Aunque el PAN, el PRI y el PRD presentan su proyecto para un gobierno de coalición como una alternativa innovadora que brinde soluciones a los diversos problemas del país, en los hechos no ha dejado de ser una alianza electoral como a las que ya están acostumbrados los ciudadanos mexicanos.
En otros países del mundo, particularmente con sistemas parlamentarios, una coalición se forja pasadas las elecciones entre partidos que compitieron entre sí y que pactan una mayoría. Pero, en el caso de Va por México y su precedente Por México al Frente, en 2018, se tratan de alianzas electorales que buscan ganar por sí solas la mayoría.
En entrevista con Reporte Índigo, la doctora Ivonne Acuña Murillo, académica de la Universidad Iberoamericana, comenta que esta estrategia muestra que “no existe esa historia y cultura de construir gobiernos de coalición como en Europa”.
Como ejemplo, pone el caso de Durango, donde el gobernante blanquiazul cedió la candidatura al priista Esteban Villegas.
“Todo quedó en casa, ¿qué le ofrecen a la ciudadanía? ¿Cuál es el proyecto de gobierno que primará? ¿Uno netamente priista, uno panista o una combinación? Si tienen posturas ideológicas encontradas, sería difícil”.
Por este motivo considera que “una muestra de la debilidad de la oposición política en México, es que juntos no pudieron formar una alianza y tuvo que venir un empresario a formarla, a unirlos y además les dice qué hacer. Claudio X. González no es un político, es un empresario metido a político y al parecer no tiene los conocimientos históricos para asesorarlos”.