ZINACANTAN, CHIAPAS, 11JUNIO2014.-
En el marco de la polémica desatada por indígenas que revelaron que venden los productos alimenticios que les son otorgados como parte de la Cruzada Nacional contra el Hambre; y la denuncia de trabajadores del programa por el adeudo de salarios, este día el subsecretario de Desarrollo Social de la SEDESOL, Ernesto Nemer, arribó al municipio de Zinacantán, donde el presidente Enrique Peña Nieto inauguró el programa en 2013. Ahí, autoridades estatales informaron que en Chiapas más de 400 mil personas originarias de 55 municipios, son beneficiarias de la Cruzada.
FOTO: ELIZABETH RUIZ /CUARTOSCURO.COM

Cruzada Nacional Contra el Hambre reprueba revisión de la ASF en cuenta pública 2017

Agregó que la estrategia no constituyó una solución para superar el problema de la prevalencia de la pobreza extrema alimentaria, y en ningún momento se pudo demostrar el impacto de la Cruzada

Tras ser presentada como una de las principales políticas sociales de Enrique Peña Nieto, en enero de 2013, la Cruzada Nacional contra el Hambre presentó varias inconsistencias en su Auditoría de Desempeño.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) presentó esta tarde la fiscalización del programa en el que concluyó que la mayoría de los objetivos del proyecto no se cumplieron.

Lo anterior, fundamentalmente, se adjudicó a que la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) no elaboró matriz alguna de medición para conocer el impacto y desarrollo de la política social.

En la revisión especializada a la cuenta pública de 2017 se halló, en primer lugar, que no se reglamentó el derecho constitucional a la alimentación y no se identificó con precisión a la población a la que deben ir dirigidos los apoyos.

Argumentó que la SEDESOL no constituyó como tal una solución estructural y permanente para solucionar el problema de la prevalencia de la pobreza extrema alimentaria.

“A 2017, la SEDESOL no dispuso de mecanismos que permitieran verificar el avance en el cumplimiento del objetivo de la CNcH a 2018 de Cero hambre a partir de una alimentación, y nutrición adecuada de las personas en pobreza extrema alimentaria”, se lee en el informe.

Por esta razón, la ASF presentó los datos actuales en los que el 64.2% de las personas tienen una carencia por acceso a la salud, mientras que el 58.1% tiene carencia por acceso a alimentación.

Agregó que la estrategia no constituyó una solución para superar el problema de la prevalencia de la pobreza extrema alimentaria, y en ningún momento se pudo demostrar el impacto de la Cruzada.

“La SEDESOL no acreditó que dicha estrategia constituyó una solución para superar el problema de la prevalencia de la pobreza extrema alimentaria, ya que la dependencia no comprobó en qué medida se atendieron las carencias de cada una de las personas en esa condición, ni que su atención permitió que abandonaran dicha situación, por lo que no fue posible acreditar el avance del objetivo establecido”, sentenció.

Finalmente, la ASF indicó que la SEDESOL también cambió el término “erradicar” por “atender” la pobreza alimentaria, en 2015, lo que disminuía, evidentemente, el efecto de la política social en los mexicanos.

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