Crece homicidio contra mujeres

Una gran parte de mujeres muere en Monterrey a manos de su expareja o de su esposo. 

Como María Guadalupe Gallardo Cázares, quien desapareció una semana antes de terminar el mes de septiembre.

Sin rastro, sin despedida, sus familiares se preguntaron por qué dejaba a su hija en el abandono. 

Según su marido la mujer los dejó, marchándose a Guadalajara.

Pero el 26 de septiembre, la familia volvió a tener noticias de ella, mediante una nueva cuenta de Facebook, donde supuestamente se hacía llamar “Pitaya GC”.

Gizéh Jiménez Gizéh Jiménez Publicado el
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"Lo que nos llama la atención es que no haya denuncias y consignaciones por feminicidio, esto habría que investigarlo en la Procuraduría"
Irma OchoaFundadora de Arthemisas
por la Equidad
Van 58 asesinatos de mujeres este año y la Procuraduría y sus ministerios públicos no han podido tipificar y probar el delito de femenicidio, para agravar la pena contra el inculpado
http://youtu.be/AFRWjoubs5g

Una gran parte de mujeres muere en Monterrey a manos de su expareja o de su esposo. 

Como María Guadalupe Gallardo Cázares, quien desapareció una semana antes de terminar el mes de septiembre.

Sin rastro, sin despedida, sus familiares se preguntaron por qué dejaba a su hija en el abandono. 

Según su marido la mujer los dejó, marchándose a Guadalajara.

Pero el 26 de septiembre, la familia volvió a tener noticias de ella, mediante una nueva cuenta de Facebook, donde supuestamente se hacía llamar “Pitaya GC”.

Sin embargo, los mensajes y las publicaciones que presuntamente hacía María Guadalupe, no coincidían con sus expresiones usuales.

Así que la familia de la mujer comenzó a dudar y las sospechas recayeron sobre el esposo: Juan Carlos García Salazar. 

Los parientes de María Guadalupe no se convencieron de que ella estaba en Guadalajara.

Presentaron una denuncia de desaparición y el jueves 2 de octubre las autoridades inspeccionaron la casa que la mujer compartía con Juan Carlos y su hija, en el municipio de García. 

Agentes ministeriales percibieron olores fétidos y procedieron a inspeccionar la casa.

Entonces descubrieron el cuerpo de María Guadalupe sepultado en arena, dentro de un tambo, en el baño de la vivienda.

Lo que desencadenó el asesinato fue que María Guadalupe, que ya tenía un mes separada de Juan Carlos, le dijo a éste que se iría con la hija de ambos a otro estado. 

Esto provocó la furia de Juan Carlos, quien agredió a puñetazos a su esposa.

Posteriormente, le causó la muerte con reiterados golpes de un martillo en la cabeza y el cuerpo lo metió en un tambo con capacidad de 200 litros. 

Y este tipo de homicidios va en aumento en Monterrey y su área metropolitana.

En lo que va del año, se han cometido 58 asesinatos en contra de mujeres, según cifras de la asociación civil Arthemisas por la Equidad. 

De ellos, cerca del 30 por ciento, exactamente 20, han sido en manos del novio, esposo o expareja. Y uno más que es el caso de la bebé Danna Fernanda Rodríguez, de dos años, muerta por la agresión de su madrastra. 

El resto, son mujeres no identificadas y que en su mayoría se atribuyen al crimen organizado. 

El repunte de las agresiones a la mujer es alarmante, pues ni siquiera en 2011, cuando se presentaron atentados como el del Casino Royale y el del Sabino Gordo, la estadística fue tan alta. 

En los nueve meses que van del 2014 van 334 homicidios de varones y 58 de mujeres. El asesinato de mujeres siempre a la alza.

Comparándolo con otros años, la incidencia del homicidio creció en un 16 por ciento. Comparado con 2013, aumentó un 13 por ciento.

Equiparado con el 2012, los asesinatos contra el género femenino aumentaron el 10 por ciento, y con 2011 un 11 por ciento. 

‘Y no consignan por feminicidio’

Irma Ochoa, encargada de Trabajo Social y fundadora de Arthemisas por la Equidad, denuncia que el feminicidio se tipificó como delito en la entidad en mayo de 2013, pero a la fecha sólo se ha procesado un caso.

Es decir, van 58 asesinatos de mujeres este año y la Procuraduría estatal y sus ministerios públicos no han podido tipificar y probar el delito de femenicidio para agravar la pena contra el inculpado.

Sólo un caso es procesado así y todavía se desconoce la sentencia. 

“Una de las circunstancias dentro de la tipificación del feminicidio es que a la víctima se le hayan infligido actos infamantes, degradantes o mutilaciones, de manera previa o posterior a la privación de la vida, y por lo general los casos han tenido todas estas circunstancias.

“Lo que nos llama la atención es que no haya habido denuncias y consignaciones por feminicidio, esto habría que investigarlo en la Procuraduría. 

“Se codifica, está en las leyes, pero luego resulta que son leyes muertas y no tiene sentido que 42 diputados se pongan a trabajar el tema si todo se va al bote de la basura”, señala Irma Ochoa. 

Pero también hay una gran diferencia entre los asesinatos cometidos en años anteriores y los del 2014.

Y es que otra característica de la falta de investigación de la Procuraduría, es que en muchos casos se atribuya el homicidio al crimen organizado y se cierra el caso.

Pero este año han sido menos las víctimas no identificadas.

En 2011 hubo 72 mujeres sin identificar, en 2012 fueron 52, en 2013 hubo 20, y de las 58 que van en 2014, sólo 10 no se han identificado.

Esto significa que el número de mujeres asesinadas en relación a su entorno de pareja, va en aumento.

Ochoa señala, que en los años en que estuvo más recrudecida la guerra en contra del crimen organizado, era presumible que muchas de las mujeres asesinadas fueran migrantes o víctimas de la trata de personas, motivo por el cual no se podían identificar. 

Pero actualmente, la mayoría de las mujeres que han sufrido la privación de la vida son personas que tienen raíces y familia en el estado. 

En todo el sexenio de Natividad González Parás, hubo 139 mujeres asesinadas, a punto de terminar el de Rodrigo Medina ya van 594. 

El 67 por ciento de los asesinatos a mujeres, de 2009 al 2014, se le ha imputado al crimen organizado, es decir 426 en total. Y aunque disminuye la cifra de decesos violentos, por la menor presencia del crimen organizado, el porcentaje de homicidios contra las mujeres aumenta.

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