Mamá, aquí está tú niño, le dijo María Rosa a su madre, con un acta de nacimiento que lo identificaba como Fabián.
Cierto día durante el desayuno le adelantó que iría a las oficinas del Registro Civil para oficializar lo que ya todos en la familia sabían, María Rosa había nacido atrapado en un cuerpo de mujer pero que siempre se comportó y quiso ser hombre.
“Córrele”, le dijo su madre aquel día, pensando que era una broma.
“Te voy a defender con uñas y dientes porque al final, soy tú madre”, le dijo cuando por fin tuvo aquel documento oficial que le daba la reasignación genérica a su hija.
Amigos y familiares, aceptaron con cariño la polémica decisión de María Rosa, quien tuvo que enfrentar el rechazo en el laboratorio en el que trabaja como guardia de seguridad en la delegación Coyoacán.
“Algunas amigas están renuentes, me siguen llamando María, estoy consciente de darles un periodo de duelo de que perdieron a María Rosa y que acepten a Fabián”, dice con el ánimo de saber que ganará el cariño.
Ya como Fabián se presentó ante el área de Recursos Humanos con la nueva acta de nacimiento que le asignaba el nuevo género.
“Cuando se hizo el cambio de asignación sexo genérica, lo reporto a mi jefe inmediato, cuando fui a recursos humanos proceden a decirme que contrataron a una mujer y ahora tenían a un hombre”.
Fabián fue despedido. Las palabras que recuerdan de la mujer encargada de recursos humanos fue que no entendía como el gobierno se atrevía a darme una nueva acta de nacimiento sino había acta de defunción de María Rosa.
En ese momento la despidieron y de inmediato se dirigió al Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (COPRED) quien la apoyó jurídicamente para reinstalarla en su puesto.
“Bien pude haber seguido trabajando como María Rosa y no informar nada, pero no quería seguir ocultando, en cuanto tuve toda la documentación se las llevé como Fabián. Al final me reinstalaron y me ofrecieron disculpas”, recuerda ahora entre risas.
“Yo sabía que era mujer, pero mentalmente era hombre, nunca me resigné a ser llamada lesbiana”
Discriminación en la capital
Después de los indígenas, la comunidad LGBTTI es el sector más discriminado en la capital del país.
Mientras la ciudad se teñía con los colores del arcoíris por el Día Internacional contra la Homofobia, Lesbofobia, Transfobia y Bifobia, los candidatos punteros a la jefatura de gobierno firmaban agendas y compromisos con activistas de este sector, a excepción de Mikel Arriola.
Las diferencias del aspirante tricolor con estas comunidades son abiertas y quedaron exhibidas desde hace meses cuando declaró que estaba en contra de los matrimonios del mismo sexo y más aún, con la posibilidad de que estos adopten hijos.
Desde febrero pasado que el candidato dio la declaración se abrió una zanja difícil de cerrar con grupos, colectivos y activistas de los derechos humanos de la comunidad LGBTTTI.
La Ciudad de México mantiene el primer lugar a nivel nacional en crímenes de odio, a pesar de ser considerada el territorio del país en el que se han conseguido más derechos y libertades.
Todos los candidatos al gobierno de la CDMX se comprometieron con la comunidad LGBTTIQ menos Mikel Arriola
Con esa violencia a cuestas, la Coalición Mexicana LGBTTTI+ buscó que la candidata de Por la Ciudad de México Al Frente, Alejandra Barrales se comprometiera con ellos firmando una agenda política.
La agenda contiene temas compromiso, en primer lugar, la justicia con igualdad y erradicación de violencia; salud sin discriminación, educación para la inclusión, derechos laborales, cultura incluyente, participación política LGBTTTI y fortalecimiento del estado laico.
Lo mismo ocurrió con Claudia Sheinbaum, quien sostuvo un encuentro público con integrantes de la comunidad.
“Voy a gobernar para todas las etnias, para heterosexuales y personas LGBTTI…voy a gobernar como el centro de la libertad y de los derechos. Los saludo todos, a gays, lesbianas, bisexuales, travestis, transgénero, me llena de orgullo estar con ustedes. Soy una aliada en el reconocimiento de los derechos de la ciudad”.