Los habitantes de la Ciudad de México ahora no sólo deben de cuidarse de los delincuentes locales, sino también de los que vienen de otros países.
Desde enero de 2014 hasta agosto de este 2018, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) local registró un total de 905 denuncias en contra de igual número de personas de diversas nacionalidades por estar relacionadas con hechos delincuenciales. Sin embargo, sólo 643 fueron puestas a disposición, el 71 por ciento.
De acuerdo con la información obtenida vía transparencia con folio 0113000487118, de las personas extranjeras puestas a disposición, 496 casos correspondieron a hombres (77 por ciento), mientras que 147 a mujeres (23 por ciento).
En 2014 fueron dispuestas 138 personas; en el 2017 se registraron 147; en 2016 hubo 98 casos; y para 2017 la cifra repuntó a 157 vinculaciones.
El mayor número de personas extrajeras puestas a disposición por hechos delincuenciales en la CDMX corresponde a Colombia, con un total de 246 vinculados que representan el 38.25 por ciento, según la información proporcionada por la Unidad de Transparencia de la PGJ capitalina.
La segunda posición la ocupa Venezuela con 78 casos y el 12.89 por ciento; Perú está en tercer lugar con 31 casos equivalentes y el 4.82 por ciento.
Cuba destaca con un cifra de 21 personas dispuestas que representan el 3.26 por ciento, le sigue China con 19 casos y el 2.95 por ciento. De otras nacionalidades también fueron asentadas 248 disposiciones, cifra equivalente al 38.56 por ciento del total general.
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Principales delitos
Robo a negocio sin violencia fue el delito en el que mayormente incurrieron los ciudadanos de origen extranjero con 128 casos; robo a casa habitación sin violencia fue el segundo ilícito más cometido con 51 hechos registrados; y narcomenudeo y/o posesión simple fue el tercero con 47 reportes.
Además, el robo a transeúnte con violencia reportó 42 disposiciones; otros 31 casos por falsificación de títulos al portador; por lesiones culposas por tránsito vehicular unas 28; mientras que por el delito de encubrimiento otras 26 situaciones efectivas.
Las alcaldías con más riesgo
Las alcaldías que mayor presencia criminal extrajera han tenido de enero del 2014 a agosto de este año han sido Cuauhtémoc, con 186 vinculaciones que representan el 28.9 por ciento; Benito Juárez con 101 casos y un porcentaje del 15.7; y Miguel Hidalgo con 94 personas puestas a disposición que equivalen al 14.6 por ciento.
Mientras que las demarcaciones con menores registros fueron Tláhuac con 3 disposiciones correspondientes al 0.46 por ciento; Xochimilco con 5 casos y un porcentaje del 0.77; y Magdalena Contreras con 8 vinculaciones que representan a un 1.24 por ciento.
El fenómeno de los “apatriados”
“La mayoría de los delitos cometidos en Ciudad de México por parte de personas de origen extranjero se derivan principalmente a la globalización y a sus consecuentes políticas públicas en materia económica, las cuales no permiten la inclusión de los países en vías de desarrollo y de las naciones más pobres frente a la economía internacional”, asegura Lizbeth Xóchitl Padilla Sanabria, doctora en Derecho por la UNAM.
Debido a que México representa un paso para llegar hacia los Estados Unidos, explica la especialista, muchos de los migrantes sudamericanos que desisten de su plan de cruzar la frontera norte deciden establecerse en la capital, donde al no encontrar un trabajo recurren a los ilícitos. Sin embargo, otro factor de importancia es que tanto en la CDMX como en el resto del país la corrupción permite que se establezcan y operen células delictivas.
“Hablamos principalmente de colombianos, venezolanos, hondureños, salvadoreños… pero principalmente de los primeros, ya que la mafia colombiana en México representa un gran peligro desde una perspectiva delincuencial, porque como ellos son apátridas, es decir, no tienen patria, no tienen forma de establecer una identidad en territorio nacional y por eso los mismos forman grupos del crimen organizado que incursionan en casi cualquier tipo de delitos”.
“Mientras más alejados nos encontremos de un estado de bienestar social desde un perspectiva de seguridad, los índices delictivos seguirán en aumento y también se volverán más violentos, por lo que es necesario encaminar políticas públicas no para disminuir el problema, sino para erradicarlo”, dice Padilla Sanabria.