Los recortes al Presupuesto de Egresos de la Federación, como parte de la estrategia de austeridad republicana, y la moralización de la sociedad mexicana propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador no son una novedad en la política mexicana.
Esta y otras son las similitudes que el actual presidente de México guarda con el ex presidente Adolfo Ruiz Cortines, quien gobernó de 1952 a 1958.
La austeridad del gobierno
Adolfo Ruiz Cortines era una persona sencilla, en palabras de sus allegados. No contaba con lujos y le gustaba vestir sin tanto adorno. Su mentalidad de ahorro, cuidado y aprovechamiento de los recursos económicos se reflejó rápidamente durante su gestión.
Al tomar posesión de la presidencia, Ruiz Cortines redujo el gasto público ya que las finanzas públicas que había dejado su antecesor, Miguel Alemán, no estaban del todo sanas y una peligrosa inflación podría avecinarse.
Por lo tanto, Ruiz Cortines decidió enfocarse, específicamente, a atender los ingresos corrientes; esta política generó polémica, sobretodo, en el sector empresarial, ya que el nuevo estilo de gobierno podría afectar sus intereses.
Con su lema de gobierno Austeridad y Trabajo, Ruiz Cortines precede a López Obrador en lo que a la reducción del presupuesto y gasto público se refiere, así como el ganarse el desprecio del sector privado.
La moralización del gobierno y la sociedad
La lucha contra la corrupción fue otro de los ejes que Ruiz Cortines emprendió durante su gobierno, asegurando que la moral administrativa y pública debía ser necesaria para todo servidor del gobierno.
Para esto, el mandatario reformó la ley de responsabilidad de servidores públicos en la que se estableció que los funcionarios declararan sus bienes antes de entrar al servicio público.
Populismo señalado
El sector social desatendido por Alemán fue otra de las prioridades de Ruiz Cortines, así como de AMLO, al acelerar, en primer lugar el reparto agrario y crear el Programa de Bienestar Social Rural.
Por estas acciones, Ruiz Cortines fue duramente criticado, ya que muchos señalaban que su priorización hacia el sector social era un populismo descarado.
Pese a esto, el presidente propuso que la mujer tuviese los mismos derechos políticos que el hombre, lo cual fue aprobado y reformado en el artículo 34 de la Constitución, lo que permitió a las mujeres mexicanas emitir su voto durante las elecciones.
Presidentes viejitos
“Bueno, ¿me quieren para que los gobierne o para semental?”, dijo en una ocasión Adolfo Ruiz Cortines cuando le contaron que la gente hacía chistes sobre su avanzada edad.
El mote de “viejito” o “abuelito” era ya una costumbre para los mexicanos de aquella época, ya que el mandatario asumió el cargo a sus 62 años.
Sin embargo, Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia a los 65 años, constituyéndose junto con Ruiz Cortines como los presidentes más longevos tan sólo debajo de Victoriano Huerta de 67 años.