El accidente aéreo ocurrido el pasado 31 de julio en el Aeropuerto Internacional de Durango, que no dejó víctimas fatales, se debió a causas meteorológicas y no a una falla humana en la conducción, informó la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).
José Armando Constantino Tercero, director de Análisis de Accidentes e Incidentes de Aviación de la DGAC, aseguró que la tripulación no tuvo información previa para considerar suspender el despegue del avión.
Aunque no hay evidencia de fallas humanas en la conducción de la aeronave, el funcionario aseveró que se han iniciado los procesos administrativos para deslindar responsabilidades o aplicar las sanciones que establece la normatividad.
En conferencia de prensa, en donde estuvo acompañado por Luis Gerardo Fonseca, director de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y Arturo Roberto Duhart Irabien, director de Seguridad Corporativa de Aeroméxico, explicó que una microrráfaga se descargó de manera abrupta y lanzó una corriente descendente de viento con lluvia que fue la causante del accidente.
Sobre el estado del avión de Aeroméxico, especificó que no existe evidencia de que los motores hubieran tenido un problema técnico o mecánico que hayan impedido su despegue, todo ello basado en la información del registrador de datos de vuelo.
El directivo informó, además, que aún no hay un dictamen final sobre lo que ocurrió ese día pues la investigación sigue en curso, por lo que se prevé presentar el informe final hasta noviembre.
Por su parte, Luis Gerardo Fonseca detalló que un piloto en entrenamiento ocupó la posición del copiloto y con la aprobación y el acompañamiento del comandante de la aeronave llevó a cabo los procedimientos iniciales de despegue hasta que el comandante le solicitó y recuperó el control de la aeronave.
Sobre el equipaje de los pasajeros, Duhart Irabien dijo que todas las maletas quedaron consumidas por el fuego, por lo que, a través de embajadas y consulados, se les apoyó para recuperar sus documentos personales.
El 31 de julio, la aeronave que intentaba despegar del Aeropuerto Internacional Guadalupe Victoria, en Durango, perdió el control y se incendió.
En el aparatoso accidente ningún pasajero o miembro de la tripulación perdió la vida.
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