Cuerpos de agua, tóxicos por contaminantes y olvidados

Los cuerpos de agua más importantes de la capital enfrentan graves problemas: tienen contaminantes como materia fecal en límites perjudiciales para la salud y hay otros en los que nunca se han hecho evaluaciones de calidad
David Martínez David Martínez Publicado el
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Los patrimonios naturales acuáticos de la Ciudad de México están envenenados con sustancias contaminantes como materias fecales o se encuentran olvidados por las autoridades y sin una evaluación de su estado.

Se trata del Río Magdalena, el Canal Nacional y los Ejidos de San Gregorio Atlapulco, cuya relevancia es reconocida de manera oficial y son vestigios de lo que era la capital en la época prehispánica.

El Río Magdalena, en la alcaldía Magdalena Contreras, es un Área Natural Protegida (ANP) desde el año 2000; en tanto, el Canal Nacional en Iztapalapa, Coyoacán, Venustiano Carranza y Xochimilco, es un Patrimonio Cultural de la ciudad desde el 2010.

Mientras que el sistema de chinampas de San Gregorio Atlapulco, en Xochimilco, está reconocido como uno de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) desde el año 2018; y en 1987 obtuvo la declaratoria como Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

A pesar de su importancia estos cuerpos de agua –de acuerdo con diversas solicitudes de información–, sufren de la presencia de contaminantes en niveles perjudiciales como heces fecales o, como es el caso del Río Magdalena, ni siquiera existen evaluaciones al respecto en el histórico del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX).

Xochimilco, entre lodos y materia orgánica

El reporte AR-001-21, emitido en enero de 2021 por la Dirección de Apoyo Técnico y Planeación de la Subdirección para el Análisis y Gestión del Agua de SACMEX, en respuesta a una solicitud de información pública, revela que el principal mal que afecta a los Ejidos de San Gregorio Atlapulco son los lodos y los contaminantes orgánicos.

De acuerdo con el documento, se hizo un análisis a cinco litros de agua provenientes de la laguna de la zona agrícola de San Gregorio Atlapulco para detectar la presencia de contaminantes.

En total, SACMEX halló que el agua del patrimonio de la UNESCO tenía 11 contaminantes: oxígeno disuelto, sólidos suspendidos totales, plomo, cadmio, cromo, zinc, cobre, níquel, materia coliforme fecal, demanda biológica de oxígeno (DBO5), así como grasas y aceites.

Del total de sustancias presentes, 2 superaron los límites estipulados por las normas mexicanas y estaban en niveles peligrosos para la salud: sólidos suspendidos totales y DBO5.

Los sólidos suspendidos totales en el agua son la cantidad de lodo o tierra que tiene un cuerpo acuático; mientras que el DBO5 es la cantidad de materia orgánica que lo contamina.

Según el documento, el DBO5 debe estar en concentraciones máximas de 30 miligramos por litro (mg/l) de agua, de acuerdo con la NMX-AA-028-SCFI-2001, y en San Gregorio se registraron 32 mg/l.

Respecto a los sólidos totales, la NMX-AA-031-SCFI-2015 señala que los lodos en el agua no deben rebasar los 30 mg/l. Sin embargo, SACMEX halló 191 mg/l de este contaminante: seis veces más que el límite.

Los sólidos totales, de acuerdo con información de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), son la materia suspendida que da color y turbiedad al líquido, mientras que los DBO5 están presentes, principalmente, en el agua residual e indican que no es apta para consumo humano.

Materia fecal, el mal de Canal Nacional

El 17 de febrero de 2021, la Dirección de Apoyo Técnico y Planeación de la Subdirección para el Análisis y Gestión del Agua de SACMEX remitió los Resultados del Laboratorio Central de Control de Calidad del Agua de Canal Nacional, pedidos por un ciudadano a través de una solicitud de información que se puede consultar en el sistema InfomexDF, que revelan que el patrimonio capitalino está contaminado por 48 distintas sustancias en sus 4 tramos.

Entre los contaminantes destacan metales pesados como plomo, cobre, níquel y la presencia de materia fecal

Sin embargo, la materia fecal rebasa los límites establecidos por las NOM-003-SEMARNAT-1997: el marco regulatorio indica que no debe estar por encima de 240 unidades formadoras de colonias por cada 100 mililitros (UFC/100 ml); en dos tramos Canal Nacional hay entre 290 y mil 500 UFC/100 ml.

Las materias coliformes fecales provienen de los excrementos de animales y humanos, y su presencia en exceso tanto en líquido como en alimentos provoca males gastrointestinales e infecciones en la piel, afirma la Organización Panamericana de la Salud en su portal electrónico.

Río Magdalena, el gran olvidado

Por último, SACMEX no ha hecho nunca una medición de contaminantes en el Río Magdalena de la Ciudad de México, consta en la respuesta entregada por el órgano local a la solicitud de información 0324000042021 con fecha del 13 de mayo de 2021.

En el documento, la autoridad gestora del agua señala que no hay un programa de monitoreo de calidad del agua del Río Magdalena, en la alcaldía La Magdalena Contreras.

“El subdirector para el Análisis y Gestión de la Calidad del Agua de este SACMEX hace un pronunciamiento categórico respecto a que en este Sistema de Aguas de la Ciudad de México no se tiene implementado un programa de muestreo en el Río Magdalena”, menciona la respuesta.

Tampoco, afirma SACMEX, existen documentos respecto a las tomas de muestras del Río Magdalena para evaluar la calidad de su agua.

“El Subdirector para el Análisis y Gestión de la Calidad del Agua de este SACMEX de igual forma responde que, al no contar con los programas de vigilancia en dicho río, no se cuenta con resultados históricos de este”, se lee en el documento.

Lo anterior, a pesar de que el Río Magdalena aporta el 50 por ciento del agua que consume la alcaldía Magdalena Contreras y colabora con la preservación del ecosistema del Bosque de los Dinamos, señala el artículo de “Conservación y Restauración: La transformación de la jungla urbana continúa” del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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