El costo de trabajar presencialmente

La inflación, la falta de aumentos en los sueldos, así como el incremento en los precios de bienes y servicios, son condiciones que han afectado seriamente a los trabajadores mexicanos
Elizabeth González-Manrique Elizabeth González-Manrique Publicado el
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Los gastos asociados al trabajo, reflejados en la economía y la calidad de vida de las familias, ha llevado a los empleados mexicanos a buscar nuevas fuentes de empleo, que se encuentren más cercanas a sus domicilios y que se ajusten al presupuesto familiar.

Tras el regreso presencial a los centros de trabajo, los empleados de México han tenido que asumir costos mayores para laborar que los previos a la pandemia, durante la cual muchos de ellos no tenían qué desplazarse.

Por otra parte, con respecto al trabajo, los empleados mencionan que además de gastar en transporte o gasolina, también deben tomar en cuenta el desembolso en aspectos como alimentación en el centro de trabajo, ropa adecuada para sus labores, así como  guardería o algún otro servicio para el cuidado de sus hijos.

Ante este panorama, las empresas pueden ofrecer diversos beneficios a sus empleados, en caso de no incrementar el salario.

Aumentan gastos, sueldos se mantienen

Pese a que la inflación sigue creciendo en México, tras colocarse en 4.78 por ciento anual durante la primera quincena de junio, de acuerdo con el el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), más allá de los incrementos al salario mínimo, impulsados por el Gobierno federal, trabajadores señalan que sus salarios se han mantenido sin variaciones durante años.

Cecilia, madre autónoma de un niño de ocho años de edad, quien labora en una universidad pública desde hace 11 años, no ha reportado un aumento en sus ingresos durante varios años, sin embargo, sus gastos han crecido a la par que su pequeño hijo se hace mayor.

“Antes, y durante la pandemia, él asistía a una estancia del ISSSTE y no me generaba gastos de colegiatura, la universidad se detuvo por completo en la pandemia y trabajé desde casa año y medio. Durante esos años, le pagaba clases particulares con un vecino que le enseñó a leer y a escribir, remodelé mi baño y cambié el piso de la cocina y de la zotehuela. Pero regresamos de la pandemia y entonces comencé a pagar escuela particular a nivel preescolar, luego primaria y ya me las ví medio negras, todo subió mucho”, explicó Ceci.

Al igual que esta madre de familia, de acuerdo con Bruno Peláez, senior Content Analyst de Capterra, plataforma intermediaria para la adquisición de software que realizó un informe en torno a este tema, más del 50 por ciento de los trabajadores se encuentran en la misma situación que Cecilia.

“El 53 por ciento de los trabajadores encuestados señala que sus gastos personales asociados a su trabajo actual, por ejemplo, desplazamiento al trabajo, suministros o cuidado de los hijos, han incrementado en los últimos 12 meses”, explicó.

En contraparte, 40 por ciento dice que este tipo de gastos se ha mantenido igual, mientras que un porcentaje mínimo, de 6 puntos porcentuales, aseguró que han disminuido

Para la realización de este informe, Capterra realizó una encuesta en marzo del 2024, en la que entrevistó a 245 trabajadores mexicanos.

Los gastos personales de los empleados mexicanos han cambiado en los últimos 12 meses, después de que diversos bienes y servicios han registrado un aumento en sus costos tales como : alimentos, con un incremento del 70 por ciento; consumo de comida en restaurantes, 54 por ciento más; suministros como electricidad, agua y gas, 47 por ciento; gasolina, 46 por ciento; y ropa, 39 por ciento.

Peláez, realizador del informe, menciona en el documento que debido al regreso presencial a los centros de trabajo, los trabajadores pueden sentirse desmotivados o desvinculados de la empresa debido a la obligatoriedad de encontrarse físicamente en el centro de trabajo durante la jornada completa y por los gastos que ello les genera.

De acuerdo con los encuestados, los mayores gastos de los empleados que trabajan de tiempo completo en el trabajo, así como aquellos que lo hacen bajo el formato híbrido, son: gasolina (43 por ciento), transporte público (29 por ciento) y comidas (23 por ciento). Otro de los gastos asociados al trabajo presencial es el vestuario o uniforme profesional (46 por ciento).

El informe de Capterra menciona que los empleadores deben tener en cuenta todos estos gastos al momento de exigir que sus trabajadores vuelvan a laborar de manera presencial, pues es un pensamiento presente en la mente de los empleados, a la vez que deben buscar alternativas para apoyarlos en estas áreas.

Por otra parte, Alma Paz, activista a favor de los derechos de los trabajadores, menciona que a pesar de la inflación, el aumento al salario mínimo ha permitido que algunos trabajadores pueda asumir los costos relacionados al trabajo.

“Hay que reconocer algo, el aumento del salario mínimo sí vino a apoyar a un sector de la población que históricamente era afectado por la inflación, sin tener un mayor índice o un mayor poder adquisitivo. En este sentido las cosas sí son más caras, han subido precios, pero el mexicano promedio que ganaba el salario mínimo, en este momento, sí tiene un poco más de poder adquisitivo”, explicó.

Un problema con graves consecuencias

Bruno Peláez, senior Content Analyst de Capterra, menciona que en caso de que el incremento de precios o gastos en productos y servicios asociados al trabajo presencial continúe, podría afectar el comportamiento del empleado en la empresa, así como su desempeño o compromiso con ella.

De acuerdo con el informe elaborado por Capterra, la flexibilidad laboral es una de las estrategias más efectivas para contar con la fidelidad de los empleados. Esta flexibilidad incluye los formatos de trabajo híbrido o remoto, así como contar con un horario que se adapte a las necesidades del trabajador.

Según esta empresa, los formatos de trabajo en México se encuentran distribuidos de la siguiente manera: 42 por ciento se realizan de manera presencial, 36 por ciento cuentan con formato híbrido y 22 por ciento son completamente remotos. El 32 por ciento de las personas que trabajan una parte de la jornada en el centro de trabajo y otra bajo la modalidad home office, menciona que en los últimos 12 meses la empresa aumentó el número de días que tienen que ir a trabajar a la oficina o centro de trabajo.

La mayoría de los trabajadores que laboran de manera híbrida, el 67 por ciento, mencionan sentirse molestos ante el incremento de la jornada presencial.

Home Office, el favorito de los mexicanos

De las tres modalidades de empleo, la favorita por los empleados mexicanos es el home office, pues 53 por ciento de los encuestados por Capterra dijo que preferiría trabajar remotamente completamente y un 40 por ciento señaló que de forma híbrida.

“El home office de tiempo completo proporciona un estilo y calidad de vida diferente al tradicional, y una parte de los trabajadores en México ven suficientes beneficios como para asumir incluso una reducción en su salario por este modelo de trabajo”, menciona Capterra en su informe.

Para conservar esta modalidad de trabajo, o comenzar a laborar bajo este esquema, el 38 por ciento de las personas aceptarían una reducción salarial, mientras que el 62 por ciento restante indicó que no aceptaría una baja en sus percepciones para continuar laborando en casa.

Por otra parte, los trabajadores que consideren que los gastos para trasladarse son excesivos, pues el incremento de costos y gastos en general puede tener consecuencias tanto en la vida personal como profesional de un empleado, podrían acudir a medidas extremas como renunciar a su trabajo.

En búsqueda de la motivación

Antes de renunciar a su trabajo, los empleados recurrirían a acciones como pedir un aumento, de acuerdo con el 68 por ciento de los encuestados por Capterra; o comenzar a buscar un empleo nuevo, diferente al que tienen o adicional, según el 68 por ciento.

Sin embargo, 36 por ciento de los trabajadores dijo que en caso de que sientan que las obligaciones y gastos no van acorde con las percepciones, reducirían su productividad, mientras que el 22 por ciento definitivamente abandonarían su puesto.

“El estudio observa que si los empleados llegasen a considerar sus gastos personales relacionados al desplazamiento al sitio de trabajo como excesivos o no razonables, podrían tener una reacción más significativa que pedir un aumento de sueldo, posible reacción indicada por el 68 por ciento de los encuestados, por ejemplo, podrían buscar un nuevo trabajo o reducir su productividad, o incluso una reacción más extrema como renunciar al puesto”, explica Peláez.

Una de las medidas gubernamentales que ha disuadido a los empresarios de ofrecer la modalidad home office es la creación y puesta en marcha de la Norma Oficial Mexicana NOM-037-STPS-202,3 cuyo objetivo es establecer las condiciones de seguridad y salud de las personas que trabajan bajo el formato de trabajo en remoto, también conocida como “ley de home office”.

Al respecto, Alma Paz, activista a favor de los derechos de los trabajadores, menciona que aunque la intención de esta NOM es buena, su redacción ha causado una serie de malentendidos que han derivado en la eliminación de este esquema de trabajo.

“La NOM 037 fue redactada completamente mal. Venimos de un encierro de dos años, gracias al coronavirus, en el cual las empresas funcionaron perfectamente bien bajo el esquema de home office, les iba perfecto, mucha gente aumentó su productividad y de repente el gobierno mete las manos sin consultar realmente a expertos, simplemente pensando que estaban haciendo las cosas bien y hacen la 037, que además de estar mal redactada, no ayuda con un sistema nacional de cuidados, las madres cuidadoras, o las mujeres cuidadoras somos las que más afectadas, ¿por qué? Pues porque nos dicen que no eres candidata a un puesto porque tienes infancias o tienes adultos mayores en casa y tienes que estarlos cuidando.

“Entonces,  los empleadores solicitanregresa acá a la oficina porque no te podemos dar ese extra que la ley nos pide’ porque al final del día todo el tema era que los patrones pues dieran este extra, este monto para luz, agua, internet, para que el trabajador tuviera las condiciones correctas de trabajo. Sin embargo, el no querer soltar dinero, al final del día, les está costando muchísimo más, pues no hay un análisis profundo del costo que se les está viniendo encima a las empresas porque el talento, los trabajadores, incluso los mejores, se les están yendo”, explica Paz.

En el caso de Cecilia, madre autónoma de un niño de 8 años, su opción ha sido recurrir a un segundo empleo, ya que al ser maestra en psicología, puede trabajar de manera independiente.

“Solo somos los dos, pero, por ejemplo, los viernes de consejo son $500 que le tengo qué pagar a la niñera, ahorita tengo que pagar 3 cursos de verano porque serán 5 semanas sin clases.No me puedo enfermar y procuro que no se enferme porque es muy caro que lo cuiden. Afortunadamente reabrí mi consulta en enero y eso me ha dado más ingresos. Soy maestra en psicología, especialista en adolescentes, y con el maestro que le enseñó a mi hijo a escribir asesoro y doy talleres a muchachos y de ahí van saliendo para terapia”, relata.

Para abatir la fuga de talento, Capterra propone cinco líneas de acción: elección del horario de trabajo, descuento o gratuidad en alimentos, reembolso de estacionamiento o transporte, acceso a actividades deportivas dentro del centro de trabajo y ofrecer asesoramiento respecto a finanzas.

De los encuestados, 85 por ciento dijeron preferir un esquema híbrido sobre uno 100 por ciento presencial, en caso de que la opción de trabajo a distancia no sea viable. Este mismo porcentaje mencionó que obtener alimentos con descuentos o contar con un comedor completamente gratuito, podría ser un paliativo a su molestia ante el incremento de gastos.

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