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¿La ciudad de las rosas?

De acuerdo a la percepción de la población, el centro de Guadalajara ha perdido el encanto. Ahora la zona se percibe como un espacio de inseguridad e insalubridad ante el creciente despoblamiento y la proliferación de obras públicas

Lejos está Guadalajara de ser la “clara ciudad”, como alguna vez la describió Agustín Yáñez en su libro ‘Genio y figuras de Guadalajara, o la “ciudad de las rosas”, como se le conoció desde mediados del siglo pasado debido a sus coloridos jardines y plazas públicas.

En un reciente estudio elaborado por Livier Olivia Escamilla Galindo, y publicado bajo el título de “Objetos urbanos simbólicos. Una visión desde la percepción del habitante”, se destaca que para los tapatíos su centro está lejos de ser un entorno histórico y emblemático de la ciudad, pues lo describen de forma negativa.

“En cuanto a lugares negativos fue muy mencionado San Juan de Dios y en general la zona del centro de la ciudad, esto debido principalmente a que está sucio y con malos olores, además que son lugares donde se dan un gran número de actos vandálicos, de violencia y robo”, se lee en el estudio de Escamilla Galindo.

Esta falta de mantenimiento, incluso en los últimos años donde la presente administración  ha dicho que traba en el mejoramiento de los espacios públicos, ha generado una insatisfacción creciente entre los tapatíos, como lo muestran las últimas cifras del Observatorio Ciudadano Jalisco Cómo Vamos.

Uno de los temas que más insatisfacción genera, según las encuestas de percepción de dicho organismo, es la basura proliferante en las calles. Además de la creciente percepción de inseguridad que ronda entre 60 y 65 por ciento en el Área Metropolitana de Guadalajara.

Y es que el crecimiento periférico de la metrópoli tapatía ha sumido al centro de Guadalajara en la inseguridad, y en algunas narrativas locales ha sido llamada como un pueblo fantasma. Así lo describe Inés Alveano en la columna de Zoon Peatón, un colectivo de derechos peatonales, en el portal de Animal Político.

“A las ocho de la mañana el centro de Guadalajara es prácticamente un pueblo fantasma. No hay un alma en la calle, y hay infinidad de casas abandonadas, en renta o en venta. Sin embargo entre las 10 de la mañana y las siete de la tarde el lugar es un hervidero de gente”, describió Alveano.

En despoblado

El libro de Escamilla relata la conciencia que tienen los habitantes de la urbe sobre los entornos por los que circulan, pues son sus trayectos del día a día.

Un criterio respaldado por estudios internacionales, como “El crecimiento urbano y las violencias en México”, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La CEPAL detalla que el aumento de terrenos despoblados genera riesgos en la seguridad de las ciudades

Este organismo reconoce que la proliferación de terrenos despoblados genera riesgos paulatinos en la seguridad de las ciudades. El desorden urbano ha provocado un despoblamiento de áreas estratégicas de la ciudad, como el Centro Histórico, donde se generan trayectos riesgosos para la población.

Cifras oficiales dan cuenta que desde 1990 este municipio ha perdido una décima parte del millón 650 mil 205 habitantes que había entonces.

Reporte Indigo registró este fenómeno en el artículo El éxodo, en donde se señala que ya son cerca de 190 mil 57 tapatíos los que han dejado de vivir en Guadalajara, lo que representa un reto mayúsculo para las autoridades.

En su Plan Municipal de Desarrollo, la administración de Enrique Alfaro en Guadalajara se propone parar el despoblamiento en el presente año, es decir, que la cifra cambie a un valor positivo para que se revierta a un crecimiento poblacional del 3 por ciento en 2030.

Contaminación y alto costo

En el último trienio ha crecido el despoblamiento del centro por la caída del comercio en zonas donde están las obras de la Línea 3 del Tren Ligero y un creciente número de obras públicas por parte del Ayuntamiento de Guadalajara.

Otro de los problemas es el transporte público, no sólo por su mala calidad sino por su diseño que muestra una mala planeación, ya que ha generado un alto número de rutas que circulan por el centro histórico.

Al mismo tiempo, el exceso de rutas de transporte incrementa la contaminación auditiva, pues como lo reconoce el propio Gobierno estatal, el transporte público afecta en ruido a un 59 por ciento de la superficie de la metrópoli.

La polución, ruido, saturación, el decreciente espacio de vivienda y los altos precios para los pocos espacios habitables, derivando en una nula convivencia en el centro, hicieron incrementar el despoblamiento a zonas periféricas, como Zapopan y Tlajomulco.

Opción costosa

La intención de buscar terrenos de bajo costo y realizar vivienda social en el centro no ha fructificado:

3,000
Pesos por metro cuadrado, se cotizan los terrenos en el centro
500
Pesos por metro cuadrado, precio promedio fuera del periférico
59
Por ciento de la metrópoli es afectada por la contaminación auditiva del transporte público

 

Prioridad a la vivienda

Una de las posibles soluciones a este conflicto sería elaborar una política pública enfocada en que se reactiven las zonas despobladas por medio de la generación de vivienda.

La CEPAL reconoce el caso de Puebla, en donde se reactivó el centro histórico mediante rescate de espacios públicos, edificios históricos y construcción de vivienda.

“Se intentó promover vivienda en inmuebles catalogados con valor histórico y cultural, equilibrar los usos de suelo mixtos (comercio, servicios y vivienda), dar prioridad a la vivienda, evitar la existencia de espacios vacíos por las noches que representaran un riesgo para la existencia de delitos, y al mismo tiempo procurar que los centros de trabajo quedaran cercanos al hogar”, dice el informe de la CEPAL.

Aunque la tarea de las administraciones municipales de buscar terrenos de bajo costo y realizar vivienda social no avanza, pues los constructores argumentan que los altos costos de estos terrenos hacen inviable esa política pública.

El precio promedio de los terrenos céntricos es de alrededor de 3 mil pesos por metro cuadrado, mientras que en terrenos fuera del periférico este rubro pasa a los 500 pesos.

“Dar prioridad a la vivienda, evitar la existencia de espacios vacíos por las noches que representaran un riesgo para la existencia de delitos, y al mismo tiempo procurar que los centros de trabajo quedaran cercanos al hogar”
Informe de la CEPALSobre el rescate del Centro Histórico de Puebla
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