Crecen mafias de reclutadores de jornaleros en Monterrey

La falta de oportunidades laborales en México provoca que un gran número de personas, especialmente de las zonas rurales del país, busquen migrar a los Estados Unidos para mejorar sus condiciones de vida.

Sin embargo, quienes deciden hacerlo a través de una visa de trabajo pueden llegar a pagar entre 2 mil 500 y 6 mil dólares, aun y cuando el costo de expedición oficial es de apenas 205 dólares.

De acuerdo con el testimonio de estos migrantes, algunas agencias les llegan a solicitar hasta 2 mil 500 dólares por obtener la visa H-2, misma que otorga la posibilidad de trabajar de forma temporal en los Estados Unidos; el servicio incluye el contacto con empresas norteamericanas con posibilidad de contratarlos.

Sin embargo, también existen mafias de reclutadores que cobran entre 6 y 12 mil dólares para ayudarlos a obtener una visa ‘libre’; es decir, llevarlos hasta los Estados Unidos y dejarlos en libertad para que puedan buscar trabajo por su cuenta, quedando exentos del compromiso con la compañía que los pidió en Estados Unidos y con estatus migratorio relativamente legal.

De esta manera, la migración laboral hacia el vecino país del norte se ha convertido no solo en una oportunidad para quienes viven en zonas vulnerables de México, sino también en un negocio redondo para los reclutadores y ciudadanos méxico-estadounidenses que solicitan mano de obra.

“Se traen gente contratada; unos cobran 2 mil 500 dólares para ir a trabajar bien, pero otros cobran hasta 100 mil pesos, según el tipo de cambio de ahora, y ya estando del otro lado los dejan libres para ir a donde quieran, son como los ‘coyotes’ pero con visa de trabajo, y pasan legal”, narró José, jornalero mexicano proveniente del estado de Coahuila.

Luego del cruce, las mafias de reclutamiento obtienen una entrada de dinero adicional cobrándoles a los empleados el transporte, la comida y la estancia, tres cosas que, de acuerdo con leyes laborales, deberían estar garantizadas por el propio empleador.

“Conozco muchos que trabajan en el campo y se traen gente, ellos tienen que darles hospedaje, comida y transporte, pero no se los cobran; supuestamente la compañía tiene que pagar eso, pero no, se los traen y les cobran, y esa es otra ganancia de ellos”, aseguró José.

José llegó desde Los Altos de Jalisco hasta Nuevo León para obtener su visa H-2 y poder trabajar en el campo, viéndose forzado a pagar casi 45 mil pesos a los reclutadores que le ofrecieron esa oportunidad.

Ganancias millonarias

En promedio, la estancia en Monterrey de cada jornalero cuesta, a quienes prestan estos servicios, alrededor de 3 mil pesos por cinco días, compartiendo el cuarto, además de un aproximado de 3 mil pesos por comida y un costo de transporte de 7 mil pesos hasta su destino final, sumando también los 205 dólares del costo de la visa.

De tal forma, y tomando en cuenta los testimonios reunidos por Reporte Índigo, por cada jornalero los reclutadores erogan alrededor de 17 mil pesos, quedando para ellos una ganancia neta de hasta 27 mil pesos por persona.

“Pasaron preguntando si a alguien le interesaba irse para el ‘gabacho’, dijeron que nos podían pagar hasta 16 dólares por hora ($283 pesos) en Estados Unidos, lo que nos cobraron incluía la estancia, la documentación y todo lo necesario para la visa en Monterrey; al llegar al cuarto me di cuenta de que éramos seis en un cuarto y solo había dos camas, yo creo que lo hacían para ahorrar, y nos llevaban a un restaurante cerca del hotel”, narra José.

Para el año 2021, Monterrey era la ciudad que emitía más visas estadounidenses para trabajo temporal a nivel mundial; tan solo de octubre de 2020 a julio del siguiente año, se emitieron 171 mil 983 visas.

Nuevo León es la entidad en donde se expiden más del 50 por ciento de las visas que se otorgan en el país.

En cuanto a los sueldos en Estados Unidos, estos varían entre los 13 y 30 dólares la hora, según la ocupación, y aunque existen trabajadores que realizan jornadas de hasta 60 horas a la semana, muchos de ellos invierten la mitad de ese dinero en pagar renta, transporte y comida durante su estancia en suelo estadounidense.

Las mafias de reclutadores han logrado amasar sumas millonarios aprovechando lagunas en las leyes y contratos de trabajo migratorios que terminan por afectar a los jornaleros, asegurándose una gran tajada de las remesas que estos envían a sus familias en México.