sino las evaluaciones de cada uno a fin de asegurarse de que quienes son electos sean quienes fueron los mejor evaluados.

Otra petición de organizaciones de la sociedad civil ha sido que los lugares disponibles en el INAI sean ocupados por dos mujeres, para seguir conservando el espacio ganado en el Instituto. Martha Tagle es una de las legisladoras que más ha defendido esta postura.

“Me parece que de entrada la convocatoria debió haber sido solo para mujeres. ¿Por qué? Porque hemos logrado un equilibrio en la integración en materia de género al interior de este órgano colegiado, mismo que no podemos perder”, señaló Tagle.

Las comisiones que evalúan a los aspirantes entregarán una lista con los candidatos idóneos a la Junta de Coordinación Política, donde los coordinadores de las bancadas decidirán a quiénes proponen al Pleno del Senado para su votación.

Bonnin: ‘No soy priista’

Una de las comparecencias que ocurrió ayer fue la de Carlos Alberto Bonnin Erales, coordinador general de Transparencia del Senado, quien negó ser militante del PRI y defendió su labor al interior de la Cámara alta.

Reporte Indigo publicó ayer que Bonnin Erales no solo es un personaje cercano al PRI —en particular a Arely Gómez González, actual secretaria de la Función Pública—, sino que fuentes del INAI lo han acusado de presionar a los comisionados y sus ponencias para que los recursos de revisión interpuestos contra el Senado siempre sean a su favor.

El aspirante Carlos Bonnin fue indagado por posibles vínculos con el PRI. Como coordinador de Transparencia en el Senado, ha sido señalado de mantener información en la opacidad

“¿Cuál es su participación? ¿Usted pertenece al PRI? Hay muchas dudas de que usted es militante del PRI; me gustaría que lo aclarara”, lanzó la senadora perredista Angélica de la Peña.

“No soy priista ni militante priista y nunca he militado en ningún partido político, ni en el PRI ni en ningún otro. En mi trayectoria profesional, si bien es cierto que he tenido el honor —porque para mí es un honor— (de) haber colaborado con la licenciada Arely Gómez en 3 o 4 ocasiones, también lo he hecho en otras áreas. Y como muestra, permítame explicarle, cuando fui el segundo de a bordo del jurídico de la Secretaría de Salud, fue bajo el mandato del secretario Salomón Chertorivski, en un gobierno del PAN (…).

“Asimismo, aquí en el Senado de la República he laborado bajo el mandato de 5 mesas directivas, con senadores presidiéndolas de 4 fracciones parlamentarias. En este caso, no milito en el Partido Revolucionario Institucional ni he militado en ningún otro. Nunca he asistido —y respeto mucho la vida partidaria—, nunca ha sido mi atención trabajar en ello”, aseguró.

Martha Tagle, senadora sin partido, cuestionó a Bonnin Erales sobre la opacidad que persiste en el Senado y sobre el hecho de que desde el INAI se le acusa de presionar a los comisionados y sus ponencias para que las resoluciones sean favorables al Senado, al grado que le llaman “el octavo comisionado”. Bonnin se defendió.

“Lo único que le podría decir es que yo he defendido los intereses legales del Senado de la República como defenderé los intereses legales del INAI en caso de ser electo como comisionado.

“Más allá de imprecisiones técnicas y de imprecisiones de redacción, respetando claramente la libertad de expresión de cada reportero, sería mucho presumir de mi parte que puedo influir en la decisión de 7 comisionados en los 69 recursos de revisión que han habido en contra del Senado de la República, en los cuales solamente en una ocasión —también ese dato de la nota es incorrecto—, nos han modificado la respuesta, nunca nos las han revocado”, expuso el funcionario.

Con base en los propios informes de Transparencia del Senado, Reporte Indigo publicó que desde que él asumió el cargo (agosto 2013) y hasta marzo pasado, se presentaron 5 mil 284 solicitudes de transparencia y se interpusieron 87 impugnaciones y solo en dos ocasiones el INAI revirtió los argumentos del Senado: en un asunto del 2014, en el que los comisionados instruyeron que se ampliara la información al ciudadano; y en otro del 2018, en que el Instituto rechazó una causal de clasificación de información.

Bonnin aclaró que solo en una ocasión el INAI modificó la respuesta y se trató de un asunto en que un ciudadano pidió los planos arquitectónicos de la sede del Senado en la calle de Xicotencatl y la Cámara alta había negado la información basado en dos causales, pero el Instituto revocó una de ellas, por lo que la Unidad de Transparencia tuvo que emitir una nueva negativa ahora argumentando una sola causal.

El funcionario destacó que ha trabajado en los tres poderes de la Unión, por lo que entiende cómo funcionan las instituciones que lo componen, indicó además que no se dejaría coaccionar por otros servidores públicos.

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