Las divisiones entre grupos internos demuestran la fractura del PAN en el DF que no logra levantarse luego de la aplastante derrota que sufrió en las urnas el pasado julio de este año
"Necesitamos transformarnos, tener una nueva cara, tener formación de cuadros… (la gente) necesita políticos profesionales que les puedan resolver la vida"
Como le pasó a Manuel Espino y Manuel Clouthier, el PAN en el Distrito Federal amenaza con expulsar de sus filas a los militantes de la expresión “Panistas en Causa” que se atrevieron, como hicieron los primeros, a criticar lo que ocurre al interior del albiazul.
Las divisiones entre grupos internos demuestran la total fractura que vive el PAN en el Distrito Federal, que no logra levantarse luego de la aplastante derrota que sufrió en las urnas el pasado julio de 2012.
Con el cuestionamiento a cuestas: ¿por qué la gente no votó por nosotros? los principales personajes del panismo local continúan fracturados y divididos.
Sin resolver esta duda, dos grandes fracciones son evidentes y se contraponen: unos quieren desahogar el proceso de renovación de las dirigencias a fin de comenzar una etapa nueva, y los segundos se oponen a que en este momento se elija a sus dirigentes y apuestan a sacar primero el diagnóstico de lo que se hizo mal para después avanzar en el reemplazo de líderes.
En el primer grupo están la llamada “sobrina presidencial”, la senadora Mariana Gómez del Campo, que representa la influencia calderonista en la Ciudad de México, acompañada de Jorge Romero, único jefe delegacional panista que gobierna Benito Juárez.
En el segundo destacan personajes afines a Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota, tales como Raúl Paredes, la ex diputada Kenia López Rabadan, José Luis Luege, Carlos Gelista y Jorge Triana, entre otros. Éstos han formado el grupo rebelde “Panistas en Causa”, y exigen que el CEN del PAN cancele la convocatoria para renovar la dirigencia hasta que termine el “recuento de los daños”.
Pero como el PAN parece no admitir la crítica entre sus filas, ya advirtió que podría expulsar a los “rebeldes”, como ocurrió con Manuel Espino y Manuel Clouthier, luego de que ambos vertieron escandalosas declaraciones que hicieron mella al interior del albiazul.
Así las cosas, parece que en el PAN-DF son tiempos de “Cero Tolerancia” contra aquellos que se atreven a criticar.
Raúl Paredes, vocero del movimiento “Panistas en Causa” explica que su prioridad es reconocer lo que se hizo mal y lo que orilló a que la gente no votara por el PAN.
Luego pretenden plasmar las nuevas reglas en un documento guía a través de una convención nacional, para que todos tengan claro qué es lo que sigue.
“Necesitamos transformarnos, tener una nueva cara, tener formación de cuadros, porque luego estamos tratando de ver quién, como fue el caso de Isabel Miranda de Wallace, no había quién y se designó a la señora, que es una estupenda luchadora social, pero la gente no quiere luchadores sociales, lo que necesitan son políticos profesionales que les puedan resolver la vida”, apuntó.
Los mea culpa
Paredes explica que hay un ABC de todo lo que ocurrió y se hizo desde dentro y que terminó por colocar al partido al borde la extinción en la Ciudad de México, que lo mantiene hasta hoy completamente desdibujado.
Uno, no hay formación de cuadros dado que llegado el momento de decidir no hay a quién elegir como candidatos; dos, el PAN se convirtió en comparsa del gobierno y dejó de señalar los actos de corrupción cometidos en el GDF; tres, fue una mala decisión asignar a Wallace cuando aspiraban la candidatura verdaderos panistas como José Luis Luege, Gabriela Cuevas, Mariana Gómez del Campo, Carlos Orvañanos e incluso Demetrio Sodi.
Pero la lista de errores parece interminable.
“De bote pronto se designa a Wallace desde la cúpula, que eso no significa que sean los panistas, cuando la designan muchos se sintieron despreciados”, apunta.
Para colmo de esa decisión cupular “la señora no logra hacer click con el partido y empieza a hacer una campaña con su propia agenda y creo que tuvieron el gran error de no leerle la cartilla, Isabel hizo la campaña a su estilo, los panistas se sintieron rechazados, no hubo una figura, un árbitro, un eje en el PAN de la Capital, que pusiera orden”.
Todo aquello llevó al fracaso en las urnas de julio pasado y el choque de grupos que hoy permea en el PAN capitalino.
Pero la historia del PAN no miente, las críticas de sus afiliados no son bienvenidas. El fin de semana, uno de los consejeros regionales del partido en la Ciudad de México, Armando Mayorga, pidió sanción a siete integrantes de “Panistas en Causa” por las acusaciones contra Mariana Gómez del Campo.
Con el argumento de afectar la esfera jurídica del panismo, el consejero pidió la sanción contra Jorge Triana, Carlos Geista, Raúl Paredes, Carlos Pizano, Gabriela Salido, Bernardo Lartigue y Omar Pacheco. La sombra de la expulsión vuelve a rondar al PAN.
Para los “rebeldes” de “Panistas en Causa”, la reacción del consejero es explicable a raíz de que el jefe delegacional panista, Jorge Romero, tiene a muchos de estos consejeros del PAN DF en la nómina de la Benito Juárez.
“Jorge está utilizando la nómina para contratar consejeros del PAN, hay personas que por 8 mil pesos ya están trabajando en la delegación Benito Juárez, estamos haciendo un análisis de los consejeros del PAN que trabajan ahí”.
La acusación de “consejeros comprados” emitida por los rebeldes del panismo local, hiere a más de uno. ¿Se repetirá el capítulo de las polémicas expulsiones de Espino y Clouthier? En estos tiempo de escasez y de vacas flacas, el PAN no está para restar.
