Lejos de lograr el respaldo por parte de la ciudadanía que esperaban los partidos de oposición, la apuesta por un gobierno de coalición mediante alianzas electorales ha generado una suerte de crisis de identidad al interior del mismo bloque, en donde solamente el PAN parece conservar algo de su perfil ideológico, mientras el PRI y el PRD siguen a la deriva.
Sobre esto comenta a Reporte Índigo José Manuel Urquijo, maestro en Comunicación Política y Gobernanza Estratégica por la Universidad George Washington, quien recuerda que fue el mismo López Obrador quien, desde 2016, impuso una narrativa sobre los partidos hoy de la oposición de ser parte de la mafia del poder.
“Si estos se aglutinan, simplemente es darle la razón al discurso del Presidente. Me parece, por ejemplo, que el que más estaría perdiendo es el Partido Acción Nacional. Debería convocar a un proceso de renovación de ideas, de líderes, de figuras y, sobre todo, tener una agenda clara del tipo y la visión de país que buscaría”.
Aunque recalca la importancia del contexto político local, también destaca que el PAN pudo retener las gubernaturas de Querétaro, Chihuahua y Aguascalientes, con o sin alianza.
Por tal motivo, cuestiona el qué ocurrirá rumbo a 2023, cuando se deba definir una hipotética candidatura única en el Estado de México y si el PAN dejará al PRI el capital que recuperó en los municipios conurbados. O en Coahuila, donde ambos partidos podrán hacer una alianza al ser rivales históricos y haber tenido disputadas elecciones en el pasado reciente.
La doctora Ivonne Acuña Murillo, académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, señala que esta falta de convencimiento entre los mismos militantes y simpatizantes de los partidos de oposición ha sido otro de los factores para que la propuesta de la coalición Va por México no sea suficiente para enfrentar a Morena.
“A la ciudadanía no le acaba de convencer que se presenten como coalición quienes en el pasado se dijeron enemigos ideológicos, enemigos históricos. Especialmente el PAN y el PRI. En ese sentido, quien sí ha logrado conservar su identidad partidaria es el PAN”.
Por el contrario, señala la condición interna que guarda el PRI, el cual, a la par que confirmó y refrendó su alianza con el PAN, buscó una suerte de relanzamiento al presentarse a sí mismo como un partido de izquierda socialdemócrata y justificando que, si se acercó al neoliberalismo, fue por imposiciones de dirigentes anteriores.
“Ellos asumen que la ciudadanía es tonta y la gente no es tonta. Se siente desconcertada de que partidos tan distintos ahora vayan juntos y eso no les gusta”, dice la académica, aunque también recuerda que “ciertamente se han puesto de acuerdo en el pasado, por ejemplo para aprobar leyes en contra de las mujeres, antiaborto, en 17 estados”.