La caravana migrante que avanza por el sur de México dedicó el día de ayer a descansar en la localidad de Mapastepec, Chiapas, y se preparó para recordar, con una vigilia, a los que han muerto en su intento por llegar a Estados Unidos, así como a los familiares fallecidos de quienes ahora viajan en el grupo.
Según datos recopilados por la Organización Mundial para las Migraciones (OIM), en los primeros nueve meses de 2021 han muerto 612 personas en trayectos migratorios en el continente, un marcado incremento respecto a las 796 muertes que se registraron en todo 2020, cuando la pandemia redujo el flujo migratorio.
Cabe mencionar que los lugares más peligrosos para las personas migrantes son la frontera entre México y Estados Unidos, y la selva del Darién, entre Colombia y Panamá.
The Associated Press (AP) reportó que Carlos Escobar, quien lleva 37 días viajando desde que salió de Venezuela con su esposa, Jennifer Santana, y dos niños, dijo que durante su paso por el Darién vio cadáveres y tumbas y por eso quería dedicar el domingo a recordarles.
Ayer, la caravana esperó a que frenara la lluvia para hacer una vigilia con oraciones y veladoras, ceremonia que coincidió con las festividades del Día de los Muertos en el país.
Escobar mencionó estar consciente de los riesgos que conlleva su viaje, incluso, sus dos hijos, uno de 3 años y un bebé de 18 meses, ya se han enfermado por la caminata bajo el sol y la lluvia; sin embargo, afirmó que prefería “correr el riesgo de morir en el camino” que seguir muriéndose de hambre en su país, donde ganaba cuatro dólares (82 pesos) al mes con trabajos comunitarios.
Esta caravana migrante es la de mayor dimensión que transita por México en lo que va del año y salió el 23 de octubre de Tapachula.
Sus integrantes, la mayoría centroamericanos y, entre ellos, muchos niños, parecen dispuestos a seguir su trayecto hacia el norte, a pesar de que las autoridades mexicanas ofrecieron visas humanitarias a mujeres embarazadas y menores de edad.
Al respecto, el Instituto Nacional de Migración (INM) explicó que quien aceptara la oferta sería trasladado a otros estados para agilizar las gestiones. No obstante, los migrantes desconfían de dicha propuesta y se niegan a aceptar por miedo a ser engañados y devueltos a Tapachula.