La vida de las abejas va más allá de solo trabajar al interior de un panal y producir insumos para uso humano, pues su labor es fundamental en la polinización.
Rémy Vandame explica que hay cinco agentes que ponen en peligro la vida de las abejas tanto a nivel mundial como en México, los cuales se determinaron hace cuatro años en el informe: “Evaluación temática de Polinizadores, Polinización y Producción de Alimentos”, realizado por la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos.
El primero de ellos es el cambio del uso de suelo, seguido por el uso de plaguicidas, los cultivos transgénicos, las enfermedades de las abejas y el cambio climático.
Documental para reflexionar sobre la vida de las abejas
Consciente de su entorno, Adriana Otero, quien creció en Mérida, Yucatán, se comprometió de lleno a realizar el documental “¿Qué le pasó a las abejas?”, cuando se enteró de la noticia de que los campesinos mayas en Campeche exigían detener los cultivos transgénicos que afectan directamente a la meliponicultura, ya que morían miles de estos insectos por los pesticidas.
“Los agroquímicos utilizados en este tipo de cultivos estaban matando a las abejas, me pareció muy interesante, sobre todo que una comunidad tan pequeña estaba luchando con un corporativo tan grande como la empresa Monsanto”, platica la codirectora del documental.
Tres años duraron en rodaje de manera intermitente, ya que daban seguimiento a cómo la SCJN iba resolviéndoles a los apicultores, y aunque al final se terminó por prohibir el cultivo de la soya transgénica, se continuó con otros monocultivos que afectan igualmente a los insectos polinizadores por el uso de pesticidas.
Problema de raíz
El hombre no cesa en su búsqueda por imitar las creaciones de la naturaleza. Hace más de 25 años que se sembró la primera semilla transgénica en suelo estadounidense con la finalidad de satisfacer de manera inmediata las necesidades básicas de una población que se mantiene en constante crecimiento.
Los transgénicos son Organismos Genéticamente Modificados (OGM) que se crean en laboratorios, cuyas características son elegidas de manera específica.
Para María Colín, especialista en temas de bioseguridad y OGM en Greenpeace México, la lucha contra el cultivo de transgénicos en el país cumple con diferentes propósitos, entre ellos salvar a las abejas y frenar los monocultivos.
“La afectaciones a las abejas son múltiples, el cultivo de transgénicos destruye su ecosistema por los altos niveles de deforestación, la construcción de pozos ilegales, tanto de absorción como de extracción de agua; están contaminando los mantos freáticos con químicos que proceden de plaguicidas, las floraciones quedan expuestas a estas sustancias y el ciclo se agrava cuando las abejas se alimentan y polinizan las flores”, explica la especialista.
Jorge Carlos Ramírez Marín ve cómo la propuesta presidencial de campaña de sacar las semillas transgénicas de la nación ha quedado en el olvido, y afirma que mientras se siga teniendo una agricultura basada en estos cultivos, se perjudicará a las exportaciones mexicanas de productos derivados de la apicultura.
“Más del 70 por ciento de la producción de miel de Yucatán es para exportación, entonces la existencia de rastros de transgénicos a causa de la agricultura intensiva para alimento de ganado fundamentalmente, como son los nuevos sembradíos de maíz y soya transgénica, son terriblemente dañinos para la apicultura por el peligro que representa que les rechacen cargamentos enteros de miel. La agricultura transgénica afecta la apicultura”, subraya el senador priista.
Veneno popular
En la actualidad, el glifosato es de los herbicidas más utilizados en el mundo y México no es la excepción, también es el agroquímico que más incertidumbre ha despertado. Además de los diversos estudios sobre la posible relación que tiene con cáncer en humanos, esta sustancia podría estar perjudicando a las abejas
En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS), denominó al glifosato como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”.
Un estudio publicado por el Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental de ExactasUBA demostró que las abejas que visitan flores alcanzadas por glifosato sufren cambios en la percepción olfativa y gustativa, así como en la memoria de corto plazo.
Vandame explica que en los últimos años el glifosato ha sido un tema de mucha controversia porque comienza a estar presente en el agua del subsuelo y de consumo humano, así como en la sangre y la orina.
Además asegura que a pesar de que hay pocos estudios relacionados con las afectaciones a las abejas, es claro que esta sustancia altera su sistema digestivo.
“Si se aplica glifosato y se extiende más allá de los campos de cultivo, es probable que mucha de la flora que está en las zonas agrícolas se vea afectada, entonces no habrá alimento para las abejas.
“Los apicultores mexicanos, sobre todo los que se encuentran en el estado de Yucatán, han denunciado que las floraciones desaparecen y que en su producción de miel hay presencia de glifosato”.