Después de días de acusaciones, dimes y diretes con varios gobernadores por el desabasto de gasolina, el presupuesto y los superdelegados, finalmente el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ofreció apertura y diálogo a los mandatarios.
Durante la tarde de ayer el jefe del Ejecutivo encabezó la primera sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, donde ofreció a los gobernadores mantener una comunicación permanente, abierta y franca para después retirarse a los pocos minutos sin haber escuchado al resto de los participantes.
“Cada vez que sea necesario vamos a hablar, a comunicarnos, e intercambiar puntos de vista, siendo respetuosos de la soberanía de los estados y de la libertad. No vamos a imponer absolutamente nada”, dijo el político tabasqueño para después ofrecer el apoyo de los secretarios de Gobernación y de Hacienda y Crédito Público.
Minutos después López Obrador agradeció a los gobernadores por haberlo acompañado durante la crisis provocada por la estrategia en contra del robo de combustible y les advirtió que no está dispuesto a convertirse en cómplice de ese delito ni de la corrupción.
“Hubiera tenido que convertirme, desde los primeros días, en cómplice de la corrupción, el estar recibiendo reportes de cuánto se robaban diariamente de combustible, porque este asunto se viene presentando desde hace muchos años y ya era costumbre, había omisión, en el mejor de los casos. Se tenía contabilizado, era parte de la cuenta pública, se tenían que descontar, solo para el año pasado, 65 mil millones de pesos del robo de combustible, por eso tomamos la decisión de enfrentar ese flagelo”, explicó López Obrador.
Al finalizar, el tabasqueño reconoció especialmente al gobernador Omar Fayad por su actuación frente a la tragedia que ocurrió hace una semana en Tlahuelilpan.