Cómo construir una candidatura en Morena
Lejos de reflectores, sin padrinos políticos y desconocidos de las cúpulas partidistas, un par de jóvenes que rondan los 30 años buscan hacerse un lugar en la Cámara de Diputados
Rubén ZermeñoToño Hernández y Jorge Esparza no la tendrán fácil, para conseguir una candidatura a una diputación federal deberán de competir al menos con otros 11 simpatizantes y militantes de Morena que se registraron en el proceso interno por una candidatura.
En total, 3 mil 563 personas se registraron en la búsqueda de 300 candidaturas a diputaciones federales.
En el camino, estos dos jóvenes, uno oriundo de Córdoba, Veracruz, y el otro de la alcaldía Miguel Hidalgo en la Ciudad de México, deberán de enfrentarse a correligionarios que buscan la reelección y a otro tanto de políticos que buscan asomar la cabeza y destacar entre el mar de opciones.
Además, comentan, que han sido discriminados y delegados por su juventud, falta de experiencias en las grandes ligas de la política y por no venir de familias que históricamente han estado en el poder.
Toño Hernández, además de las limitantes de presupuesto, tendrá que vencer en las precampañas a varios oponentes que buscan la misma candidatura, el principal a vencer es el actual diputado federal Juan Martínez Flores que buscará la reelección por el Distrito 16 de Córdoba.
Como diputado de Morena, en tres años de trabajo, Martínez Flores ha presentado tan solo 7 iniciativas, ninguna de ellas ha sido atendida por la Cámara baja.
“Soy optimista y creo que puedo ganar la candidatura porque el partido está pasando por un momento de reflexión y autocrítica en el que debe de ver qué personas que buscan reelegirse han hecho un buen trabajo y quiénes han hecho un mal trabajo, hay una oportunidad para Morena de hacer las cosas mejor.
El precandidato tiene actualmente 31 años de edad, desde chico su historia familiar ha estado con la izquierda y con el obradorismo, sus padres, médico y profesora, comenta, siempre le inculcaron el servir a la gente.
Debido a esto, decidió estudiar medicina pero cuando hizo su primera disección de un animal se dio cuenta de que no era lo suyo por lo que migró a la Ciudad de México a estudiar en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM.
Como egresado ha trabajado como asistente de investigación y en organizaciones de la sociedad civil como Fundar y Cauce Ciudadano, principalmente en intervención comunitaria en zonas de violencia.
Toño señala que es difícil salir adelante en la política sin tener el reflector que te da un cargo público y sobre todo no pertenecer a un grupo bien posicionado ni tener relaciones de poder, pero confía en que lo logrará siguiendo el ejemplo del presidente López Obrador y de Morena.
“Uno diría que mi situación es adversa, pero no, he estado haciendo lo que el presidente me ha enseñado: recorrer el territorio casa por casa, calle por calle y colonia por colonia. Al hacerlo, la gente nos muestra apoyo y cariño. Esa cercanía me está ayudando mucho, yo confío en que podemos dar la sorpresa”, agrega.
‘No voy a pedir permiso’
Jorge Esparza nació en la colonia Escandón de la Ciudad de México, comenta que el desafuero del entonces jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, lo marcó y ocasionó que dejara sus intenciones de ser químico para estudiar ciencias políticas.
Sin padrinazgos y desafiando a la vieja guardia política busca conseguir la candidatura para una diputación federal en el Distrito 10.
“Mi perfil es el de alguien que viene desde abajo y estoy aspirando a hacer política sin tener padrino, sin tener empresarios detrás, sin tener medios masivos detrás. Es un trabajo difícil. Lo primero con lo que me he encontrado en la política es que a la vieja guardia de la política nacional no le gusta cuando los perfiles jóvenes no les piden permiso.
Mi generación no vive de esto y no pienso en la política como un ejercicio de lucro”, señala.
Esparza comenta que la misma juventud lo ha hecho resiliente por lo que sabe cómo enfrentarse a esa vieja guardia política, la fórmula es no pedirles permiso.
“Mi generación es la primera generación que no aspira a una pensión, perdí el derecho, lo que me queda es comprar un Afore. Qué me van a decir los viejos políticos de esto, si ellos tienen pensiones dignas y la buena vida en la vejez asegurada. No me van a venir a hablar de vivienda digna, mi generación ha cancelado su aspiración a tener una casa propia. Vivimos al día pagando rentas. Es tiempo de que entreguen la estafeta, yo por lo menos estoy seguro de que lo mejor que podemos hacer, es no pedirles permiso”, concluye.