Cóctel peligro
Más de la mitad de los homicidios dolosos en la Ciudad de México ocurren en fin de semana que es cuando la gente consume la mayor cantidad de alcohol y drogas, aumentando su riesgo de involucrarse en riñas donde la presencia de armas de fuego es cada vez más común o en accidentes automovilísticos que concluyen en tragedia
Erick Miranda[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_0i9defrx” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /] El consumo de alcohol y drogas o cualquier otra sustancia nociva se ha convertido en el cóctel más mortífero para los capitalinos. Al que si se le suma el uso de un automóvil, el riesgo de fallecer aumenta todavía más.
En la Ciudad de México, más de la mitad de las muertes registradas se dan durante el fin de semana; principalmente en la madrugada. Sin embrago, dentro de esta cifra también se incluyen los homicidios dolosos, pues el consumo de estos productos incentivan la comisión de este delito.
De acuerdo con el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), de viernes a domingo y en un horario de 11 de la noche a las 2 de la mañana, suceden la mayor cantidad de homicidios dolosos en la Ciudad de México.
Francisco Rivas, director del ONC, señala que de la información proporcionada por la Procuraduría General de Justicia (PGJ) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) llama la atención que muchos casos están asociados al consumo de alguna sustancia nociva e incluso ilegal, pues hasta en el caso de un robo, cuando la persona da positivo en algún consumo de drogas o alcohol, es más probable que el sujeto cometa una lesión dolosa o hasta un homicidio”.
En el 2017 la capital del país registró su tasa más alta de homicidios dolosos de los últimos 20 años con un crecimiento del 14.26 por ciento en relación al año anterior.
En 2016 fueron abiertas 952 carpetas de investigación por dicho delito, mientras que en 2017 fueron expedidas mil 85 carpetas de investigación.
El estudio del ONC revela que un 70 por ciento de los homicidios perpetrados durante el año pasado en la CDMX fueron cometidos con un arma de fuego; sin embargo, de ese total de mil 85 asesinatos, un 43 por ciento está relacionado con venganzas personales, un 35.8 por ciento con riñas, un 13.7 por ciento con robos o asaltos y del 7.5 por ciento se desconocen los motivos.
De ese universo total de homicidios, el 52.9 por ciento quedó registrado durante los fines de semana, es decir, más de la mitad de los fallecimientos en la Ciudad de México suceden durante los días de descanso.
Los días viernes se reportó un índice del 13.9 por ciento, los sábados un 18.1 por ciento, los domingos un 20.9 por ciento y el sobrante fueron registrados durante el resto de la semana.
“En el caso de los homicidios no relacionados con una conducta delincuencial, es decir, las riñas entre personas que terminan en un homicidio, ahí también el consumo de alcohol o drogas es sumamente relevante, además de que la mayoría de estos hechos coinciden con los horarios y los días de la semana en que más suceden”, sostiene el director del Observatorio Nacional Ciudadano.
Consumo de drogas y uso de armas aumentan
En México la principal sustancia consumida y aceptada socialmente es el alcohol, mientras que en la categoría de ilegales son la mariguana, la cocaína y los inhalantes.
Durante la etapa de la adolescencia (12 a 20 años) es cuando una persona es más proclive a desarrollar una adicción, en tanto que el mayor consumo se da dentro del rango de la adolescencia y la juventud (20 a 25 años), no obstante, también hay un porcentaje considerable de adultos (25 a 60 años) que recurren a dichas sustancias, sean legales o ilegales.
En relación con los fines de semana violentos y el considerable número de muertes que se registran durante esos días, Ana Lilia Núñez, psicoterapeuta y coordinadora de la Consejería del Instituto Tecnológico de Monterrey (ITESM) campus Toluca, sostiene que tales casos podrían estar asociados a que los días viernes, sábado y domingo las personas tienden a asistir a eventos sociales y que al momento de estar ahí las condiciones para adquirir o consumir sustancias nocivas se vuelven más comunes.
“Para disuadir este gran número de conductas de riesgo, sería necesario formular polí- ticas públicas enfocadas a la salud y a la educación, además de fortalecer las relaciones familiares, ya que las generaciones recientes están conformadas por personas menos tolerantes a la frustración y más impulsivas, susceptibles y que no suelen manejar adecuadamente sus emociones”, explica Núñez.
Respecto al consumo de sustancias nocivas y su relación con la incidencia delictiva, la psicoterapeuta y coordinadora de la Consejería del Instituto Tecnológico de Monterrey comenta que uno de los principales factores para que dicha actividad pueda darse y, la cual se encuentra avalada por evidencia científica, es una aproximación con la violencia.
“Generalmente una persona que vive en una situación de violencia es más susceptible a acercarse al consumo de las drogas. En este sentido la persona que no vive en una situación de violencia y se acerca a la droga puede empezar a manifestar una conducta violenta.
Por lo tanto, una persona que tiene una adicción, sin importar el motivo por el cual la haya adquirido, puede llegar a dañar a un tercero o incluso a ella misma porque sufre de una alteración de la percepción y de la realidad”, apunta.
Al igual que en el caso del consumo de sustancias nocivas, si comparamos el 2016 contra el 2017, hay un claro aumento en el uso de armas de fuego.
De acuerdo con dos estudios publicados por la organización México Evalúa, el primero en junio de 2016 y el segundo en septiembre de 2017, sobre el aumento en la compra de armas en el país, entre enero y noviembre del año pasado en México se registraron más de 18 mil homicidios dolosos con arma de fuego, un 68 por ciento del total.
Las mismas armas provocaron 8 mil 875 lesiones dolosas lo que da un total de 35 mil 448 eventos con armas de fuego en los primeros once meses de 2017.
Además, México Evalúa destacó que el número de hogares que adquirieron un arma de fuego aumentó un 60 por ciento en los últimos cinco años.
Al respecto, la Directora General y fundadora de México Evalúa, Edna Jaime, señala que para combatir este problema es crucial promover iniciativas con el fin de sensibilizar a la población a cerca de los riesgos que implica adquirir un arma de fuego.
Junto a esto, Edna Jaime, también explica que “dada la amplitud del problema, es imprescindible lanzar una campaña de desarme en las regiones más expuestas a la violencia, así como pensar un programa nacional que refuerce las capacidades de monitoreo y lucha contra el contrabando de armas, especialmente de armas de guerra”.
Por su parte, Francisco Rivas comenta que el desarme voluntario es un sistema poco eficiente al intentar reducir el uso de armas de fuego entre la población.
“No hay ninguna evidencia de que el desarme voluntario impacte en la disminución de la violencia interpersonal o de la violencia relacionada a una conducta delictiva, porque quien comete un delito no va a entregar el instrumento de trabajo por un vale de despensa y eso es preocupante, porque desde el Consejo Nacional de Seguridad Publica se han lanzado dos estrategias: el desarme voluntario y el aumento de las penas; sin embargo, sabemos que en México los niveles de impunidad son enormes, entonces ¿de qué me sirve que aumenten las penas por la posesión o portación ilegal de un arma si se va a sancionar uno de cada 100 delitos?. Lo que se necesita es aumentar la eficacia y no la pena”, señala.
Muerte en la CDMX
Horario de mayor incidencia de homicidios dolosos
11 de la noche a 2 de la mañana
Días con mayor incidencia de homicidios dolosos
13.9 por ciento: Viernes
18.1 por ciento: Sábado
20.9 por ciento: Domingo
47.1 por ciento: Resto de la semana
Motivo de la agresión
Venganza Personal: 35.8 por ciento
Riña: 43.0 por ciento
Robo: 13.7 por ciento
Otros: 7.5 por ciento
El otro riesgo en las calles
Además de los homicidios dolosos cometidos con arma de fuego y derivados de la violencia interpersonal, también destacan las muertes asociadas al consumo de sustancias nocivas que llegan ocurrir en la vía pública.
De ahí que los niveles de mortandad por accidentes vehiculares sean otro fenómeno de suma importancia, ya que no sólo involucra al sector de los automovilistas, sino también al de los transeúntes.
Hace 15 años se mantenía la constante de que la principal causa de muerte detrás del volante era el consumo de alcohol, sin embargo, ese índice ha disminuido debido a la implementación del popularmente llamado ‘alcoholímetro’, programa de prevención que logró bajar dicha incidencia gracias a sus restricciones, aseguró en entrevista Fernanda Rivero Benfield, directora general de la asociación civil México Previene.
“Desde 2003, año en que se implementó el programa Conduce Sin Alcohol, han disminuido aproximadamente en un 43 por ciento los percances automovilísticos ocasionados por el consumo de esta sustancia y cerca de un 60 por ciento menos la tasa de mortandad de éstos.
Antes de que se implementara este proyecto, la Ciudad de México ocupaba la posición número 23 con una tasa de fatalidad aproximada del 6 por ciento, sin embargo, esto ha cambiado, ya que ahora estamos en el puesto 30”, detalla.
De acuerdo con los resultados del estudio de Estadística de Accidentes de Tránsito Terrestre en Zonas Urbanas y Suburbanas elaborado por el INEGI, durante el 2016 en la Ciudad de México, 227 personas perdieron la vida en incidentes vehiculares.
Durante ese mismo año pero a nivel nacional, se registró un total de 360 mil 51 siniestros viales, de los cuales 67 mil 844 casos (18.9 por ciento) no reportaron heridos; 288 mil 213 (80 por ciento) sólo fueron afectaciones materiales; mientras que en 3 mil 994 casos al menos una persona falleció.
De este universo de accidentes (360 mil 51), 19 mil 143 reportaron que los conductores presentaban aliento a alcohol, 230 mil 940 sin rastros de la misma sustancia, mientras que en 109 mil 968 casos, dicha variable no fue especificada.
Ahora el exceso de velocidad es la principal causa de muerte en accidentes viales, seguida del consumo de sustancias nocivas -llámese alcohol o drogas- y del uso de distractores.
“En la Ciudad de México tenemos registrado que aproximadamente 3 personas mueren a diario en percances automovilísticos, mientras que en todo el país se reporta un total de 45 personas fallecidas, de las cuales el 52 por ciento son peatones”, comenta la especialista.
Este porcentaje es el resultado de las normas laxas que operan en México, ya que aunque sí se puede hablar de un avance sustancial en la materia, las prácticas internacionales recomiendan menores límites de tolerancia en cuanto a la detección de alcohol en el organismo, así como mayores sanciones administrativas y jurídicas -en el caso de accidente- para quienes incurran en estas conductas ya que vulneran la seguridad de la ciudadanía.
En México, los automovilistas que son detenidos con más de 0.40 miligramos de alcohol en la sangre son remitidos a un Centro de Sanciones Administrativas para pagar una multa o cumplir con horas de arresto, sin embargo, las recomendaciones emitidas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) establece que el índice máximo, y por razón de prevención de accidentes, tendría que ser de 0.20 miligramos.
Los días viernes, sábado y domingo repuntan también los percances viales.
Para contrarrestar esta problemática de riesgo ya se ha planteado la promulgación de una Ley General de Seguridad Vial, explica la directora de México Previene, la cual planea la homologación de los distintos reglamentos de tránsito que rigen a las principales ciudades del país, la mejora de políticas públicas enfocadas al libre tránsito y al espacio público, además de la creación de una agencia nacional que coordine, procure y coadyuve al buen funcionamiento de la movilidad a un nivel sincronizado y no sólo por dependencias locales, sin embargo, la iniciativa se encuentra congelada en Comisiones de la Cámara de Diputados.
Según la información recabada por dicha asociación civil, poco más de 800 personas mueren anualmente en hechos relacionados con accidentes de tránsito en la capital del país, no obstante, también se genera un subregistro de víctimas mortales cercano al 30 por ciento, ya que muchas veces los involucrados llegan a fallecer días después del siniestro; en tanto, diariamente se reporta en los hospitales un ingreso cercano a las 300 personas lesionadas por percances automovilísticos.
Se pidió a la Secretaría de Seguridad Pública y a la Procuraduría General de Justicia datos sobre el número de accidentes automovilísticos relacionados con el consumo de sustancias nocivas para la salud, sin embargo, a pesar de que dijeron que los otorgarían, al cierre de esta edición no se recibió nada.
Caso emblemático
La madrugada del pasado 31 de marzo de 2017 ocurrió uno de los accidentes automovilísticos más aparatosos en la historia reciente de la Ciudad de México.
Tras asistir a un bar en una zona exclusiva de Polanco, 4 jóvenes terminaron muertos y otro más sentenciado a 9 años de prisión, esto luego de que el automóvil deportivo en el que viajaban se estampara a casi 200 kilómetros por hora contra un poste en el cruce de la avenida Paseo de la Reforma y la calle de Lieja.
La causa del siniestro: consumo de alcohol y exceso de velocidad.
El hecho, recordado como ‘el caso del BMW de Reforma’, consternó a los capitalinos, ya que las cámaras de vigilancia lograron captar que el vehículo recorrió cerca de 3 kilómetros en menos de 1 minuto, mientras que 4 de sus 5 tripulantes acabaron desmembrados en la baqueta de una de las principales arterias de la ciudad.
Luis Fernando García, de 30 años de edad; Karla Saldaña, de 29; Claudia Ivonne Reyes, de 27 y Carlos Roberto Martínez, también de 27 años, fueron los nombres que dejó la tragedia.
Carlos Villuendas, único sobreviene y también conductor del automóvil, fue declarado culpable en enero de este año bajo el cargo de homicidio culposo agravado por tránsito de vehículo en contra de tres personas, ya que tras una larga batalla legal, se descartó la relación directa entre el ahora sentenciado y tres de las personas fallecidas.