La Ciudad de México tiene por primera vez una ley que promoverá la creación de huertos urbanos, pero no solo ayudará al medio ambiente, también a la recuperación de espacios públicos, al fortalecimiento del tejido social y a la autonomía alimentaria.
El pasado 17 de noviembre, durante una sesión virtual del Congreso local, se aprobó con 57 votos a favor la Ley de Huertos Urbanos, promovida por diputados de Morena y del Partido Acción Nacional (PAN).
Legisladores que participaron en el proceso afirman que es la primera en su tipo que tiene un verdadero impacto social porque busca incentivar y apoyar a la ciudadanía a crear espacios verdes que contribuyan a disminuir la contaminación.
Antes de que se creara esta ley ya existía una en el tema. Sin embargo, no definía las obligaciones de las autoridades para promover los huertos urbanos ni tampoco abordaba el tema de manera general.
Esta ley también se desarrolla en un entorno de contaminación grave. En julio de 2019, la organización ambientalista Greenpeace dio a conocer que la zona metropolitana del Valle de México es la que tiene mayor polución atmosférica del país.
Mientras que el Informe Nacional de Calidad del Aire 2017 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) revela que la Ciudad de México presentó en ese año niveles de contaminación que rebasaron las normas de concentraciones de ozono, partículas finas PM 2.5 y PM 10.
Por ello, cobra mayor importancia y es necesaria esta ley, dicen legisladores locales.
Huertos urbanos sin restricciones
Según el texto de la iniciativa aprobada, los huertos urbanos se pueden instalar en propiedad pública o privada y están definidos como espacios de “agricultura urbana a fin de contribuir a la mitigación ambiental y la seguridad alimentaria en la Ciudad de México”.
Esta nueva ley también permite a la ciudadanía recuperar un espacio o área común sin necesidad de tener autorización del gobierno. Sin embargo, lo único que se debe respetar son los reglamentos que tendrá que emitir la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) para su aplicación.
“Se reconoce el derecho que tienen todas las personas habitantes de la Ciudad a contar e instalar un huerto urbano, sin necesidad de requerir autorización por autoridad alguna, siempre que cumpla con las características que establece esta ley y su reglamento, atendiendo los lineamientos que para tal efecto emita la Secretaría del Medio Ambiente”, indica el artículo 7 de la ley.
El documento aprobado también menciona las obligaciones de los ciudadanos en el cuidado de los huertos urbanos como recibir la capacitación necesaria, cuidar los que sean de su propiedad o de la comunidad conforme a los lineamientos que defina Sedema, recibir capacitación por parte de las alcaldías, informar sobre la ubicación del área verde y atender las especificaciones técnicas que se determinen por parte de las autoridades.
Alcaldías, principales responsables
Además de que la ley define las responsabilidades de los ciudadanos, también aclara las atribuciones y obligaciones de las alcaldías, que deberán ser las principales promotoras de la creación de huertos.
Por ejemplo, señala que las demarcaciones deben promover los huertos a través de la información, capacitación y designación de espacios para su implementación; desarrollar programas para su mantenimiento; y crear un inventario que deberá ser actualizado cada seis meses.
El marco legal también estipula que los huertos privados, en domicilios o unidades habitacionales privadas, tendrán la finalidad de contribuir a la seguridad alimentaria de los capitalinos.
“La modalidad que preferentemente deben tener los privados es de autoconsumo; sin embargo, también es posible que tengan una modalidad comercial, procurando destinar un porcentaje de los productos del mismo a un beneficio social, en favor de poblaciones en situación de vulnerabilidad”, explica la ley.
Alto impacto social
La Ley de Huertos Urbanos en la Ciudad de México tiene un impacto social importante porque va encaminada a promover la autonomía alimentaria, el rescate del espacio público y a fortalecer la comunidad, dice Temístocles Villanueva, uno de los diputados que colaboró para crear el marco legal.
“Ya había una ley, pero no tenía implicaciones. No había acciones encaminadas a resolver problemas sociales y la visión se reducía a la construcción de nuevos edificios con huertos urbanos, pero no desde la construcción del tejido social”, señala Villanueva.
El legislador afirma que con esta ley se logrará aumentar el número de huertos urbanos en la capital (cuya cifra no está censada aún) porque por primera vez se les responsabiliza a las autoridades de su promoción.
“Las alcaldías serán las de principal intervención y sus áreas de parques y jardines tendrán la responsabilidad de dar acompañamiento a la comunidad”, añade.
También dice que va dirigida a garantizar el derecho a gozar de un medio ambiente sano y de la ciudad, que actualmente enfrenta graves problemas de contaminación.
Y resalta que al estipular que se deben promover dichos espacios en la ciudad, se incentivará la participación ciudadana en la recuperación de espacios.