Durante el fin de semana, el Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales y de la Industria Maquiladora de Tamaulipas anunció el fin de los emplazamientos de huelga en las 48 plantas que se encontraban en revisión y que generaron su cierre en la ciudad de Matamoros.
El líder sindical Juan Villafuerte Morales confirmó que cada una de las plantas en conflicto, logró un arreglo favorable que, se considera, da cumplimiento a las demandas de los agremiados.
“De ahí que se da por concluido el movimiento derivado de los emplazamientos a huelga y por lo tanto se vuelve de inmediato a las actividades”, señala el comunicado emitido por el sindicato de jornaleros
En el mismo boletín, el Comité Ejecutivo del Sindicato hizo un llamado a sus agremiados a continuar con las labores, mantener la unidad y el respeto entre todos, con el fin de lograr los objetivos del gremio.
También, la dirigencia sindical le informó a sus compañeros, que continuará con las puertas abiertas para escucharlos y atender sus necesidades.
De esta forma, quedó resuelto el conflicto laboral de carácter local que protagonizaron los trabajadores de la industria maquiladora en Matamoros, Tamaulipas y que llevó a varias de ellas a la huelga
Entre las demandas originales de los trabajadores se encontraba un aumento salarial del 20 por ciento, un bono anual por 32 mil 251 pesos y no represalias a los sindicalizados.
El origen de las huelgas
Según los propios empresarios tamaulipecos todo comenzó por imprecisiones emanadas del Gobierno federal, ya que el 18 de diciembre pasado se anunció, por parte de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, encabezada por Luisa María Alcalde Luján, que el primer día del 2019 entraría en marcha el programa Frontera Libre.
El 4 de enero el propio Andrés Manuel López Obrador anunció en Reynosa este esquema que contempla estímulos fiscales y que el salario mínimo de la frontera se duplicaría para alcanzar los 176.72 pesos diarios, pero nunca se precisó que en algunas zonas como en Matamoros, la gran mayoría de los trabajadores ya contaban con ese salario.
En el anuncio del Ejecutivo no se especificó que aquellos empleados que tenían percepciones superiores debían quedarse igual o ajustarse a los aumentos especificados en sus contratos colectivos de trabajo
Según los dueños de las maquiladoras, la situación se convirtió en caldo de cultivo, ocasionando que los trabajadores, incluso aquellos que ganaban entre 300 y 400 pesos diarios, comenzaran con la inconformidad y exigieran a sus empleadores un aumento salarial.
