Con la entrada en vigor de la reforma judicial el pasado 16 de septiembre, comenzó a correr el plazo de 30 días naturales que tendrá el Senado de la República para emitir la convocatoria para integrar los listados de los candidatos que participarán en la elección de jueces, magistrados y ministros a realizarse el primer domingo de junio del próximo año.
Sin embargo, la visión del expresidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León es diferente, pues considera que, con la aprobación de la reforma judicial, “se sentaron las bases para que México se convierta en una tiranía”.
En respuesta, el presidente del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña dejó en claro que “aunque no le guste la democracia al expresidente Ernesto Zedillo y a sus corifeos, (jefes) nada podrá impedir los comicios” de junio de 2025 para elegir a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a los magistrados y a la mitad de los jueces federales y locales.
“No hay poder sobre la tierra que detenga la instrumentación de la reforma al Poder Judicial, publicada en el Diario Oficial de la Federación el pasado 15 de septiembre”.
En un mensaje que difundió en redes sociales, el legislador destacó que México será el primer país del mundo que elija, por el voto universal, secreto y directo, a todas las personas juzgadoras.
Recordó que el 15 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó el decreto y, un día después, Ernesto Zedillo Ponce de León, “responsable de las matanzas de Acteal y de Aguas Blancas, de la privatización de Ferrocarriles Nacionales de México, del llamado error de diciembre y del Fobaproa”, criticó la reforma y señaló la destrucción de la democracia.
“¿Con qué calidad moral y política este expresidente viene a ser el vocero de la derecha?”, cuestionó Gerardo Fernández.
Refirió que, en diciembre de 1994, el entonces presidente Zedillo quitó en un mes y “de un plumazo” a 26 ministros de la Suprema Corte, y redujo a 11 el número de sus integrantes, sin foros de discusión ni parlamentos abiertos.
“Y ahora, ese hombre viene a hablarnos de destrucción de la democracia”, cuando Morena y sus aliados ganaron de manera impresionante la elección del pasado 2 de junio, y la del Poder Judicial fue una de las reformas que apoyó la gente”, indicó Fernández Noroña.
La senadora petista, Lizeth Sánchez García, dejó en claro que la reforma busca habrá de erradicar prácticas como el nepotismo y el influyentismo para garantizar un Poder Judicial más independiente y enfocado en servir al país.
Dijo que este esfuerzo fortalece la relación entre la justicia y el pueblo, principios que considera fundamentales para el movimiento de transformación impulsado por el gobierno actual.
En contraparte, Ricardo Anaya Cortés, a nombre de la bancada del Partido Acción Nacional en la Cámara alta, acusó que la reforma al Poder Judicial del gobierno pretende, “con trampas y engaños”, hacerse del control para preseleccionar a los candidatos a jueces, magistrados y ministros que serían electos por los ciudadanos.
Expuso que la propuesta del gubernamental contiene tres trampas: Morena tendrá el control previo a la elección de jueces, y pretenden que la gente crea que votará de manera libre, directa y secreta.
Además, el número de boletas va a hacer que este ejercicio, lejos de ser democrático, sea un ejercicio de confusión, en donde la gente termine simplemente escogiendo al azar o a aquellos que sean propuestos por el Ejecutivo federal o su partido Morena.
Asimismo, la creación de un Tribunal de Disciplina con cinco integrantes preseleccionados por Morena y con facultades para quitar jueces, meterlos a la cárcel o inhabilitarlos, por lo que ironizó que “suena muy romántica la idea de que el pueblo elija a los jueces”.