Ciudad en llamas

A 24 horas de que Miguel Ángel Mancera Espinosa asuma el poder, la ciudad de México está en llamas: el corazón de la capital sigue destruido; no hay jefe de la policía preventiva, pues el anterior renunció para sumarse al gabinete de Enrique Peña Nieto, lo que provocó una división entre los mandos de la SSPDF, Luis Rosales Gamboa y Darío Chacón Montejo. Y por otro lado crece el descontento juvenil.

En avenida Juárez no terminan de restituir las fachadas de los inmuebles dañados, vidrios destrozados, cajeros automáticos destruidos y negocios saqueados.

La Cámara de Comercio Servicios y Turismo DF (CANACO) valuó en mil millones de pesos los daños por lo que dejaron de vender los afectados sin contar los destrozos a los 40 inmuebles cuyas estructuras fueron agredidas.

En el reporte de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) se habla de 40 establecimientos comerciales y edificios gubernamentales dañados al paso de los manifestantes.

La evaluación comprende el daño que más enojó al jefe de gobierno Marcelo Ebrard Casaubón, el vandalismo en la Alameda Central, aunque también se contabilizan los edificios de la ALDF, Contraloría Interna, Comisión Federal de Electricidad (CFE), ISSSTE y uno de la Secretaría de Gobernación. Todos sobre avenida Juárez.

Ya ni hablar de los destrozos en 11 sucursales bancarias y una casa de cambio que se localizan en el tramo de Reforma y Avenida Juárez.

Tres tiendas Sanborns, sucursales de Burger King, KFC, Wings y el Meridiem, en el rubro de restaurantes. Hotel Hilton, Sevilla Palace y Meliá en el sector de hoteles. Y varias tiendas de conveniencia, algunas de las cuales fueron saqueadas.

Por esos destrozos, desde ayer, 69 personas están detenidas, en el Reclusorio Norte los hombres y en Santa Martha, las mujeres.

La violencia del 1 de diciembre pegó en muchos frentes; en lo federal por la violenta bienvenida a Enrique Peña Nieto como presidente de México; pero también en el ámbito local, porque así despiden a Marcelo Ebrard Casaubón, que está a horas de entregar el poder.

Y como Enrique Peña Nieto, presidente de México, está invitado a la toma de protesta de Miguel Ángel Mancera en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) no sea que la violencia salpique al nuevo jefe de gobierno, ya que familiares y amigos de los detenidos, de los grupos “anarquistas”, muestran enojo.

Mondragón, ¿el gran traidor?

Aunque hasta el último momento Marcelo Ebrard sigue inaugurando obras en la capital, lo que ocurrió el sábado pasado le deja un mal sabor de boca.

En el gabinete saliente y el que ya conformó Miguel Ángel Mancera, la actuación de Manuel Mondragón y Kalb sigue siendo tema de conversación. ¿Es el gran traidor?

Mondragón y Kalb alcanzó a diseñar el operativo y de último momento no estuvo para ejecutarlo. Su salida de la SSPDF generó una división entre los altos mandos policiacos que fue exhibida a través de las comunicaciones vía Tetra.

Luis Rosales Gamboa y Darío Chacón Montejo protagonizaron una discusión a través de la comunicación interna de la SSPDF, vía radios Tetra.

Rosales Gamboa, con indicativo “Apolo”, reclamaba por radio a Chacón Montejo, con indicativo “Aníbal”,  la movilización tardía de los granaderos a la zona del Centro Histórico donde los manifestantes causaron destrozos a edificios públicos y negocios.

Habían pasado cerca de 20 minutos y los granaderos y sus refuerzos no aparecían para contener la furia de los grupos de “anarquistas”, según la etiqueta de las autoridades.

El altercado por radio Tetra llegó hasta los oídos del jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, quien tuvo que intervenir en la frecuencia policiaca para calmar los ánimos de los dos mandos en conflicto.

Para ese momento, Luis Rosales Gamboa ya había sido nombrado como encargado de despacho, lo que al parecer molestó a Darío Chacón Montejo, quien, por su cercanía con Marcelo Ebrard, pensó que él sería designado para relevar a Mondragón y Kalb las horas que faltan.

Aunque Marcelo Ebrard Casaubón ya sabía previamente de la salida de Mondragón y Kalb, no contemplaron la respuesta violenta de estos grupos que causaron los destrozos de los que hoy se habla a nivel nacional e internacional.

Mondragón abandonó a Ebrard en un momento crucial para sumarse al equipo de Enrique Peña Nieto, justo en un momento en que muchos miembros del PRD fueron “etiquetados” como radicales en un informe que elaboró desde la SSPDF para el nuevo presidente.

“Entre los más radicales destacan Aleida Alavez, Socorro Ceseñas, Claudia Bojórquez, José Luis Muñoz Soria y Gisela Mota, del PRD; así como Ricardo Monreal y Ricardo Mejía, del Movimiento Ciudadano; Manuel Huerta, del PT”, resalta el documento, advirtiendo de posibles acciones al interior del Congreso de la Unión.

Hoy es visto como “oportunista”, otros lo llaman “traidor”, pero tal vez al cabo de unos años sea la pieza puente que desde la federación sirva para las aspiraciones presidenciales de Marcelo Ebrard Casaubón en el 2018.

Mientras tanto, desde la Secretaría de Gobierno, Héctor Serrano negocia apoyos del GDF para mermar los daños en los negocios afectados, pero también tiene el control del Sistema Penitenciario, donde ayer ingresaron 69 por los disturbios.

En medio de este evento, cuyos actos vandálicos no tienen precedente en el Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera prepara los detalles para asumir como jefe de gobierno mañana miércoles.

El operativo policiaco para garantizar la seguridad de él y de sus invitados especiales es minúsculo en comparación del despliegue del pasado sábado cuando asumió Peña Nieto, donde se habló de 20 mil efectivos.

En el GDF no temen a los integrantes del YoSoy132, tampoco a los de Morena ni a los del SME, en estricto sentido, son aliados… por eso es que la jornada para recibir a Mancera se prevé tranquila.

Dos recuerdos dramáticos

Aunque es la primera vez que la policía pierde el control de la ciudad, no es la primera que el DF se sume en el caos. Hay, al menos, dos antecedentes, de mayor gravedad política y humana durante la “dictadura perfecta” del PRI que pasaron a los libros de historia y de la ignominia.

El primero y más conocido, tanto que sigue inspirando libros y películas, ocurrió el 2 de octubre de 1968. Diez días antes del inicio de los Juegos Olímpicos, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz liquidó a sangre y fuego una revuelta estudiantil: entre 300 y 500 jóvenes murieron por disparos del Ejército en la Plaza de Tlatelolco, también conocida como Plaza de las Tres Culturas. Hubo más de 6 mil detenidos.

El segundo se conoce como la matanza de Corpus Christi, también llamada el Halconazo por la participación de un grupo paramilitar conocido con ese nombre. El 10 de junio de 1971, una manifestación estudiantil en apoyo a los estudiantes de Monterrey fue reprimida por los incontrolados de ese grupo, con un resultado de unos 120 muertos. El entonces presidente Luis Echeverría se desligó de los hechos y nadie ha respondido hasta ahora.