Congreso improvisado por ‘chapulineo’

La ambición de los legisladores por ocupar nuevos cargos de elección popular ha dejado un Congreso sin elementos para resolver los temas trascendentales que aún tienen pendientes, pues una gran parte de los curules han sido ocupados por diputados y senadores suplentes que no cuentan con experiencia legislativa
Imelda García Imelda García Publicado el
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[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_8evnnxhu” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /] La batalla electoral se impone a la agenda legislativa. Sin importar que han quedado pendientes trascendentales en la tarea de la actual Legislatura, diputados y senadores han dado preferencia a su siguiente salto político para buscar un nuevo cargo público.

Esto da lugar a que el Congreso de la Unión que quedará en funciones no tenga las herramientas suficientes para tratar los temas de gran calado que están en lista de espera.

Se trata de un Congreso improvisado que poco podrá hacer antes de la elección.

El fenómeno de los legisladores chapulines ocurre en cada periodo electoral, sea federal o local, cuando los congresistas dejan sus curules o escaños para dar el siguiente paso político.

Sin embargo, este año podría ser el último en que este fenómeno se presente con tal magnitud.

La posibilidad de que puedan reelegirse los diputados y senadores que sean electos para la 64 Legislatura puede dar paso a que haya continuidad en la tarea del Poder Legislativo.

Hasta eso es una tarea pendiente: el Congreso no ha trabajado en la ley reglamentaria de la reelección legislativa, por lo que si esta Legislatura no la hace, serán los próximos congresistas quienes deban poner las reglas de su propia reelección.

Licencias al por mayor

Con la temporada electoral inicia también el periodo de licencias en ambas Cámaras del Congreso de la Unión.

Diciembre y enero es cuando el movimiento para abandonar las tareas legislativas es más intenso, actualmente 35 congresistas han pedido licencia para dejar su cargo

Desde septiembre del 2017, cuando se dio el banderazo del proceso electoral del 2018, se han registrado 59 movimientos de licencias (47) y reincorporaciones (12) de diputados y senadores.

59
movimientos de licencias se han registrado desde septiembre del 2017

El movimiento más intenso para dejar las tareas legislativas ha ocurrido en los meses de diciembre y enero, cuando 35 diputados y senadores han pedido licencia.

35
diputados y senadores han pedido licencia en diciembre y enero

Esto significa que los suplentes de estos congresistas están en funciones, por lo que están apenas en la curva de aprendizaje de las tareas legislativas.

Son contadas excepciones las de los suplentes que tienen conocimiento de la labor que deben realizar y tienen un papel activo en el Congreso federal.

Desde el 2012, la Cámara de Senadores se ha convertido en un semillero de gobernadores, con legisladores que han pedido licencia para poder contender por la gubernatura de su entidad

Hoy día son 34 senadores los que están de licencia; de ellos, hoy 9 son gobernadores y otros son alcaldes o funcionarios de gobierno.

Además de los 34 suplentes que están en funciones, han ejercido el cargo otros 24 senadores suplentes de otros que han pedido licencia por algún periodo y se han reincorporado.

Sumado a los suplentes de los cuatro titulares que han fallecido, dan un total de 62 legisladores suplentes que han ejercido el cargo; casi la mitad del total.

62
legisladores suplentes han ejercido el cargo, casi la mitad del total

Para esta elección se prevé que sean aún más quienes pidan licencia. La tercera parte de los senadores que están hoy en funciones son suplentes; en unas semanas no será de extrañarse que más de la mitad del pleno senatorial esté en campaña electoral.

Líderes y presidentes se van

Las tareas legislativas se ven más lastimadas por el hecho de que se van no solamente diputados y senadores “rasos”, por decirlo así, sino presidentes de comisiones y hasta líderes de bancadas. La salida de estos personajes puede complicar las negociaciones sobre temas delicados.

En la Cámara de Diputados dos legisladores de la bancada del tricolor han pedido licencia para buscar un lugar en el Senado: César Camacho y Jorge Carlos Ramírez

Por ejemplo, en la Cámara de Diputados dos legisladores importantes en la estructura de la bancada del tricolor han pedido licencia para buscar un lugar en el Senado.

Se trata de César Camacho Quiroz, quien era líder de la bancada del PRI; y Jorge Carlos Ramírez Marín, quien ocupaba la presidencia de la Cámara baja.

Estas ausencias pesarán en el proceso para negociar, entre otras cosas, el nombramiento del nuevo titular de la Auditoría Superior de la Federación.

El suplente de Camacho es Arturo Huicochea Alanís, socio del propio Camacho y quien ha sido coordinador de Estrategia del PRI nacional; no tiene experiencia legislativa.

En lugar de Ramírez Marín quedará Erubiel Lorenzo Alonso Que, exdirigente del PRI en Tabasco; sin experiencia legislativa federal.

El caso de las presidencias de las comisiones también pueden implicar una interrupción de los trabajos que se desarrollan en esos órganos legislativos.

Eso ocurre, por ejemplo, en el Senado, donde la presidencia de algunas comisiones deberá ser renovada toda vez que sus actuales presidentes pedirán -o han pedido- licencia a su cargo.

El caso más reciente es el de Gerardo Sánchez, senador del PRI, quien presidía la Comisión de Cultura y que ahora contenderá por la gubernatura de Guanajuato.

Otro ejemplo es el del priista José Francisco Yunes Zorrilla, quien presidía la Comisión de Hacienda y ahora buscará la gubernatura de Veracruz.

En la Cámara de Diputados dos legisladores de la bancada del tricolor han pedido licencia para buscar un lugar en el Senado: César Camacho y Jorge Carlos Ramírez

En la Cámara de Diputados han quedado acéfalas las comisiones de Hacienda, en manos de la panista Gina Cruz; y de Seguridad Pública, del albiazul Jorge Ramos, quienes buscan un lugar en el Senado.

Abandonan sus cargos

Las licencias masivas comenzaron a fines de diciembre y continuarán al menos dos meses más.

El plazo legal para abandonar su cargo antes de las elecciones es de 90 días, plazo que se vence el 1 de abril; por lo que todavía tienen algunos meses para dejar sus responsabilidades

Sin embargo, en el caso del PRI, sus estatutos obligan a que antes de anotarse al proceso interno, los servidores públicos deben abandonar sus cargos, por lo que el mayor número de licencias hoy día es de los tricolores.

Para buscar una gubernatura han pedido licencia Miguel Ángel Chico Herrera (PRI), quien quería contender por el gobierno de Guanajuato -pero cuya candidatura se llevó el tricolor Gerardo Sánchez, quien pedirá licencia esta semana.

Se fue también Roberto Albores Gleason (PRI), quien compite por la candidatura a la gubernatura de Chiapas; y José Francisco Yunes Zorrilla (PRI), quien va por Veracruz. De Morena pidió licencia Rabindranath Salazar, quien buscaba la candidatura a la gubernatura de Morelos -que finalmente le fue otorgada a Cuauhtémoc Blanco-.

Alejandra Barrales pidió licencia para ser la candidata a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, por la coalición PAN, PRD y MC.

En la Cámara de Diputados han pedido licencia María Elena Orantes (MC), quien también quiere contender por la candidatura de Chiapas por la coalición del PAN, PRD y MC; Cuitláhuac García, diputado de Morena, que busca la gubernatura de Veracruz.

En la Cámara de Diputados quedaron acéfalas las comisiones de Hacienda y de Seguridad Pública

De Morena también pidió licencia Rogerio Castro Vázquez, quien contenderá por ese partido a la gubernatura de Yucatán.

A estos se sumarán otros que buscan un cargo de elección popular y que incluso ya están en precampaña, pero que no están obligados a dejar su puesto, como en el caso de los priistas.

Reelección, ¿antídoto?

Uno de los problemas del cambio de los legisladores es la interrupción de los trabajos que realizan y que retrasan el avance de la agenda nacional.

Para atacar ese fenómeno, la reforma política del 2014 volvió a introducir la figura de la reelección legislativa y la de gobiernos municipales.

Los senadores que sean electos este año podrán ser votados por un periodo más de seis años y los diputados hasta por tres periodos más de tres años. Esto significa que quienes sean electos en 2018 como congresistas federales podrán permanecer en sus cargos hasta el 2030

La reforma busca ser un incentivo para mejorar el trabajo de los legisladores, que se verán obligados a hacer un buen papel si quieren conservar su cargo.

Los senadores que sean electos este año podrán ser electos por un periodo más de seis años; los diputados, hasta por tres periodos más de tres años; esto significa que quienes sean electos en 2018 como congresistas federales podrán permanecer en sus cargos gasta el 2030.

Esto podría frenar el fenómeno de los “chapulines”, pues al no tener que renunciar para obtener otro cargo, los congresistas podrán profesionalizarse y tener continuidad en sus labores.

Sin embargo, aunque la Constitución Política establece la figura de la reelección, ésta no se encuentra todavía regulada.

La Legislatura saliente omitió redactar la Ley secundaria que establezca las reglas claras para la reelección legislativa, por lo que quedan dos caminos: o la trabajan antes de abril próximo, o serán los nuevos congresistas quienes deban aprobar las reglas que los regirán por si buscan la reelección.

Hasta ahora, la única disposición es la que establece la propia Carta Magna, en su artículo 59.

“Los Senadores podrán ser electos hasta por dos periodos consecutivos y los Diputados al Congreso de la Unión hasta por cuatro periodos consecutivos. La postulación sólo podrá ser realizada por el mismo partido o por cualquiera de los partidos integrantes de la coalición que los hubieren postulado, salvo que hayan renunciado o perdido su militancia antes de la mitad de su mandato”, versa el artículo.

No hay reglas establecidas para saber si quienes busquen su elección deberán separarse de su cargo antes o podrán continuar en él; si habrá alguna limitante en la actividad proselitista de los legisladores; o cuál sería el mecanismo para los congresistas independientes.

La reelección busca, junto a la profesionalización y la continuidad del trabajo legislativo, que la calidad del trabajo del Congreso mejore, porque es una de las instituciones en las que los ciudadanos tienen menos confianza.

Un estudio del Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República, señala que los indicadores de opinión pública muestran que ambas Cámaras del Congreso están no solo como las menos confiables, sino también como las menos aprobadas

“Los grupos que en mayor porcentaje guardan una mala imagen del Congreso son aquellos que demostraron tener un mayor conocimiento sobre las facultades del órgano legislativo: más los hombres que las mujeres, con estudios profesionales o de posgrado, los profesionistas y los ubicados laboralmente en el sector servicios”, expone la investigación “La percepción de las y los mexicanos en el Congreso de la Unión”.

El análisis cita una encuesta realizada por Parametría en el 2015, donde el 56 por ciento de los encuestados reprobó la labor de los senadores y el 54 por ciento la de los diputados.

 Al buscar la reelección, los congresistas deberán mejorar no solo su trabajo, sino la comunicación con los ciudadanos, lo que redundará en un mejor Poder Legislativo.

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