"No seguiré ninguna línea o acción que no sea previamente discutida y acordada entre nosotros con oportunidad y que represente un beneficio para NL. No estoy dispuesto a permitir que nadie fuera de este recinto intente decidir por mí en mi labor como legislador”
El diputado local del PRI, Eugenio Montiel, rompió con la coordinación del grupo parlamentario tricolor en el Congreso de Nuevo León por diferencias en el papel desempeñado por la bancada priista como oposición, como lo adelantó el día de ayer esta publicación.
En una carta dirigida a Marco Antonio González Valdez, coordinador del PRI en el Congreso local, Montiel aclara que no renuncia al grupo parlamentario del PRI, pero que dejará de sujetarse a la línea marcada por la coordinación, manteniendo un pensamiento libre y autónomo.
“Me desmarco sobre las acciones, opiniones y decisiones de la coordinación de este grupo parlamentario a tu cargo, con quien en definitiva no comparto ni la visión ni la forma de hacer política en este Congreso estatal.
“No seguiré ninguna línea o acción que no sea previamente discutida y acordada entre nosotros con oportunidad y que represente un beneficio para NL. No estoy dispuesto a permitir que nadie fuera de este recinto intente decidir por mí en mi labor como legislador”, detalló en la misiva.
Montiel afirmó que en su papel como legislador de oposición no ha coincidido la mayor parte de las veces en la forma en que se ha conducido el grupo legislativo del PRI, ni con la estrategia planteada por su bancada.
“Hemos discrepado de las acciones y decisiones propuesta y el resultado ha sido provocar un desgaste inútil entre nosotros, que lejos de buscar puntos de coincidencia nos ha llevado a la polarización entre algunos miembros del grupo”, explicó.
El legislador argumentó que la dirigencia local del PRI ha perdido el objetivo fundamental de impulsar el progreso y desarrollo estatal, y dicho alejamiento de principios se refleja también en el Congreso del Estado.
“Pareciera que las instituciones partidistas solo piensan en la concepción del poder por sí mismo, reduciendo su quehacer político a una mera conquista de espacios sin fundamento a costa de perderse en un discurso pragmático y sin diferencias ideológicas con los demás”.