Tuvieron que pasar más de cuatro años para que finalmente Mireya sintiera que su vida no corría peligro y tuviera esperanza en la justicia mexicana.
El 25 de marzo de 2014, su mamá, María del Carmen, fue asesinada en su domicilio con más de 60 puñaladas en la entonces delegación Gustavo A. Madero de la Ciudad de México. Desde entonces la joven, su familia y sus amigos vivían con amenazas de muerte del presunto victimario.
El principal sospechoso era su exnovio, Martín, y las pruebas lo incriminaban, pero la jueza 47 penal, María del Carmen Patricia Mora Brito, lo dejó seguir su proceso en libertad por no considerarlas lo suficiente contundentes, pese a que incluso existían grabaciones y testimonios que lo relacionaban.
Sin embargo, la situación empeoró, él le robó su contraseña de Facebook a Mireya y desde ahí le mandaba mensajes a sus amigos donde los amenazaba de muerte, al igual que a ella y a su familia.
Por las intimidaciones, Mireya incluso dejó de asistir temporalmente a clases en Ciudad Universitaria, de la UNAM, y de salir de su casa con tranquilidad. Aunque existía una orden de restricción para él, ésta no surtía efecto porque las autoridades no lo habían podido localizar para entregársela.
Las amenazas continuaron y él incluso irrumpió en su salón de clases y la amenazó, pero ahí fue detenido y acusado de violencia familiar, y finalmente se le entregó la orden de restricción. Pero el martirio no terminó ahí, pues aún el asesinato de María del Carmen estaba impune.
Hasta que este lunes 19 de noviembre, más de 4 años después del asesinato de María del Carmen, la policía capitalina detuvo finalmente a Martín por el delito de homicidio calificado por ventaja y por saña.
Su aprehensión fue posible hasta apenas porque una nueva jueza retomó el caso al extinguirse el juzgado 47 y tras revisarlo consideró que sí había pruebas suficientes para detenerlo.
“Tener a esta persona ya recluida sí es una tranquilidad importante para Mireya y su familia; segundo se empieza el primer paso en el camino para obtener justicia, hubo una juez seria que estudió el asunto y a través de las pruebas circunstanciales le permitió llegar a un resultado de que esta persona, al menos de manera indiciaria sí cometió el delito”, señala el especialista en derecho penal.
La defensa de la familia de María del Carmen ahora pide la pena máxima por el delito de homicidio calificado que es de 50 años, pues lo considera como una persona peligrosa para la sociedad.
“Ahorita la defensa que trae es que quiere aparecer como si fuera una persona inimputable, ¿qué es una persona inimputable? En materia penal se traduce en alguien que no conoce y no entiende el significado de su actuar ilícito y delictivo”, explica Raúl García, abogado de la familia de la víctima.
Ahora, la familia de Mireya espera que el homicidio de María del Carmen no quede impune. El abogado explica que en total hay cinco procesos abiertos contra él, el más antiguo cuando Mireya aún era menor de edad.