A contracorriente

Un análisis de la consultora Integralia revela que, en 10 de los 16 estados donde hubo elección de nuevos diputados locales, los gobernadores ejercerán su mandato con un gobierno dividido, entre el Ejecutivo y el Legislativo.

El estudio publicado el 24 de junio detalla que tanto en el Distrito Federal, como en Jalisco y Nuevo Léon, los mandatarios se verán forzados a negociar con la oposición para sacar adelante sus gobiernos.

Imelda García Imelda García Publicado el
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entidades que renuevan legislatura tendrán un gobierno dividido, es decir, el mandatario tendrá un congreso opositor

Un análisis de la consultora Integralia revela que, en 10 de los 16 estados donde hubo elección de nuevos diputados locales, los gobernadores ejercerán su mandato con un gobierno dividido, entre el Ejecutivo y el Legislativo.

El estudio publicado el 24 de junio detalla que tanto en el Distrito Federal, como en Jalisco y Nuevo Léon, los mandatarios se verán forzados a negociar con la oposición para sacar adelante sus gobiernos.

En el Distrito Federal, el jefe de Gobierno, el perredista Miguel Ángel Mancera se enfrentará en los últimos tres años de su gobierno a una Asamblea Legislativa dominada por los diputados de Morena.

Para auxiliar a Mancera, los perredistas deberán buscar alianzas con el PRI y el PAN a fin de conseguir una mayoría de votos en el pleno del legislativo de la capital.

En el caso de Jalisco, el mandatario electo Aristóteles Sandoval deberá gobernar con un nuevo congreso estatal que estará compuesto en su mayor parte por legisladores de Movimiento Ciudadano -38 por ciento-, pero que el PRI puede modificar si se une a sus aliados, el PVEM y Nueva Alianza, alcanzando un 41 por ciento de los votos.

En esa nueva Legislatura del parlamento jalisciense estará también Pedro Kumamoto, el joven candidato independiente que promete cuestionar las actividades del gobierno y el parlamento local.

El caso más emblemático es el de Jaime Rodríguez “El Bronco”, gobernador electo de Nuevo León, quien al haber llegado por la vía independiente, tendrá que lidiar con un congreso de mayoría panista, con el 45 por ciento de las curules en el parlamento local.

Con las pasadas elecciones, el PRI consolidó su poder como la primera fuerza política en los congresos locales del país… aunque con menos curules en los parlamentos estatales.

El tricolor es la primer fuerza local en el Poder Legislativo de los estados; sin embargo, perdió algunas curules en comparación con la pasada elección.

Salvo contadas elecciones, el PRI domina las decisiones en los congresos, incluso con gobiernos de otros partidos.

Esto sucederá, por ejemplo, en Michoacán, donde el gobernador será Silvano Aureoles Conejo, del PRD, pero el PRI tendrá la mayor parte de las curules en el Congreso local, con el 42 por ciento.

Este hecho, que se repite en varios ejemplos, obliga a mandatarios en funciones y a nuevos gobernadores a negociar con sus adversarios políticos para sacar adelante reformas y acciones de gobierno que requieran la aprobación estatal.

En contraparte, los gobernadores de algunos estados gozan de una mayoría calificada (de dos terceras partes) de su partido en los congresos, lo que les garantiza la aprobación de todas las medidas que propongan.

PRI: la primera fuerza pierde espacios en los congresos

 Aunque de forma general el resultado de las pasadas elecciones fue favorable al PRI, este partido perdió algunos lugares en los congresos estatales.

En los estados donde se renovó el Congreso local, el PRI perdió de forma global 25 curules en los parlamentos locales.

Fue en el estado de Guanajuato donde perdió el mayor número de espacios, con siete menos que en la elección pasada. En Campeche y el Estado de México, el tricolor perdió cinco diputaciones locales en cada uno.

Aun así, el PRI mantendrá su hegemonía en 22 de los 32 congresos estatales.

Solo en seis de ellos, el PAN es la fuerza más representativa. El PRD en dos. Morena, en uno. Y en un congreso hay un empate entre los representantes del PRI y el PAN.

Tomando en cuenta a los diputados electos en las elecciones de junio, el tricolor tendrá mayoría en los estados de Durango, Hidalgo, Chiapas, Campeche, Coahuila, Guerrero, Nayarit, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán, Aguascalientes, Chihuahua, Estado de México, Michoacán, Oaxaca, San Luis Potosí, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.

El PAN tiene mayoría en los congresos de Baja California Sur, Guanajuato, Querétaro, Colima, Puebla y Nuevo León.

El PRD tiene el mayor número de curules en los parlamentos de Morelos y Tabasco. Morena predominará en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

El de Baja California es el congreso estatal cuya fuerza está dividida, pues el PAN y el PRI comparten el mismo número de legisladores.

El 7 de julio pasado, el PRI ganó el mayor número de diputaciones locales.

El análisis coyuntural de la Integralia señala que la tercera parte de las diputaciones locales en juego se las llevó el tricolor, con 191.

El PAN se llevó el 27 por ciento, con 157 curules; el PRD, un 16 por ciento, con 94; y Morena ganó 41 legisladores locales, un 7 por ciento.

El estudio señala que los ganadores netos del proceso electoral del 2015 son Morena, que obtuvo 11 diputaciones locales en su primera participación.

El PVEM ganó siete espacios en los congresos electorales; y el PAN y Movimiento Ciudadano ganaron cuatro diputaciones locales más.

Los otros perdedores de la contienda fueron el PRD, con 26 diputaciones locales menos; Nueva Alianza, con nueve menos; y el PT con tres menos.

De mayorías y oposiciones

En los congresos estatales se definen dos tendencias básicas: se tiene una mayoría o se gobierna en un ambiente de oposición.

Son cuatro las entidades donde el Congreso estatal conforma una mayoría calificada; es decir, que las dos terceras partes de los votos son parte de una misma fuerza política o coalición y coincide con el partido político que postuló al gobernador electo o en turno.

Se trata de los parlamentos de Baja California Sur, donde un 71 por ciento de los diputados serán del PAN y darán una aprobación garantizada al panista Carlos Mendoza Davis, gobernador electo.

En esa categoría entran también los congresos de Durango, con 83 por ciento de priistas, que dan al gobernador Jorge Herrera Caldera, del PRI, el visto bueno a todas sus medidas de gobierno.

En Hidalgo se repite la historia, con 67 por ciento también de diputados del tricolor que apoyan incondicionalmente a Francisco Olvera Ruiz, el gobernador priista.

El cuarto caso es el de Chiapas, donde entre los aliados PRI y PVEM alcanzan un 71 por ciento de los votos que dan a Manuel Velasco, del PVEM.

Del otro lado de la moneda están los gobernadores que gobernarán –o ya gobiernan- con un congreso opositor.

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