El proyecto Brisas Solaria fue suspendido tras una inspección municipal, donde se comprobó que la constructora de Gonzalo Manuel Zambrano, violó los permisos de rasantes.
Debido a las constantes quejas de los vecinos, el Ayuntamiento de Monterrey envió personal al predio, ubicado en la colonia Brisas, entre las calles Champotón y Puerto Galera, para una revisión del proyecto.
Las más de dos hectáreas lucen completamente deforestadas y los colonos se han manifestado ya en dos ocasiones, para difundir ante la ciudadanía el peligro al que consideran se están enfrentando.
El pasado 27 de febrero, los habitantes de Brisas, que en su mayoría son personas de la tercera edad, bloquearon Boulevard Acapulco por aproximadamente 8 minutos.
Tiempo en el cual algunos conductores enfurecidos intentaron atropellarlos, a este y otros peligros, como amenazas telefónicas y hombres armados por parte de la constructora, se han enfrentado estos colonos por rechazar el proyecto arquitectónico.
El 6 de marzo volvió a realizarse una manifestación, pero esta vez sin bloquear las calles, pues esa misma tarde tuvieron una junta con Sandra Pámanes, secretaria del Ayuntamiento de Monterrey.
Ahí, Pámanes les informó de la suspension temporal del proyecto por violación al permiso de rasantes, esto hasta el 29 de marzo, día en que un juez decidirá si se le otorgan a la empresa los siguientes permisos de construcción.
Cabe señalar, que esta no es la única irregularidad que presenta el proyecto de Operadora Torres Brisas, propiedad de Gonzalo Manuel Zambrano Rivero, junto a Constructora Abraham Lincoln, filial de Vidusa.
El cerro cuenta con permisos aprobados donde indican que posee una pendiente ligera de 10 y 30 grados, aunque ya se comprobó que hay pendientes de hasta 55 grados.
Y aunque la Ley de Desarrollo Urbano del Estado de Nuevo León dice que de acuerdo al Artículo 195, las pendientes del suelo deben ser menores al 45 por ciento, el proyecto sigue sin ser completamente cancelado.
El objetivo de las manifestaciones, señalaron los colonos, es que más medios de comunicación se informaran a la ciudadanía sobre su situación.
Esto, porque muchos han pasado por alto sus reclamos y los vecinos temen que los constructores lleven a cabo las amenazas contra algunos de los colonos.
La desesperación de los vecinos se debe al peligro que representa el cerro rasurado, es decir, un posible deslave.
Son seis las familias amenazadas a mano armada por parte de la constructora de Gonzalo Manuel Zambrano Rivero, que ha intentado coartar su libertad de expresión.
Este tema continúa mientras el riesgo de deslave es inminente.
