Contra la pared

Desencajado, el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, declaró que asumirá el costo político de las decisiones que ha tomado su administración en torno a las marchas de la CNTE que desquician la ciudad. 

Mientras él lo manifestaba en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, policías y maestros midieron fuerzas a escasos centímetros,   cara a cara. Los policías trataban de impedir que los del magisterio interrumpieran operaciones en la terminal 1 y 2. 

Mancera está contra la pared. 

Icela Lagunas Icela Lagunas Publicado el
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Madero insistió ayer en su demanda a los gobiernos de Enrique Peña Nieto, federal y de Miguel Ángel Mancera, local, para que actúen y no impidan el derecho de los ciudadanos al libre tránsito
Ayer finalmente, después de las 18:00 horas, los maestros liberaron el acceso al Aeropuerto. Para hoy, amenazan llegar hasta el Azteca y entorpecer el juego México vs. Honduras
Más tarde, al cabo de tres horas, sacaron palos y tubos cuando observaron que el número de policías aumentó a 2 mil 800 efectivos para controlar a los casi 4 mil maestros
"Seguimos trabajando y actuando con responsabilidad respecto a la problemática que enfrentan la ciudad y otros estados del país”
Miguel Ángel Mancera Jefe de Gobierno DF
http://youtu.be/u3EEOhkGjQk

Desencajado, el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, declaró que asumirá el costo político de las decisiones que ha tomado su administración en torno a las marchas de la CNTE que desquician la ciudad. 

Mientras él lo manifestaba en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, policías y maestros midieron fuerzas a escasos centímetros,   cara a cara. Los policías trataban de impedir que los del magisterio interrumpieran operaciones en la terminal 1 y 2. 

Mancera está contra la pared. 

El senador del PVEM, Pablo Escudero, presentó una iniciativa para llamar al jefe de Gobierno a comparecer para que explique por qué ha permitido que las manifestaciones de la CNTE impidan a los Poderes de la Unión ejercer sus funciones.

El senador basó su petición en el artículo 122 de la Constitución que permite llamar a comparecer al jefe de Gobierno de la Capital por no actuar contra quienes atentan contra el ejercicio de la función de los Poderes.

A ello se suman miles de críticas hacia el jefe de Gobierno vertidas en las redes sociales y medios de comunicación, que califican al mandatario local de tibio, incompetente, inepto y demás adjetivos.

Ayer el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), sus usuarios y trabajadores, fueron rehenes de los maestros de la CNTE, quienes por segunda ocasión en menos de 15 días volvieran a bloquear las inmediaciones afectando a miles de usuarios.

Crónica de la frustración

Marcela detuvo su paso, miro a su alrededor, de inmediato comenzó a quitarse los zapatos de tacón y se puso a caminar. La mujer estaba decidida a saltar el cerco de maestros y policías que, otra vez, bloquearon el libre acceso al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

“Hijos de la chingada, a mí no me van a amolar”, expresó antes de comenzar el viacrucis con su equipaje con la firme intención de llegar a la terminal y consumar su viaje a Los Ángeles, California.

Endureció la cara. No los quería ni mirar cuando pasó junto al contingente de casi 800 maestros que se trasladaron muy temprano desde el plantón que mantienen en el Zócalo, al aeropuerto capitalino Benito Juárez.

Pero no aguantó: “Cabrones”, les gritó. “Por más que uno quiera entender su lucha, esto no se vale”.

Unos se rieron, otros se le acercaron a manera de intimidarla, pero no la tocaron. Solo gritaron más fuerte las consignas, una y otra vez repetidas, contra la reforma educativa.

A través de una megáfono los profesores intentaban mandar un mensaje a los ciudadanos para explicar los motivos que los obligaron a dejar las aulas y venir a la capital a protestar.

“Mientras tanto el mediocre de Mancera cortando listones y convocando al diálogo y que uno se joda”, soltó Marcela mientras hacía una pausa para recogerse el pelo.

A esa hora, cerca de las 9:30 horas, las autoridades del Aeropuerto capitalino y de la Policía Federal comenzaron las maniobras para apoyar a los cientos de afectados y dispusieron de vehículos para trasladar a quienes intentaban acercarse a las terminales 1 y 2.

También para los turistas que llegaban a la Ciudad de México procedentes de otros estados o países, las autoridades ofrecieron autobuses para acercarlos a sus hoteles en las zonas de Reforma, Polanco y Centro Histórico.

Al fin turistas, muchos extranjeros sacaban sus equipos y comenzaron a disparar sus cámaras, sorprendidos por el enorme despliegue de la Policía Federal, los Granaderos y los elementos a caballo de la Montada.

Para las 11:30 horas, las afectaciones eran evidentes: cientos de vehículos varados sobre Boulevard Puerto Aéreo y cuatro estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) cerradas: Terminal Aérea, Hangares, Boulevard Puerto Aéreo y Zócalo.

La del Zócalo fue cerrada desde muy temprano ante las posibles manifestaciones de los maestros que mantienen desde hace meses el plantón y campamento en la plancha de la Plaza de la Constitución.

Los maestros lograron sorprender a las autoridades. Aunque ya sabían de su plan y estrategia, no hicieron público que la mañana del jueves se movilizarían en operación “hormiga” hacia el Aeropuerto Internacional capitalino.

En pequeñas células los maestros se transportaron en Metro hacia la terminal aeroportuaria. Para cuando las autoridades capitalinas se dieron cuenta de la estrategia, muchos del magisterio ya estaban allá. Otros, los refuerzos, solo  llegaron hasta la estación Balbuena pues el Metro alcanzó a cerrar la estación Bulevar Puerto Aéreo.

Para el medio día, pese a las reacciones principalmente policiacas y las administrativas, para evitar que los maestros llegaran hasta la terminal, el Circuito Interior –principal vía que conecta al Aeropuerto– ya estaba cerrada en todos sus carriles.

Los maestros lograron bloquear ambos carriles del Circuito Interior y hacer más efectiva su protesta  al romper la malla ciclónica que divide los sentidos del tráfico de dicha vialidad.

Lo que ahí se vio y vivió indignó aún más a muchos de los ciudadanos varados por la protesta.

Los policías capitalinos que fueron testigos del destrozo no hicieron nada. 

La tensión creció. Los de la Coordinadora comenzaron a vocear en altavoz que se vigilara la legitimidad de sus agremiados, descubrirse la cara e identificarse para evitar que “infiltrados” provocaran a los policías, a iniciar la represión.

Ahí estaban otra vez, en plena vialidad, cara a cara maestros y Granaderos como principal fuerza de contención.

Agotados, pero en pie de lucha

De uno y otro lado es evidente el agotamiento. La Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) ha empleado al cuerpo de Granaderos junto con los de Tránsito como la principal herramienta para intentar disminuir los estragos de las manifestaciones de los maestros en el DF.

Corrió el sudor y la adrenalina ante la tensión de que en cualquier momento podría desatarse la violencia. Los granaderos equipados con casco, escudo y toletes; los de la CNTE con altavoces, pancartas y banderas. 

Más tarde, al cabo de tres horas sacaron palos y tubos, cuando observaron que el número de policías aumentó a 2 mil 800  efectivos para controlar a los casi 4 mil maestros.

Ahí entre la bola, la versión de que había presuntos infiltrados que buscaban provocar la represión de la policía, provocó que unos a otros se lanzaran miradas de recelo. “Que nadie traiga paliacates, todos con la cara destapada”, gritaban.

Ocho integrantes de la Dirección General de Quejas y de la Primera Visitaduría de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) se trasladaron hasta este punto para vigilar que se respeten las garantías individuales de los maestros manifestantes.

¿Y las garantías de los que no podían pasar? Ninguna autoridad las pudo hacer valer.

Contra todo pronóstico, ayer el coordinador del PAN en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Federico Dóring, acusó al presidente de la CDHDF de apoyar a los maestros “rijosos” en el conflicto de las marchas.

Asumo el costo: Mancera

“El costo político siempre se tiene que asumir, las decisiones en uno o en otro sentido siempre tienen un costo y hay que asumirlo con toda la responsabilidad”, lanzó el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera.

Lo dijo al presentar un informe sobre obras hidráulicas realizadas en cinco delegaciones. Para ese momento el jefe de gobierno sabía que en el Aeropuerto, la policía y los maestros estaban frente a frente.

“Somos los que menos quisiéramos que hubiera esas afectaciones, pero bueno, esto lo enfrentamos así, con toda nuestra responsabilidad”

La ciudad de México y su gobierno están a prueba desde hace varios días de movilizaciones magisteriales, semanas de asfixia al DF. 

Ayer, Mancera se dijo dispuesto a asumir el costo político de sus decisiones por la estrategia que ha mantenido su gobierno para evitar la represión de los maestros que desde hace semanas colapsan el tráfico de la Capital y ponen en jaque a sus ciudadanos.

Mientras la tensión crecía en las inmediaciones del Aeropuerto con el casi enfrentamiento entre maestros y policías, el mandatario local declaró que a través de un operativo conjunto entre el gobierno del Distrito Federal y el federal, se protegería al Aeropuerto.

“No vamos a provocar un rompimiento en lo que es un diálogo nacional”, explico Mancera Espinosa al tiempo que detallaba que su responsabilidad era dar las garantías para que la sede aeroportuaria siguiera en operaciones.

“Es una problemática nacional y se vive en más de 15 estados”, expresó a manera de justificación de lo que no ha podido frenar ni controlar.

Un día antes, la noche del miércoles 4 de septiembre, el jefe de Gobierno había roto el silencio que por varios días mantuvo en torno al caos provocado por las marchas del CNTE en la ciudad que él administra.

A través de su cuenta de Twitter, Mancera escribió: “Seguimos trabajando y actuando con responsabilidad respecto a la problemática que enfrentan la ciudad y otros estados del país”, escribió alrededor de las 20:45 horas del llamado “Miércoles de Insurgencia” convocado por la CNTE.

Por esas horas los maestros de la Coordinadora desquiciaban a los capitalinos, automovilistas y peatones, al cerrar un tramo del Eje Central Lázaro Cárdenas, que sumado a la fuerte lluvia, terminaron por paralizar la movilidad en el centro.

Ese día que inició la llamada “Insurgencia magisterial”, el jefe de Gobierno y sus estrategas más cercanos que le ayudan en este conflicto, como el secretario de Gobierno, Héctor Serrano Cortés, y el de Seguridad Pública, Jesús Rodríguez Almeida, dieron prioridad en su agenda para vigilar las acciones del magisterio en la calles.

Débil y timorato, entre otros calificativos

Débil, timorato e inepto, por decir lo menos, son algunos de los adjetivos al jefe de Gobierno por su postura ante las marchas de la CNTE que asfixian la ciudad.

La coyuntura por la que atraviesa ha sido políticamente aprovechada también por sus enemigos para sacar tajada.

En el segundo bloqueo de la CNTE al Aeropuerto, el dirigente nacional del PAN, Gustavo A. Madero,  no dudó en treparse al “ring” para exigirle intervenir ante la violación de los derechos a terceros.

Días previos el dirigente azul propuso públicamente el uso de tanquetas de agua contra las manifestaciones y bloqueos de los maestros en insurgencia por la aprobación de las leyes secundarias de la reforma educativa.

Con los micrófonos abiertos, Madero insistió ayer en su demanda a los gobiernos de Enrique Peña Nieto, federal y de Miguel Ángel Mancera, local, para que actúen y no impidan el derecho de los ciudadanos al libre tránsito.

“Lo que no pueden impedir es lo que la expresión mayoritaria y democrática resuelve y se aplica, eso es lo que una minoría no puede impedir para que se apliquen reformas que fueron procesadas institucional y democráticamente”. 

Amenaza al Azteca, se unen más sindicatos

Más allá de que el magisterio abandone las calles, parece que los maestros tienen muy claro que no es lo mismo llevar sus protestas a las capitales de Guerrero, Oaxaca o Michoacán que efectuarlas en la “joya de la corona”: el Distrito Federal.

Todo lo que se hace o dice en la ciudad de México repercute en el resto del país. Parece que ya les quedó muy claro.

Por si fuera poco, los 33 sindicatos que forman parte de la Junta Promotora para la Construcción de una Nueva Central de Trabajadores, entre los que se encuentra el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), anunciaron que apoyarán la movilización de la CNTE en su lucha contra la reforma educativa.

El acuerdo que alcanzaron ayer es respaldar a la CNTE en la nueva etapa de lucha que comenzó el miércoles con la llamada “insurgencia magisterial”.

Los Tranviarios de México declararon abiertamente que van a apoyar con víveres, propaganda y movilizaciones convocadas principalmente en calles de la capital.

Ante tal amago la ciudad está atrapada y  aunque después de a las 18:00 horas, dejaron libres las calles de acceso al Aeropuerto, hoy amenazan con llegar hasta el Estadio Azteca y entorpecer el tráfico a los aficionados que esperan ver a México contra Honduras. 

Hoy  será otro día de marchas y los capitalinos esperan acciones  para mejorar vialidades.

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